Foto Estudio Luisita. Zulma Faiad, 1972.
Foto Estudio Luisita. Zulma Faiad, 1972.

Desde su reencuentro en Buenos Aires en 1958, las hermanas colombianas Luisa y Chela Escarria, fundadoras, dueñas y únicas operadoras del Foto Estudio Luisita, se ocuparon de construir un templo doméstico consagrado a capturar la belleza de lxs otrxs. En su casa-estudio de la avenida Corrientes retrataron a vedettes, modelos y bailarinxs, comediantes, cantantes, músicxs, actores, actrices, contorsionistas y acróbatas, bandas tropicales y conjuntos de bombos. Unx tras otrx, estos astros populares posaron sobre los mismos tres metros cuadrados en la entrada del departamento donde vivían y trabajaban las hermanas junto a su madre Eva, sus perritos y sus canarios de competición. Herederas de una tradición fotográfica familiar, Luisa y Chela compusieron un rito basado en la repetición y la economía de recursos para crear algunas de las imágenes más icónicas de nuestra cultura popular.

Temporada fulgor presenta un recorte del mayor cuerpo de trabajo que las hermanas decidieron preservar: las fotos del teatro de revista tomadas entre 1964 y 1980. Este conjunto nos ofrece un haz de luz para redescubrir desde nuevas miradas un fenómeno de la cultura popular argentina, caracterizado por servir de termómetro de las transformaciones políticas, económicas, sociales y culturales del país. El archivo conjuga las fotografías acabadas, retocadas y listas para ser consumidas, con los procesos, montajes, retoques y escenas íntimas que tenían lugar dentro del pequeño estudio. El resultado de esta amalgama es un canon de belleza de época, protagonizado por una corporalidad y un erotismo hegemónicos y patriarcales, construidos para el consumo masivo que domina la cultura popular y que, detrás de capas fantasmagóricas de retoques, empieza a mostrar sus fisuras.

La exposición se propone como una exploración poética y estética de un proyecto de creación de imágenes que durante décadas se inscribió de forma exclusiva dentro de los circuitos comerciales de producción y circulación de la fotografía. La reinscripción de este régimen de visualidad en el marco de las prácticas artísticas contemporáneas no busca borrar ni eludir su esencia masiva y popular, ni paralizarlo como un fetiche archivístico y nostálgico. Por el contrario, apela a la renovación de una sensibilidad cargada de brillo y de sentidos, anclada en el universo del trabajo y la producción, pero también en la exuberancia y el desborde de la noche, en la ternura y la afectividad domésticas.

Foto Estudio Luisita. Nélida Lobato, 1972.
Foto Estudio Luisita. Nélida Lobato, 1972.

Foto Estudio Luisita. Adriana Parets, 1969.
Foto Estudio Luisita. Adriana Parets, 1969.

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La exposición Temporada fulgor. Foto Estudio Luisita se presenta hasta el 14 de marzo en la Sala 1 del museo. 


05.11.2021

Las metamorfosis
Travestis y transformistas en San Pablo, años 70

Por Gonzalo Aguilar y Samuel Titan Jr.

Madalena Schwartz. Aaron y Augusto, 1973.
Madalena Schwartz. Aaron y Augusto, 1973.

La exposición Las metamorfosis propone una inmersión en el extenso ensayo fotográfico que Madalena Schwartz comenzó a producir en 1971, cuando retrató a travestis, transformistas y figuras de la noche paulista. El tema no estaba lejos: se encontraba en las calles por las que ella transitaba, yendo y viniendo entre su departamento en el célebre edificio Copan (diseñado por Oscar Niemeyer) y la lavandería familiar en la que trabajaba, en la calle Nestor Pestana. Y aparecía también en los teatros, en los programas de televisión y en las revistas ilustradas de aquellos paradojales y brutales años de plomo, en los que las cuestiones de género ganaban fuerza en el ámbito de los medios masivos y de la contracultura, al mismo tiempo que la vida política era ahogada bajo el yugo militar.

Fiel a su formato predilecto –el retrato–, Madalena Schwartz dedicó buena parte de su tiempo, en los años siguientes, a fotografiar a figuras ya célebres en Brasil, como Ney Matogrosso, los Dzi Croquettes, Elke Maravilha o Patricio Bisso, así como a estrellas de brillo breve pero intenso: actores y actrices, performers y bailarines, travestis y otras “metamorfosis ambulantes” -como dice una canción de la época- que animaban la vida nocturna de la ciudad. No lo hizo con un objetivo documental ni como fotoperiodismo. Sus fotografías nacían de un gesto de hospedaje del otro en una estética compartida que combinaba su talento como fotógrafa con la poética que los retratados componían con sus cuerpos.

Tal vez algo de esta historia personal explique la energía que Madalena Schwartz le dedicó al ensayo fotográfico iniciado en 1971. Tal vez la fotógrafa haya entrevisto, en esos rostros y en esos cuerpos al margen de la norma dominante, algún trazo de su propio semblante de extranjera y de inmigrante, de judía y de mujer. Puede ser. Madalena no dejó una respuesta; no dejó otra respuesta más allá de sus fotos. "Yo solo sé hablar con mi máquina", dijo en 1983. Estas metamorfosis piden, pues, contemplación, atención, empatía; mucho más ahora, cuando en Brasil la norma intenta imponerse con la violencia y la indiferencia que le son características.

Madalena Schwartz. Dzi Croquettes: Roberto de Rodrigues, ca. 1973.
Madalena Schwartz. Dzi Croquettes: Roberto de Rodrigues, ca. 1973.

Madalena Schwartz. Ney Matogrosso, 1974.
Madalena Schwartz. Ney Matogrosso, 1974.

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La exposición Las metamorfosis. Madalena Schwartz se presenta hasta el 14 de marzo en la Sala 3 del museo. 


En el marco del proyecto "La historia como rumor", cuyo tercer capítulo estará dedicado a la performance Destierro (1998), de Tania Brugera, presentamos un extracto de la entrevista que la artista cubana sostuvo con la crítica Claire Bishop. El texto completo fue publicado en Tania Bruguera in conversation with/en conversación con Claire Bishop (Colección Patricia Phelps de Cisneros, 2020), undécimo volumen de la serie bilingüe "Conversations/Conversaciones". 

La información completa sobre el libro puede encontrarse en el sitio de la Colección Cisneros

Donde tus ideas se convierten en acciones cívicas (100 horas lectura Los orígenes del totalitarismo), casa de la artista en La Habana, 2015. Cortesía de Pablo León de la Barra
Tania Bruguera. Donde tus ideas se convierten en acciones cívicas (100 horas lectura Los orígenes del totalitarismo).
Casa de la artista en La Habana, 2015. Cortesía de Pablo León de la Barra.

Claire Bishop: Empecemos por describir la estructura de este libro. Más que categorizar tu producción según medios o géneros (intervención, instalación, performance, etc.) o abordar tu obra cronológicamente, decidimos organizarla en torno a cuatro conceptos teóricos que has desarrollado durante esta última década para explicar tu trabajo –Arte de Conducta, Political Timing Specific Art [Arte en sincronía con el tiempo político], Arte Útil y Est­Ética–, más una quinta noción que tomaste prestada de otra parte, Artivismo. ¿Podemos conversar sobre esta lógica desde tu perspectiva?

Tania Bruguera: Estos conceptos son la mejor manera de representar lo que quiero lograr con el arte. Una situación recurrente que he encontrado estos años es que los críticos analizan mi trabajo usando conceptos de distintas tradiciones de la historia del arte, lo que genera expectativas y exigencias que no tienen nada que ver con mi práctica. Cuando estaba estudiando en la School of the Art Institute of Chicago, entre 1999 y 2001, tuve que aprender todos estos términos europeos y nortea­mericanos –performance, installation, body art– y a posicionarme en relación a ellos. Pero yo no me sentía para nada conectada a la performance norteameri­cana en esa época y sigo sin sentirlo. América Latina tiene tradiciones propias y específicas que exigen tomas de posición con respecto a la colonización y la dictadura –dos experiencias que nos han definido.

CB: ¿Entonces es importante que tres de estas cinco categorías estén en español?

TB: Sí. Usar estos términos en español es una posición política: exige que la gente entienda terminologías de otros lugares, y reclama una tradición latinoameri­cana de acciones en espacios públicos. Hacer arte en América Latina puede traer consecuencias reales si decides involucrarte en el comentario social o político; a veces esas consecuencias pueden ser no solo legales sino de vida o muerte. En Occidente no son tantos los ejemplos de esto –excepto principalmente en épo­cas de guerra o, más recientemente, para los artistas que han trabajado sobre vigilancia o seguridad estatal. En general los artistas en Estados Unidos tienen el privilegio de poder jugar con las ideas y ubicarse a cierta distancia de la realidad. Por el contrario, en América Latina, la realidad excede al arte: la muerte y la violencia están más presentes; el arte quizás tenga que ser más definitivo; y hay un umbral más alto de dolor y violencia.

Los términos que uso en español obligan a los críticos a intentar comprender mi posición artística; es un acto descolonizador, es una forma de afirmar que algunos términos nunca serán entendidos del todo a menos que los habitemos.

CB: ¿Qué crees que ofrecen estos términos conceptuales que no proporcionan otras definiciones de los géneros artísticos existentes?

TB: La terminología que hemos usado hasta ahora no puede explicar del todo las prácticas artísticas actuales, entonces mi introducción de nuevos términos hace un llamado a ampliar nuestro vocabulario artístico para evitar confusiones y reduccionismos. Hoy el arte se está redefiniendo con respecto a su función (¿para qué sirve el arte?), su relación con el público (¿participantes? ¿colabora­dores? ¿coautores? ¿usuarios?), los recursos con los que trabaja (legislaciones, sociedad civil, política directa), su impacto (¿populismo? ¿formas alternativas de gobierno? ¿disolución en la cultura?) y su conservación (¿recreación? ¿delega­ción? ¿sustentabilidad?). No es posible explicar estos cambios con terminología específica al medio artístico, por ejemplo.

El arte contemporáneo no es solo una forma de pensar que tiene lugar den­tro de espacios reconocibles como destinados al arte, sino que es algo que ocu­rre también a través de otras instituciones (organizaciones sociales, laboratorios científicos, infraestructuras de Internet) y, por lo tanto, es necesario discutirlo en diálogo con otras áreas de conocimiento y especialización. Hace falta una crítica más colaborativa, porque ya no se puede analizar el arte contemporáneo solo desde la perspectiva del arte.

Tania Bruguera, Tatlin's Whisper #6 (Havana Version), Bienal de La Habana, 2009. Cortesía de Estudio Bruguera
Tania Bruguera. El susurro de Tatlin #6 (Versión de La Habana).
Bienal de La Habana, 2009. Cortesía de Estudio Bruguera.

CB: Creo que, en la segunda mitad del siglo veinte, era muy poco común que los artistas determinaran las categorías con las cuales describir el arte. Muchos de estos términos que usamos hoy –como Arte Pop, Arte Povera, Arte conceptual, apropiación, estéticas relacionales– fueron concebidos por críticos o curadores. Y me parece aún menos frecuente que sean artistas mujeres quienes definan esa terminología.

TB: Puede ser. Definitivamente hay un desequilibrio entre el género masculino y femenino, y entre lo norteamericano y lo latinoamericano, pero hace ya cierto tiempo decidí no quejarme ni tampoco aceptar lo que no se ajustaba a mis ideas, así que decidí apropiarme de las herramientas del poder (en este caso, el lenguaje). Me permití tomar control del significado de mi obra e iniciar un diálogo con críticos y teóricos en lugar de ajustar mi trabajo a sus tradiciones culturales. Puede resultar duro para tu carrera profesional, pero si me considero una artista política, entonces también tengo que extender esto a las políticas internas del mundo del arte.


15.06.2020

El Xul Solar de Jorge Luis Borges

Latinoamérica al sur del sur

“Recuerdo su sentido del humor, de la broma y el hecho de que no era en absoluto convencional”, dice Borges sobre Xul Solar cuando lo recuerda en una conferencia de 1975: “Es uno de los tres hombres de cuya inteligencia no dudé nunca”.

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12.05.2020

Cruz del Sur

Por Cildo Meireles

Este texto fue publicado por primera vez en 1970 y hoy es propuesto por Gabriela Rangel, directora artística de Malba, como clave interpretativa de la nueva puesta de la colección del museo, que lleva como título Latinoamérica al Sur del Sur

Dice Rangel: "Al Sur del Sur opera como un palimpsesto escrito sobre la cronología existente de la Colección Malba. Esta nueva puesta de la colección no pretende seguir una línea de tiempo lineal ni invertir el mapa como lo propuso Joaquín Torres García –de modo que el sur sea el norte–, sino reconocer el lugar propio de enunciación para situar un conjunto de objetos patrimoniales que interpretan el arte latinoamericano. En este sentido, el texto que Cildo Meireles escribió para el catálogo de la muestra Information [Información], curada por Kynaston L. McShine en 1970 en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, ha iluminado nuestra perspectiva, que, justamente parte del hemisferio sur, para entender las distinciones reales o imaginarias de la geografía en su punto de cruce con el arte y los mitos locales desde un presente que no es estático".

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08.05.2020

Sueños a destajo

La vida de los sueños y el poder de sus imágenes han sido un tema recurrente en la historia de las artes, con momentos y artistas en los que han cobrado una especial relevancia. El movimiento surrealista es el ejemplo más evidente, que teorizó sobre ellos como fuente fundamental de creación, pero no solo en ese marco el mundo onírico ha sido un tema importante en las obras de arte. 

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Como parte de su programa de Cine, Malba ha producido una serie de exposiciones de realizadores cinematográficos, acompañadas de publicaciones exhaustivas sobre su trabajo. En el catálogo de la exposición Abbas Kiarostami. Una poética de lo real, se incluyó un fotopoemario titulado “Con el viento”, construido especialmente a partir de poemas y fotografías del gran cineasta iraní. La selección refería al ciclo de las cuatro estaciones, comenzando por el otoño, y aquí compartimos los fotopoemas que corresponden a ese fragmento. ... Seguir leyendo


14.04.2020

Algún lugar / Ningún lugar

Sobre la obra de Félix González Torres
Félix González-Torres. Untitled (Perfect lovers), 1991.

En 2008, Malba produjo una gran exposición individual del artista norteamericano nacido en Cuba Félix González-Torres (1957-1996), uno de los exponentes clave de la escena artística internacional en los años 80 y 90, que marcó fuertemente el arte contemporáneo actual. ... Seguir leyendo


Liliana Porter. El hombre con el hacha y otras situaciones breves, 2013. [Detalle].

En 2013 Malba presentó la exposición de la artista argentina Liliana Porter El hombre con el hacha y otras situaciones breves, donde, junto con una gran instalación que Porter realizó especialmente para la muestra, se exhibieron también algunos de sus trabajos sobre papel del mismo año. ... Seguir leyendo


07.04.2020

Para provocar sueños eróticos

Por Remedios Varo

Ingredientes

Un kilo de raíz fuerte
Tres gallinas blancas
Una cabeza de ajos
Cuatro kilos de miel
Un espejo
Dos hígados de ternera
Un ladrillo
Dos pinzas para ropa
Un corsé con ballenas
Dos bigotes postizos
Sombreros al gusto

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07.04.2020

«Instrucciones»
de Yoko Ono

1961-1996

En 2016, Malba realizó la exposición Yoko Ono. Dream Come True, donde se presentó una importante selección de sus piezas conceptuales llamadas “Instrucciones”, una serie que la artista empezó a producir a comienzos de los años 60 y que de diversos modos ha acompañado toda su carrera artística.

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20.03.2020

Extravíos con Víctor Grippo

Por Marcelo Pacheco
Víctor Grippo. Analogía 1, 1970-71.

Un artista debe trabajar y Grippo trabajaba mucho, casi constantemente. Sin embargo, lo persigue la leyenda de su lentitud para producir obra en su “pereza artística” confundida con la “poética artística”. Era un artista que materializaba sus ideas en unos pocos versos, en dos o tres frases, lacónico, recoleto, eremita, meditabundo, escaso en el hacer real, intenso en el hacer imaginario, siempre trabajando en largos alumbramientos. El mercado necesita qué ofrecer y los coleccionistas reclaman por más obra. Grippo tenía el tiempo del creador, del poeta con sus versos tallados y paridos en yesos, plomos, mesas, soluciones químicas, cajas blancas, papas, valijitas, maquetas, piedras y oro, objetos cotidianos, rosas y máscaras. La idea, ¡ay!, el problema de la idea, la belleza, ¡ay!, el problema de la belleza.  ... Seguir leyendo