09.02.2022

Marius de Zayas es nombre y es obra

Por Antonio Saborit

Uno vive en los innumerables episodios que integran la vida efímera y explosiva y estridente de las vanguardias artísticas y sus revoluciones. Está en el corazón del arranque del siglo XX, en su inocencia interrumpida o en su temprana madurez. No es difícil dar con otros destierros tan sedentarios como el suyo, lo arduo en realidad está en apartar el misterio de la serenidad con la que siempre y en donde sea encuentra su sitio. Su propio sitio.

Su nombre es parte de la leyenda sin fin que habitan desde entonces los artistas y escritores de ese tiempo, tan fuera de lo común que en verdad resultan excepcionales, tan excepcionales que se vuelven incomprensibles, tan incomprensibles que sus personas a veces se pierden sobre el puente de la historia y acaban por vivir entre nosotros como unos desconocidos de los que supuestamente se sabe o se conoce todo. O casi todo. Su nombre es un rasgo bien claro en grafito y carbón. O en tinta.  

El nombre de Marius de Zayas es una manera de entender la ironía y de vivir la inteligencia en un mundo solemne y lerdo, como harto de realizaciones que considera magníficas, un mundo que no percibe que en realidad vive a un paso del abismo. Sus pares siempre lo vieron como un contemporáneo, pues daba la impresión de habérselas arreglado desde el principio de los tiempos para vivir por su cuenta y siempre por su lado, con honestidad y audacia, sin negociar ni su agudeza ni su generosidad, firme y discreto como el trazo suyo.


Guillaume Apollinaire por Marius de Zayas, caricatura publicada en la revista Les Soirées de Paris, julio-agosto de 1914.
Colección Archivo Zayas, Sevilla.

Marius de Zayas es obra crucial en los terrenos donde quiso realizarla, o donde tuvo tal alternativa, fuente de su manifiesta singularidad y de su fuerza. Creció no solo al margen del manifiesto artístico y del programa político, sin perder intensión en ningún momento, en ningún sentido. Obra atada a la necesidad de cada día, a la rueda del trabajo, a la angustia del tiempo siempre en presente. Es obra más cruel de lo que alcanza a imaginar el primer vistazo, venenosa, o por lo menos perturbadora, hasta cuando dibuja el orden puro del movimiento. Obra dispersa, también, en el naufragio del diarismo llamado moderno, en el del coleccionismo.

Sea esta visita a Marius de Zayas en el sobresalto y la fugacidad con que se cumple el encuentro de la piedra con el agua. Y a la sombra de su arte.


Poema visual de Marius de Zayas, publicado en la revista 291, número 9, octubre-noviembre de 1915.
Colección Archivo Zayas, Sevilla.


Dos cartones de Marius de Zayas para The World, Nueva York, ca. 1908.
Colección Archivo Zayas, Sevilla.

–––––––––

Este texto constituye la introducción al libro de Antonio Saborit Una visita a Marius de Zayas (México: Universidad Veracruzana, 2009).

El jueves 17 de febrero a las 18:00 Saborit, director del Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México, brindará la conferencia magistral Vida y tiempo de Marius de Zayas. El caricaturista que llevó el arte moderno a Nueva York en el Auditorio Malba,

Relacionados