04.09.2017

Tres preguntas
a Veronica Stigger

Curadora de la muestra El útero del mundo en el Museo de Arte Moderno de San Pablo

¿Cuáles son las principales tesis y mecánicas de trabajo con las que concebiste la exposición El útero del mundo? ¿Por qué la elección del título?

La principal tesis que guía a la exposición es que, si es posible entrever un principio intrínseco al arte, este es un principio femenino. Y femenino es entendido aquí de un modo particular, vinculado a una lectura a contrapelo de lo que dice la tradición filosófica sobre la mujer y sobre las artes. En el texto introductorio a la exposición, recuerdo que lo femenino fue muchas veces asociado, por lo menos desde la Antigüedad griega, al desvarío, lo indomable, a algo que está en constante transformación. Lo masculino, en contraposición, estaría ligado a lo racional, lo equilibrado, lo fijo. Curiosamente, los primeros pensamientos sobre el arte lo aproximan a esas características que serían propias de la mujer. Para Platón, allí reside uno de los grandes defectos de los poetas: ellos no han nacido para “el principio racional del arte” sino para “el principio irascible y variado”, que el filósofo consideraba característico de las mujeres. El arte tenía, entonces, algo de intrínsecamente femenino, en el sentido de que expresa aquello que escapa al control, a la templanza, al dominio de las pasiones: algo que flirtea, en suma, con la locura. ... Seguir leyendo