06.12.2017

El Museo Reimaginado 2017

Medellín, Colombia

A principios de noviembre, más de 600 profesionales de museos de América (y también de otras partes del mundo) nos dimos cita en la ciudad de Medellín invitados por Fundación TyPA. ¿Y para qué hacer semejante viaje? Sí, hay algo que es cierto: nos gusta reencontrarnos con colegas y más todavía si es en una ciudad como Medellín, descrita por Juan Luis Mejía Arango como un “palimpsesto urbano”, que se ofrece hoy como el reflejo de un largo e inacabado proceso de resistencia, resiliencia, apropiación, empoderamiento de su comunidad y colaboración entre actores sociales.

Además de encontrarnos, abrazarnos y conocernos, nos interesa discutir, reflexionar, construir colectivamente. En este caso el tema que nos convoca son los museos. Es más, hay algo que nos pica, que nos tiene inquietxs. Es la posibilidad de re-imaginar estas instituciones en la actualidad, ante las constantes transformaciones políticas y sociales del mundo. Es aquí donde nos situamos en primera instancia, plantando la declaración inicial: los museos no son neutrales –frase que se ha visto estampada en las remeras que algunos de lxs asistentes lucieron alegremente. Hilvanando los conceptos que se escucharon durante los tres días compartidos en Medellín, podemos afirmar que los museos son actores políticos, son espacios de construcción de paz desde los cuales tenemos la oportunidad de restaurar la dignidad, cuestionando discursos instaurados para desafiar la desesperanza. Inmersos en un contexto hostil, de avance a nivel mundial de nuevas olas de extrema derecha e intolerancia, esperamos que los museos tomen posición, que co-creen con sus comunidades utilizando como herramientas la empatía, el afecto, la responsabilidad y la confianza. Llamamos a crear contenidos realmente significativos para activar el patrimonio cultural tangible e intangible.

El Museo Reimaginado 2017

Suena utópico, es cierto. ¿Qué otro panorama podemos proyectar desde una ciudad como Medellín, que ha trabajado tantos años para construir alternativas de futuro ante la violencia? Así, nos animamos con valentía a imaginar transformaciones que sabemos serán lentas y tendrán sus consecuencias. Pareciera que tomamos estos días para, también, brindarnos aliento entre nosotrxs y crear una red de contención ante estos retos. Nos une el deseo de generar proyectos con nuestras comunidades, entendiendo que los museos ya no son espacios centrados en los objetos sino en las relaciones que podemos construir entre ellos y la gente. Instituciones formadas por personas que trabajan para las personas que los visitarán. No podemos olvidar que lo principal es seguir siendo relevantes para crear sociedades saludables, conectar con los extraños para construir significados con –y ya no “sobre”– ellxs. El concepto de “relevancia” fue desarrollado por Nina Simon para destacar que no podemos seguir creando proyectos, exhibiciones o actividades que no tengan resonancia en la vida de las personas; y según ella esto se logra cuando producimos con los otros.

Esto no es una apología del hacer permanente, inmersos en un contexto en el que productividad y desarrollo parecieran ser valores positivos aunque deshumanizantes: estamos abogando por un nuevo hacer centrado en las personas, entendiendo que el no-hacer también es, muchas veces, creador.

El Museo Reimaginado 2017

Con todas estas nuevas ideas haremos nuestro mejor intento por crear museos queer, con el foco puesto en construir identidad en la diversidad. En palabras de la gran Brigitte Baptiste, éstas deben ser producidas con “pegamento no fijo”, algo que sacudió todas nuestras estanterías conceptuales. En la perspectiva queer del conocimiento, las identidades fijas no existen porque en esta realidad contemporánea los bordes son difusos. Entonces, ¿no tiene más sentido preguntarse con ironía sobre la identidad, y reconocer otros espacios posibles de creación? ¿No tiene más sentido asumir el conflicto, representarlo, atravesarlo? No nos sorprende, entonces, la afirmación de que la museografía tal como la estamos pensando es un deporte de alto riesgo, ya que cambiar los modos instituidos del hacer cotidiano puede resultar, como mínimo, incómodo. Pensar objetivos, elegir quienes nos acompañarán y lanzarnos a nuevos retos cada vez, siempre con otros, siempre en construcción y también en deconstrucción de las formas hegemónicas de ser.

Desafíos por delante, tenemos. Limitaciones seguramente también. Preguntas, de sobra. Pero estos espacios colectivos de encuentro, de retroalimentación y de celebración vuelven a ponernos sobre nuestro eje e inspirarnos para seguir trabajando en las nuevas instituciones del siglo XXI.

¡Hasta la vuelta!

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Crónica de Gabriela Santagostino, del equipo de educación de Malba, quien participó en El Museo Reimaginado 2017, Medellín.