Diario
Exposiciones

Narrativa abismal: escritos instantáneos en el MALBA
Por Magdalena Pardo

Vista de la obra "Narrativa instantánea", de Dora García.

—Nena, pusiste una falta de ortografía. Sacala —dice un hombre.
—Ya no se puede, señor —respondo.
El hombre me mira fijo. Hace un silencio y arremete:
—Así estamos —concluye. Y se retira.

Describo la situación en vivo. Estoy incómoda. Aclaro, por escrito, que el error no fue de ortografía, sino de tipeo. En el teclado, la “b” está al lado de la “v”. Pero el señor ya no lee mis excusas. Se va de la sala convencido de que soy una de esas purretas de las nuevas generaciones que no saben ni deletrear su nombre. Jamás sabrá que aquello que él acaba de leer en la pantalla de una sala del MALBA es mi escritura en vivo. Estoy trabajando como performer en la muestra Experiencia Infinita (2015), específicamente en la obra Narrativa Instantánea (2006), de la artista española Dora García. Desde hace más de un mes —y en turnos de cuatro horas, cuatro veces por semana— dos compañeros y yo cumplimos una misión: escribir, en tono descriptivo, todo lo que vemos que la gente hace o dice mientras permanece en la sala. El texto se va proyectando en una pared y el público lo lee. Cada nueva oración desplaza un poco hacia arriba a la última, como un carretel infinito. Ninguna oración puede ser corregida.

(...)

Entran a la sala del MALBA una madre y su hijo adolescen­te. El chico arrastra los pies. Acaban de abandonar una sala de la exhibición, contigua a la de Narrativa Instantánea, donde hay dos pintores de brocha gorda que pintan las paredes de blanco, una y otra vez, en forma permanente. Se trata de la obra En­tre otros acontecimientos (2000), de Elmgreen & Dragset, que se exhibe como primera propuesta al inicio de la recorrida. La madre mira de nuevo hacia atrás, escudriñando a los pintores. Mira mi sala. Mira para atrás. Descubre un cartel y lo examina.

—Para disfrutar un poco tenés que leer —dice.

El hijo ahora lee el cartelito que comenta la obra de los pintores de brocha gorda. El texto dice que son dos pintores desempleados y que pintan la pared de blanco, sin detenerse. El chico los mira de nuevo y algo en su cara se transforma: sonríe.

(...)

Un hombre camina hacia mi escritorio y me dice:

—Hace veinte años que soy artista y estos tipos que pintan de blanco no son arte. Justifíquenla como quieran.

El hombre se para ahora frente a la pantalla de mi sala y empieza a leer.

En Narrativa Instantánea, las personas son miradas y escritas por mí. Algunas se sienten vigiladas. Otras invitadas: arman pequeños acontecimientos para que yo los escriba. Hacen trencitos, gritan o, en el caso de los estudiantes, dicen cosas como “Escribí que la profe es una grosa porque nos trajo al museo”. Otras creen que soy una orientadora y preguntan a qué hora empieza la visita guiada o dónde está la obra esa de la puerta giratoria humana. Yo respondo sin aclarar nada más, a la vez que describo todo, dándole combate al teclado.

Un hombre se acerca.

—Quisiera hablar con la artista, con Dora García. ¿Cómo hago? —pregunta.
—…Tendría que viajar a España —respondo.
—No puedo —contesta con seriedad—. Que alguien haga de Dora García y actuamos.
—Yo soy española —interviene una chica—. Podría actuar de ella.
—Buenísimo —se entusiasma el hombre—. Empecemos: ¿a qué se dedica exactamente usted, Dora?

La chica hace un silencio. Se la ve desconcertada.

—Creo ideas —responde.
—Ajá. Interesante —dice el hombre.

Las palabras del hombre y de la chica son habladas y escritas, superpuestas con otras de otras personas que también transcribo, describo o narro. En mis palabras y las de otros, Dora García materializa su idea.

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Magdalena Pardo nació en Buenos Aires en 1985. Es licencia­da en Ciencias de la Comunicación (UBA), actriz y docente de teatro. Se desempeña en el campo de la educación, la cultura y la comunicación trabajando en proyectos vinculados a organiza­ciones sociales, prensa de espectáculos y formación docente para la introducción de TICs al aula. En paralelo, participa como ac­triz o performer en diversas obras, entre las que se encuentran Narrativa Instantánea, de Dora García (MALBA); Chau Mis­terix (Elkafka Espacio Teatral) y Disculpen que no me levante (Teatro Tadrón), entre otras. Dicta seminarios de teatro y escri­be textos periodísticos, académicos y literarios.

El texto completo de la crónica Narrativa abismal de Magdalena Pardo se encuentra publicado en el libro Nunca la misma historia. Nueve nuevos cronistas, publicado por Marea Editorial, que reúne los textos ganadores del Primer Concurso de Crónica Fundación Tomás Eloy Martínez para Estudiantes de Periodismo.