20.03.2020

Extravíos con Víctor Grippo

Por Marcelo Pacheco
Víctor Grippo. Analogía 1, 1970-71.

Un artista debe trabajar y Grippo trabajaba mucho, casi constantemente. Sin embargo, lo persigue la leyenda de su lentitud para producir obra en su “pereza artística” confundida con la “poética artística”. Era un artista que materializaba sus ideas en unos pocos versos, en dos o tres frases, lacónico, recoleto, eremita, meditabundo, escaso en el hacer real, intenso en el hacer imaginario, siempre trabajando en largos alumbramientos. El mercado necesita qué ofrecer y los coleccionistas reclaman por más obra. Grippo tenía el tiempo del creador, del poeta con sus versos tallados y paridos en yesos, plomos, mesas, soluciones químicas, cajas blancas, papas, valijitas, maquetas, piedras y oro, objetos cotidianos, rosas y máscaras. La idea, ¡ay!, el problema de la idea, la belleza, ¡ay!, el problema de la belleza.  ... Seguir leyendo


19.03.2020

Adriana Varejão
Historias en los márgenes

Por Adriano Pedrosa
Adriana Varejão. O Sedutor [El seductor], 2004.

La obra de Adriana Varejão rescata y cruza diferentes historias, tejiendo múltiples narrativas y referencias: de la historia del arte al arte religioso, de la azulejería a la cerámica, de China al Brasil, de la iconografía colonial a las imágenes producidas por los viajantes europeos y al arte académico, de la geometrización de los espacios arquitectónicos a la cuadrícula modernista, de los temas acuáticos a los mapas. La propia artista, en una entrevista publicada en 2005, menciona su tejido de historias: “[Mi narrativa] es un tejido de historias. Historias del cuerpo, de la arquitectura, del Brasil, del tatuaje, de la cerámica, de los azulejos antiguos portugueses o de los modernos vulgares, de los mapas, de los libros, de la pintura...”.  ... Seguir leyendo


18.03.2020

La figura humana en Berni y Spilimbergo

Por Adriana Lauría
Antonio Berni. La mujer del sweater rojo, 1935. Colección Malba.

La amistad entre Antonio Berni y Lino Enea Spilimbergo se inició en Europa, cuando ambos formaron parte de ese entusiasta grupo de artistas argentinos conocidos como “los muchachos de París”. Los unió la formación en el taller de Lhote, la admiración por las pinturas murales del primer renacimiento italiano, las ideas de izquierda y su respectivas parejas francesas, Paule y Germaine, que muchas veces fueron modelos de retratos y composiciones de entorno doméstico. De vuelta en el país, su amistad prosiguió a través de una comunidad de intereses ideológicos, gremiales y estéticos. ... Seguir leyendo


Con la misma violencia invisible del viento al dispersar las nubes pero con mayor delicadeza, como si pintase con la mirada y no con las manos, Remedios despeja la tela y sobre su superficie transparente acumula claridades.

En su lucha con la realidad, algunos pintores la violan o la cubren de signos, la hacen estallar o la entierran, la desuellan, la adoran o la niegan. Remedios la volatiliza: por su cuerpo ya no circula sangre sino luz.

Pinta lentamente las rápidas apariciones.

Las apariencias son las sombras de los arquetipos: Remedios no inventa, recuerda. Sólo que esas apariencias no se parecen a nada ni a nadie. ... Seguir leyendo


10.02.2020

El soplo de la selva en el arte de Ernesto Neto

Por Florencia Garramuño

“Si los europeos desearon a los indios porque veían en ellos o animales útiles o hombres europeos y cristianos en potencia, los Tupi desearon a los europeos en su alteridad plena, que les apareció como una posibilidad de autotransfiguración, un signo de la reunión de lo que había sido separado en el origen de la cultura, capaces por lo tanto de venir a expandir la condición humana, o incluso sobrepasarla.”

Eduardo Viveiros de Castro, A inconstância da alma selvagem, 2002

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El perfume ya era otro en la calle frente al edificio del Museo d’Arte Contemporanea. Desde la vereda, una fragancia envolvente, bien diferente al olor cálido que tiene la Roma veraniega, anticipaba la enorme escultura de Ernesto Neto instalada dentro, en el vestíbulo del museo. En el marco de MACRO Hall, el programa que comisiona la realización de obras para ese sitio específico, Neto presentó While Nothing Happens.

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“Que si el álbum, el ropón, la foto, la anécdota… Pienso que es un trabajo esencial, un trabajo íntimo, ni reconocido, ni remunerado, femenino. También pienso que ese trabajo lo podemos utilizar para celebrarnos a nosotras mismas…”.
—Mónica Mayer en Celebración. Video de acciones como regalo de cumpleaños para Magali Lara, 1980-81.1

Esta exposición* es la primera retrospectiva del trabajo artístico de Mónica Mayer (Cd. de México, 1954), cuya producción y acción como creadora, crítica, docente y activista la ha ubicado a nivel nacional e internacional como la referente más clara y consistente en el arte feminista mexicano desde la década de 1970. Presenta la obra de Mayer como un fenómeno integral y multidisciplinario, que se plantea en un movimiento constante entre el trabajo individual y colectivo, y en diálogo reflexivo con su contexto personal y social, configurando un modelo alterno al sistema artístico hegemónico y a la vez incidiendo como presencia insistente en el campo del arte contemporáneo mexicano.   ... Seguir leyendo


08.10.2019

A los botes

Por Daniel Gigena

“A los botes” es una expresión que se utilizaba, y todavía se utiliza, para expresar cierta urgencia a la hora de salvarse. Aunque es más pudorosa y menos individualista que “sálvese quien pueda”, parece descendiente directa del léxico del darwinismo social que gobierna en varias culturas, la de la Argentina incluida. Hasta determinado momento, en mi imaginación los botes eran para uso exclusivo de las elites, como en cierto sentido eran, en una escala mayor, los museos y las galerías de arte. Para subirse a un bote, incluso en el caso extremo que se perfila durante la emergencia, había que descender de una embarcación más grande, donde se había disfrutado de los placeres de mantenerse a flote, es decir, a salvo. ... Seguir leyendo


15.07.2019

Los órdenes arbitrarios

Por Luis Camnitzer

Un par de horas antes de escribir este texto sobre la obra de Leandro Erlich, pero una hora después de recibir el pedido, alguien me hizo una pregunta que ya no importa. La respuesta, que me escuché dando y que sí es significante para este texto, fue: “Para combatir los órdenes arbitrarios que aceptamos sin cuestionamientos”. Pensé en el momento que, con esto, mi tarea para este catálogo estaba cumplida. Después tomé un tren y entre las sacudidas seguí masticando. ... Seguir leyendo


La web es también un baile de máscaras (la imagen no es mía y tampoco reciente: lo sugirió Tomás Maldonado hace muchos años, refiriéndose a los chats). Y esas máscaras parecen no ser más que un tsunami de desbocadas malas escrituras que funcionan como un afrodisíaco diabólico: por eso creo que los tan sobreextendidos trolls no son más que una unidad de medida, y si se exagera apenas un poco, un paradigma de los modos de escribir de esta época. 

Hace más de treinta años Godard afirmaba que el diagnóstico de una “civilización de la imagen” era falso o al menos relativo y tramposo: “se escribe más que nunca”, decía. Para despejar cualquier duda, no hay más que observar a los pasajeros de un subte o un colectivo, incluso a los peatones, con la mirada cautiva en sus pequeñas pantallas de mano, absorbidos por esos collages instantáneos conocidos como whatsapps. ... Seguir leyendo


En los años veinte irrumpió la renovación estética en Argentina. Y lo hizo a través de dos grupos estético-literarios, antagónicos y complementarios a la vez, que constituyeron su gesto inaugural: Florida y Boedo. Los jóvenes de Florida, descendientes en su mayoría de las clases que tradicionalmente administraron la cultura argentina, incorporaron procedimientos vanguardistas en la renovación formal de la literatura argentina; sus principales representantes fueron Jorge Luis Borges, Xul Solar, Oliverio Girondo, Eduardo González Lanuza, Francisco Luis Bernárdez, Leopoldo Marechal, Norah Lange, Francisco López Merino, Cayetano Córdova Iturburu, Roberto Ledesma, Santiago Ganduglia, Luis Cané. Los de Boedo, en cambio, eran de izquierda, creían en la función social del arte y provenían de familias de origen inmigratorio pertenecientes a los sectores populares; sus nombres más importantes fueron Elías Castelnuovo, Leónidas Barletta, Roberto Mariani, Álvaro Yunque, Lorenzo Stanchina, César Tiempo (seudónimo de Israel Zeitlin). La disputa estético-ideológica que sostuvieron en los años veinte condensa muchos de los debates que atraviesan el siglo veinte: la función de la literatura y sus vínculos con la política, la sociedad y la cultura; la experimentación formal y los usos del realismo en la representación de la sociedad; la búsqueda de un arte puro y las mil formas de un arte revolucionario.

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Al promediar el siglo diecinueve, se habló por primera vez de fotografía pictórica (Pictorial Photography); la conjunción de esas dos palabras incompatibles tiene que haber sido para la gente un escandaloso oxímoron, análogo a la música callada de San Juan de la Cruz o a los nightmares of delight de Chesterton. ¿Cómo admitir una rivalidad o una alianza de la eterna pintura y de la advenediza fotografía, cómo suponer que una armazón furtiva y endeble, servil como un espejo y mimética como un mono, incapaz de omitir o de preferir, pudiera amenazar la supremacía del ojo humano, de la diestra humana y del ya legendario pincel de Apeles, tanto más admirable cuanto más perdida su obra? El debate, enunciado así, admitía una sola contestación que era costumbre formular con palabras irónicas o coléricas. ... Seguir leyendo