Contemporáneo 8
Superyó

21.04— 07.06.2004
Guillermo Iuso, Miguel Rothschild, Martín Sastre y Tamara Stuby
Curadora: Eva Grinstein

Cuatro piezas que, de modo explícito pero de maneras diferentes, permiten afirmar que todos los artistas se inscriben a sí mismos en sus obras, y viceversa. Son cuatro relatos de mayor o menor vuelo fantástico que parten de datos biográficos reales; cuatro artistas que en sus obras dicen estar narrándose a sí mismos para convertirse en héroes o antihéroes.

La propia vida como materia prima para producir un discurso artístico; el arte como plataforma para la creación de una identidad personal. La idea aquí es reflexionar sobre la vida personal como materia prima para gestar una identidad artística; la obra como excusa para inventarse una autobiografía. Héroes y antihéroes. Como señala la curadora, “los artistas, que en sus obras dicen estar refiriéndose a sí mismos, se dan la oportunidad de construir el personaje que quieren que veamos cuando los vemos a ellos-persona. Busco un diccionario de psicoanálisis y leo que en la doctrina freudiana, la conciencia moral, la auto-observación y la formación de ideales son funciones del superyó. También, justamente, la sublimación artística. Creo que la posibilidad de asomarse a esos relatos y reparar en los propios trucos de auto-invención es un motivo de peso para pedir que sigan existiendo los artistas.”

En esta serie titulada Iusismo, Guillermo Iuso continúa de manera directa lo que antes presentó en la exposición y el libro Estado de boarding pass y en la muestra individual que realizó en la galería Braga Menéndez. Así lo describe Grinstein: “Cuando Guillermo me muestra

sus nuevas obras, me pregunto si no estará forzando los carriles de su vida para obtener sucesos dignos de ser contados. Aquí se acentúa esa fiebre auto-analítica que determina su producción: más impúdico y más voraz, desanda sus propios pasos para editarlos resumiendo múltiples hechos en pocas palabras. Recopila su excitación frente al amor con su novia Laura; actualiza traumas del pasado; sigue intentando definir los bordes de su relación consigo mismo. Uno se topa con esa montaña de frontalidad y se mezclan una suerte de vergüenza ajena y la más cruda fascinación.”

Rothschild reclama su herencia -la fotonovela de Miguel Rothschild- es de principios de los noventa y coincide con su radicación en Berlín. Nunca fue exhibida en Buenos Aires e integra una serie de trabajos en la que Rothschild se coloca en el centro de situaciones desventuradas e hilarantes. “Allí el artista se conecta con sus otras propuestas supuestamente autobiográficas, paródicas y melodramáticas. En este caso, el hecho concreto de la similitud de su apellido con el de la famosa familia de millonarios da pie para una fantasía con castillo incluido. Ni verídico ni verosímil, el cuento sin embargo no podría ser de otro sino de Rothschild, caracterizado como pintor mediocre en busca de éxito y riquezas” (Grinstein).

El último video de Martín Sastre -Montevideo: The Dark Side of the Pop- forma parte de la exposición desde antes de ser filmado. Es el segundo trabajo de una trilogía en curso, con una historia retro-futurista que habla del colonialismo al revés, con fondo de caserón rioplatense y financiación europea. “Martín me anticipa el argumento durante las vacaciones en Uruguay–escribe la curadora- y aunque escatima la mitad de la información –adora el misterio en torno de sí mismo– adivino lo que viene desde que escucho el título. Tal vez lo más atractivo de Martín es que su sed de fama se funde en las dosis correctas con una absoluta lucidez en torno a las miserias del mundo del arte. Detestar y anhelar”, comenta la curadora. El video se presentó en febrero durante ARCO, y el Ayuntamiento de Madrid decidió premiar a Sastre como Artista Revelación ARCO 2004.

Tamara Stuby presenta una pieza que data de 1998 y fue exhibida en distintas versiones en Norwich (Inglaterra), en Buenos Aires y también a través de Internet. En Informe anual: un año de mi vida en estadísticas, Stuby acepta y somete su reporte a una auto-auditoría, en palabras de la curadora, “el colmo de la introspección revestida de recato y ‘rigor científico’”. La instalación se completa con una fase participativa, abierta al público: el que disfrute husmeando en la vida de Tamara podrá obtener una copia de sus gráficos. Y el que desee opinar, podrá aportar comentarios y sugerencias, una propuesta que -de algún modo- evalúa el interés que puede tener un ‘otro’ hacia un ‘superyó’.