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El martes 26 de julio el museo estuvo abierto para los lectores de todas las edades. Más de 700 personas pasaron por el ya clásico encuentro entre lectoras y lectores que organiza Malba Literatura en cada estación.

Comenzó a las 15:30 en el Auditorio con “Sabor a durazno”, un espectáculo para niños organizado por la editorial Pequeño editor y a cargo de la artista Carla Breslin. Desde el mismo escenario o en las butacas los más chicos pudieron jugar, cantar y disfrutar de historias y canciones.

Al mismo tiempo, en la Biblioteca, ya estaba instalado el Árbol de la imaginación, un espacio también pensado por Pequeño editor para prolongar y amparar los mundos imaginarios, compuesto de libros ilustrados. El árbol estará en la Biblioteca hasta el fin de semana, para que los chicos que visiten el museo durante el resto de las vacaciones de invierno lo puedan aprovechar.

A un costado del Árbol, Delfina Aguilar y Ángeles Rodes coordinaron el taller Papel de carta en el que chicos y chicas pudieron armar pequeñas postales desplegables para enviar. La mesa de trabajo estuvo llena en todo momento. El taller estuvo a cargo de la editorial Fanny & Alexander. Para los visitantes un poco más grandes, el equipo de Educación del museo preparó dos visitas guiadas lúdicas y participativas por la Colección.

Durante todo el día hubo un buzón de Andreani desde donde se mandaron más de 500 postales a todos los rincones del país. Además, los adultos tuvieron a su disposición una biblioteca especializada en Historia, Género y Ciencias Sociales, en colaboración con editorial Siglo XXI, y los catálogos de las exhibiciones del museo y todas las publicaciones de Malba Literatura.

Hasta las 18:00 el público fue casi exclusivamente de familias, chicas y chicos de distintas edades que aprovecharon para leer en los pufs y sillones, dibujar, enviar postales y disfrutar de los juegos y cuentos.

Después de esa hora, las actividades se centraron en un público joven y adulto. Hubo dos visitas guiadas por la colección a cargo del equipo educativo del museo, que tuvieron como foco el día y la noche

Mientras tanto, distintos espacios fueron intervenidos por las activaciones performáticas organizadas por Mover la lengua. En ellas, un dúo de bailarín/a y autor/a interpretaron una suerte de coreografía entre la palabra y el cuerpo. En el Hall se cruzaron la bailarina Jimena González y el escritor Gerardo Jorge. En el Auditorio estuvieron la bailarina Flor Nena y el escritor Juan Vico, octavo participante de la Residencia de Escritores de Malba. El último dúo lo conformaron el bailarín Ares Barrios y la escritora Antonella Saldicco.

Como gran cierre de la jornada, la explanada del museo se convirtió en un ring donde los bailarines fueron desafiados a interpretar textos con el cuerpo. Tanto los artistas invitados como poetas y lectores del público se sumaron al desafío y el evento terminó con brindis y baile al compás de las intervenciones de música y voces de la DJ, Rixa.

 

 

 

 

 

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