CICLO
Maestros del suspenso
Durante todo el mes
Cuando se habla de suspenso se piensa en Alfred Hitchcock, cuyo nombre se volvió un sinónimo del tema. Pero no fue el único que dominó el arte de atrapar al espectador mediante la intencionada distribución de la información narrativa. Durante el mes de julio, malba.cine exhibirá diversos films de suspenso que están a la altura de cualquiera de los del Maestro. Se exhibirán films de, entre otros, John Carpenter, Henri-Georges Clouzot, David Cronenberg, Brian De Palma, George A. Romero, Robert Siodmak, Billy Wilder, Robert Wise y Fred Zinnemann.
Los tallos amargos (Argentina, 1956) de Fernando Ayala, c/Carlos Cores, Aída Luz, Julia Sandoval, Vassili Lambrinos, Bernardo Perrone, Virginia Romay, Gilda Lousek, Pablo Moret. 90’.
Dos hombres suben a un tren y uno de ellos comienza a recordar su historia reciente, sus dudas y fracasos y las razones que lo han vinculado circunstancialmente al otro personaje. El relato es fragmentario, tiene una zona trágica y se resignifica en una segunda mitad que incluye otra perspectiva. El resultado es un film que combina caracterizaciones y conflictos típicamente argentinos con un tono de creciente desesperación, digno del mejor film noir norteamericano. La fotografía de Ricardo Younis ha sido señalada entre las 100 mejores de la historia del cine.
Patrick (Australia, 1978) de Richard Franklin, c/Susan Penhaligon, Robert Helpmann, Rod Mullinar, Bruce Barry, Julia Blake. 112’.
Gracias al explosivo documental Not quite Hollywood (Mark Hartley, 2008) descubrimos que hubo algo llamado “Ozploitation”: un grupo de películas australianas realizadas durante los años setenta y ochenta, en donde todos, o casi todos, los géneros cinematográficos fueron llevados a su extremo con grandes dosis de sexo, violencia, sangre, autos veloces, nativos violentos y paisajes perturbadores. En ese contexto, Franklin se internó con Patrick en los terrenos de Alfred Hitchcock con ayuda del guionista Everett De Roche (autor también de los guiones de Razorback, el destructor, Largo fin de semana y Roadgames). El “Patrick” del título es un paciente comatoso que desde su cama aterroriza a todos mediante el uso de poderes telekinéticos. Con esa consigna mínima, Franklin y De Roche, logran un máximo de suspenso. Texto de Marcelo Alderete y Pablo Conde.
La zona muerta (The Dead Zone, EUA-1983) de David Cronenberg, c/Christopher Walken, Brooke Adams, Tom Skerritt, Herbert Lom. 103’.
Uno de los temas más adecuados a priori para los excesos de Cronenberg, termina por ser uno de sus títulos más serenos. Basado en una excelente novela de Stephen King, se acerca, más que al terror, al clásico tema del outsider con poderes que tantas veces (en Slan, Más que humano, Juan Raro) ha presentado la ciencia ficción. Christopher Walken estructura una composición memorable como un telépata profético que va viendo destruida por su capacidad especial tanto su vida como su amor por una mujer. Ambigua y fascinante en los aspectos políticos del final. Texto de Elvio E. Gandolfo.
El sonido de la muerte (España, 1965) de José Antonio Nieves Conde, c/Arturo Fernández, Soledad Miranda, James Philbrooks, José Bódalo, Ingrid Pitt, Lola Gaos. 92’.
La apertura de una antigua tumba libera a un monstruo invisible, que se manifiesta sólo por medio de un grito aterrador. Es notable cómo el director Nieves Conde logró crear un clima de suspenso y opresión contando con una de las propuestas de producción más económicas de la Historia del Cine. También se trata de uno de los primeros ejemplos (y más originales) ejemplos del género en el cine español.
¿Quién puede matar a un niño? (España, 1976) , c/Lewis Fiander, Prunella Ransome. 90’.
Mientras se liberaba del peso de Franco, el cine español de los setenta produjo cientos de películas de terror, la mayor parte de las cuales fueron revisiones más o menos divertidas de los mitos clásicos, como Drácula y el Hombre Lobo. ¿Quién puede matar a un niño?, en cambio, fue un aporte original al género y se transformó de inmediato en un film maldito, ya que en lugar de estar protagonizado por monstruos, lo estuvo por niños asesinos, que liquidan a sus mayores sin explicación ni lógica. Incorrecta y extremadamente inquietante, la película fue la segunda y última que hizo hasta la fecha Narciso Ibáñez Serrador, hijo de Narciso Ibáñez Menta.
Prisionera del destino (My Name Is Julia Ross, EUA-1945) de Joseph H. Lewis, c/Nina Foch, May Whitty, George Macready, Roland Varno, Anita Bolster. 65’.
Joseph H. Lewis –más allá del carácter “de culto” que han adquirido algunos de sus films, como Vivir para matar (Gun Crazy) y Gángsters en fuga (The Big Combo)- es un director todavía a descubrir y esta pequeña película es un claro ejemplo de su talento como cineasta. Narrando la historia de una muchacha que, en busca de trabajo, termina en las garras de una familia de psicópatas, el director incorpora en poco más de una hora numerosas vueltas de tuerca, a la vez que define con precisión los diferentes caracteres. La actriz Nina Foch tuvo el papel de su vida en esta pequeña gema que ratifica –por si todavía hiciera falta- que no son necesarias grandes estrellas ni voluminosos presupuestos para realizar un film valioso. Texto de Jorge García.
Bullitt (EUA, 1968) de Peter Yates, c/Steve McQueen, Robert Vaughn, Jacqueline Bisset, Don Gordon, Robert Duvall, Simon Oakland. 114’.
McQueen recibe la misión de custodiar a un testigo, pero algo le huele mal y tiene razón: en poco tiempo estalla a su alrededor una compleja trama de corrupción que le exige proceder con una autonomía que no tiene. Casi toda la trama está narrada por Yates en términos puramente visuales, apoyados por la legendaria mirada de su protagonista y por una banda sonora (Lalo Schifrin) de vibrante modernidad. La persecución central en automóvil se hizo célebre por su precisión y porque McQueen insistió en hacerla sin dobles.
Tras el espejo (The Dark Mirror, EUA-1946) de Robert Siodmak, c/Olivia de Havilland, Lew Ayres, Thomas Mitchell, Richard Long, Charles Evans. 85’.
Dos hermanas gemelas son investigadas por un crimen que pudo haber cometido una de ellas. Junto con Cuéntame tu vida de Hitchcock, este fue uno de los films pioneros en la incorporación de psicoanálisis como herramienta decisiva en la resolución de un delito. La gran Olivia de Havilland se superó a sí misma interpretando a ambas hermanas y marcando las diferencias de carácter entre ambas con sutilezas de caracterización.
A la hora señalada (High Noon, EUA-1952) de Fred Zinnemann, c/Gary Cooper, Grace Kelly, Lloyd Bridges, Thomas Mitchell, Katy Jurado, Lon Chaney, Jr. 85’.
La muerte es un tren que se acerca en este clásico western de suspenso que permitió a Gary Cooper ganar un Oscar de la Academia. Bajo la superficie de su anécdota circulaba además una amarga alegoría sobre el macartismo que se había desatado en toda Norteamérica desde algún tiempo antes. De hecho, su guionista y coproductor, Carl Foreman, fue una de sus víctimas y debió marchar al exilio.
Horas desesperadas (The Desperate Hours, EUA-1955) de William Wyler, c/Humphrey Bogart, Fredric March, Arthur Kennedy, Martha Scott, Dewey Martin, Gig Young. 112’.
Tres criminales temibles escapan del presidio y se refugian en casa de una familia de clase media a la que toman de rehén. Como en muchas oportunidades durante su larga carrera, Wyler supo extraer todo el potencial dramático de la concentración narrativa que le ofrecía la obra teatral original de Joseph Hayes. El gran Humphrey Bogart, que en los años inmediatamente previos había logrado demostrar su capacidad para interpretar personajes complejos (El tesoro de la Sierra Madre, La reina africana), volvió en esta oportunidad a componer un villano absoluto, como los que le habían conquistado una primera fama en los años treinta.
Sin conciencia (The Enforcer, EUA-1950) de Bretaigne Windust y (sin figurar) Raoul Walsh, c/Humphrey Bogart, Roy Roberts, Zero Mostel, Everett Sloane, Ted de Corsia, Lawrence Tollan, Bob Steele. 88’.
Bogart interpreta a un fiscal que procura desbaratar una organización nacional de asesinos a sueldo. Producida de manera independiente por Milton Sperling, la película es uno de los ejemplos más violentos de todo el ciclo noir y además sorprende por el vigor de su estructura narrativa, que expone los hechos sin seguir un orden cronológico hasta componer -como un rompecabezas- el complejo mapa de situación que el protagonista necesita reconstruir. Se verá en copia nueva.
La furia (The Fury, EUA-1979) de Brian De Palma, c/Kirk Douglas, John Cassavetes, Carrie Snodgress, Amy Irving, Fiona Lewis, Charles Durning. 118’.
Un joven con poderes telekinéticos es víctima de una oscura agencia gubernamental y pierde poco a poco la cabeza, sin saber que mientras tanto su padre lo busca frenéticamente. La trama no importa tanto como la forma magistral en que De Palma la cuenta, llevando a un original paroxismo las lecciones aprendidas de Hitchcock. En un elenco magistral se destacan las respectivas veteranías de Douglas y Cassavetes, en papeles muy lejanos a los arquetípicos de sus respectivas carreras.
Noche de brujas (Halloween, EUA-1978) de John Carpenter, c/Donald Pleasence, Jamie Lee Curtis, Nancy Loomis, P. J. Soles, Charles Cyphers. 93’.
No se puede decir nada que ya no se haya dicho sobre este clásico del género, imitado hasta el hartazgo. Sólo recordar que, pese a su influencia posterior, no se trata tanto de un film de horror sino uno de suspenso, y como tal, uno de los más puros que se hayan filmado jamás. También fue, durante décadas, la producción independiente más rentable de la Historia del Cine.
Homicida (Homicidal, EUA, 1961) de William Castle, c/Jean Arliss, Patricia Breslin, Glenn Corbett, Eugenie Leontovitch, Alan Bunce, Richard Rust, Snub Pollard. 87'.
El director William Castle es considerado por muchos “el Hitchcock pobre”. Tal apelativo puede parecer discutible pero, en todo caso, resulta pertinente en relación con este film, que es un descarado intento por capitalizar el éxito de Psicosis. El gran momento del film, sin embargo, supera toda posible influencia: Castle interrumpe la acción antes del climax y concede un minuto de reloj (reloj que se ve en la pantalla) para permitir que el público impresionable abandone la sala.
La noche de los muertos vivientes (Night of the Living Dead, EUA-1968) c/Duane Jones, Judith O’Dea, Karl Hardman, Marilyn Eastman. 96’.
La historia es clásica y fue imitada cientos de veces: diversas personas coinciden en una casa abandonada, buscando refugiarse de una horda de zombies devoradores de carne humana. Aunque hay referencias vagas a la radiación contenida en un satélite caído a tierra de manera imprevista, nunca se sabe con certeza qué cosa ha reanimado a los muertos. Lo cierto es que el mal que los moviliza es contagioso y, aunque se los puede eliminar con facilidad, el verdadero problema es que están por todas partes. Con un presupuesto exiguo, la ayuda de sus amigos y una inteligencia que él mismo suele desestimar, Romero creó el film de horror más influyente de todos los tiempos. Hubo directores que se atrevieron a filmar imágenes gore antes que Romero, pero nadie había logrado hacer con ellas una obra de verdadero suspenso y eficacia narrativa.
El salario del miedo (Le salaire de la peur, Francia-1952) de Henri-Georges Clouzot, c/Yves Montand, Charles Vanel, Peter Van Eyck, Vera Clouzot. 125’.
Pocos recuerdan que este clásico del suspenso transcurre en algún sitio innominado de Latinoamérica, donde los yanquis tienen mano libre para la explotación petrolífera. Descastados de todas partes del mundo, varados en ese rincón perdido y desolador, añoran sus respectivas civilizaciones en medio del hambre, la desesperación y la miseria más espantosa. En ese alegre contexto no es sorprendente que los protagonistas estén dispuestos a transportar nitroglicerina al rayo de sol y en camiones sin amortiguadores, con tal de reunir el dinero necesario para pagarse un pasaje a cualquier otra parte. Texto de Diego Curubeto.
Psicosis (Psycho, EUA-1960) de Alfred Hitchcock, c/Anthony Perkins, Janet Leigh, Vera Miles, John Gavin, Martín Balsam. 109’.
Una muchacha comete un robo y luego se arrepiente pero ya es demasiado tarde, porque para entonces el destino la ha llevado a pasar la noche en el Motel Bates, donde es fatalmente espiada por Norman Bates. Aunque a esta altura su trama ya no sea una sorpresa para nadie, en términos formales este film se mantiene tan impactante como en el momento de su estreno. Su éxito no sólo fue la base del cine de terror moderno, sino que además inspiró toda clase de imitaciones, varias secuelas y hasta una remake (dirigida por Gus Van Zandt en 1998) que, lejos de opacarla, la revalorizó.
La sombra de la guillotina (Reign of Terror o The Black Book, EUA-1949) de Anthony Mann, c/Robert Cummings, Richard Basehart, Richard Hart, Arlene Dahl. 88’.
Este es un caso rarísimo de film noir ambientado en la revolución francesa, cuyo McGuffin es la agenda del sanguinario Robespierre (interpretado con expresionista alegría por Richard Basehart). La combinación de la pericia narrativa de Mann con la imaginación formal del fotógrafo John Alton produjo esta obra maestra mal conocida, en la que cada escena tiene un motivo de suspenso y cada plano es un tour de force. No es menos importante, incluso dramáticamente, la sensualidad de Arlene Dahl.
El hombre mosca (EUA-1923) de Fred Newmeyer y Sam Taylor, c/Harold Lloyd, Mildred Davis, Bill Strothers, Noah Young. 70’.
Una serie de confusiones y enredos culminan en una situación absurda pero de suspenso irresistible: Harold Lloyd se ve obligado a trepar un edificio de varios pisos, por la parte de afuera. La idea se inspiró en proezas similares que, con propósito publicitario o de insólita autopromoción, se montaban frecuentemente en los años del film. Fue el film más célebre de Lloyd y la escena culminante sigue contándose entre las más eficaces del género.
El luchador (The Set-Up, EUA-1949) de Robert Wise, c/Robert Ryan, Audrey Totter, George Tobias, Alan Baxter, James Edwards, Wallace Ford. 72’.
El inmenso Robert Ryan interpreta a Bill “Fogonero” Thompson, un boxeador al que todos consideran acabado. Tanto, que su propio manager acepta un soborno para que Thompson se deje ganar y ni siquiera considera que debe decírselo. Hace demasiado tiempo que no gana. El problema es que esta vez “Fogonero” tiene la corazonada de que esta vez las cosas pueden cambiar. Esta obra maestra absoluta es la mirada más desoladora que el Hollywood clásico se permitió sobre el mundo del box, pero también es un extraordinario film de suspenso narrado por Wise con una urgencia que se parece a la desesperación.
La séptima cruz (The Seventh Cross, EU, 1944) de Fred Zinnemann, c/Spencer Tracy, Signe Hasso, Hume Cronin, Jessica Tandy. 110¹. Doblada al castellano.
Muy lejos de las epopeyas triunfalistas de la mayor parte de las películas norteamericanas hechas durante la segunda guerra mundial, este film describió con un tono sombrío y casi expresionista la persecución implacable de siete hombres que escapan de un campo de concentración. Con notable economía de diálogos y fuerza visual, Tracy compuso uno de los mejores personajes de su carrera.
Hermanas diabólicas (Sisters, EEUU-1973) de Brian De Palma, c/Margot Kidder, Jennifer Salt, Charles Durning. 92’.
De Palma comenzó a definir su estilo con este thriller de suspenso, que contiene sus primeros homenajes a Alfred Hitchcock, empezando por una excepcional partitura de Bernard Herrmann. Pero la película no es sólo un homenaje al pasado: contiene un empleo innovador de la pantalla dividida y, a cierta altura, se entrega con alegría al surrealismo más delirante en una escena onírica de antología. Curiosamente, la actriz Margot Kidder padeció un desorden mental similar -aunque menos violento- al de su personaje en este film.
La escalera caracol (The Spiral Staircase, EUA, 1946) de Robert Siodmak, c/Dorothy McGuire, George Brent, Kent Smith, Ethel Barrymore, Rhonda Fleming, Elsa Lanchester, Sara Allgood. 83'.
Uno de los primeros y más tremendos asesinos seriales de la historia del cine apareció en este film. Su objetivo son, como queda claro en una impresionante escena inicial, las muchachas que padecen algún defecto físico. Es sólo cuestión de tiempo hasta que pose su atención en la protagonista, que eventualmente no podrá gritar pidiendo ayuda por ser muda.
El extraño (The Stranger, EUA-1946) de Orson Welles, c/Edward Robinson, Loretta Young, Orson Welles. 92’.
Varios elementos argumentales del film están pensados para provocar suspenso, empezando por el descubrimiento (o no) de la verdadera identidad del personaje que interpreta Welles y culminando con una vertiginosa persecución en altura. Es paradójico y fascinante que este film, quizá el más deliberadamente artificioso y expresionista de su carrera, el director incluyera (por primera vez en un largometraje) algunas de las tremendas escenas documentales tomadas en los campos de exterminio del nazismo.
El tren (The Train, EUA / Francia-1964) de John Frankenheimer, c/Burt Lancaster, Paul Scofield, Jeanne Moreau, Suzanne Flon, Michel Simon, Wolfgang Preiss. 140’.
El tren en cuestión lleva un tesoro invalorable en cuadros robados de diversos museos franceses por un oficial alemán, cerca del fin de la guerra mundial. Un pequeño grupo de ferroviarios de la resistencia recibe la orden de detenerlo, en parte por razones estratégicas pero también porque allí se va parte de la herencia cultural francesa. A primera vista se trata de un prodigioso film de acción, realizado con mano maestra por Frankenheimer en su mejor momento, pero hay algo más en la caracterización del sofisticado alemán que aprecia el arte pero no la vida, en el ferroviario que hace de su oficio una cultura y en la dimensión épica que adquiere poco a poco la confrontación cada vez más personal entre ambos hombres.
La ventana (The Window, EUA-1949) de Ted Tetzlaff, c/Bobby Driscoll, Barbara Hale, Arthur Kennedy, Paul Stewart, Ruth Roman. 73’. Doblada al castellano.
Memorable film noir a partir de un relato de Cornell Woolrich, similar al que inspiró La ventana indiscreta unos años después. En esta ocasión es un niño el testigo involuntario de un crimen y nadie parece creerle salvo, para su desgracia, los criminales. Fue la mejor película de la breve carrera como realizador del eminente director de fotografía Tetzlaff.
Testigo de cargo (Witness for the Prosecution, EUA-1957) de Billy Wilder, c/Marlene Dietrich, Tyrone Power, Charles Laughton, Elsa Lanchester. 114’.
Primero fue un best seller, luego una de las obras teatrales más exitosas de la historia y finalmente un film que estuvo a la altura de esos éxitos, en buena medida gracias a un elenco perfecto. Wilder comprendió que la trama de Agatha Christie era lo más valioso de la obra original y la puso en escena con un máximo de contención y respeto. Las mayores libertades que se tomó tuvieron que ver precisamente con la influencia de su elenco: el humor que se produce entre Charles Laughton y Elsa Lanchester hubiera sido inimaginable con otros intérpretes, así como el flashback en el cabaret de Berlín se justifica (y se carga de un sentido autoreferencial) porque su protagonista es Marlene Dietrich. A los 57 años la diva no sólo pudo demostrar que sus piernas seguían siendo legendarias, sino que también logró la interpretación más sorprendente de su larga carrera cinematográfica.
La razón de Estado (La raison d’État, Francia / Italia-1978) de André Cayatte, c/Jean Yanne, Monica Vitti, Michel Bouquet, Francois Périer, Jean-Claude Boillon. 95’.
Quizá el más popular de los muchos films políticos de Cayatte, La razón de Estado describe primero el proceso mediante el cual se realiza el comercio de armas entre las naciones que las fabrican y las que las compran, prescindiendo de controles y tratados, y enseguida el operativo que se pone en marcha para encubrir ese proceso cuando alguien amenaza con denunciarlo.
El profesional (Le professionnel, Francia-1981) de Georges Lautner, c/ Jean-Paul Belmondo, Jean Desailly, Cyrielle Elqui Tours Clair, Marie-Christine Descouard, Elisabeth Margoni. 105’.
Un agente secreto francés es abandonado por sus superiores durante una misión en África, pero sobrevive y vuelve para vengarse de todos. Después de erigirse en uno de los íconos de la nouvelle-vague, Belmondo se reinventó como protagonista de diversos films de acción y aventuras, de los cuales El profesional es quizá el mejor y sin duda el más recordado, entre otras cosas por las escenas de acción (que Belmondo gustaba de interpretar sin recurrir a dobles) y por la música de Ennio Morricone. En más de un sentido anticipa, sorprendentemente, la trama de los films sobre Jason Bourne interpretados por Matt Damon.
Sabotaje (Sabotaje, Gran Bretaña-1936) de Alfred Hitchcock, c/Sylvia Sydney, Oscar Homolka, John Loder, Desmond Tester. 76’.
El señor Verloc finge ser el honrado propietario de un cine de barrio, pero en realidad es agente de una espantosa red de terroristas extranjeros. Dos de las escenas más célebres del cine de Hitchcock están en este film: la del niño que se pasea por Londres sin saber que lleva una bomba, y la confrontación final entre Sylvia Sydney y Oscar Homolka
Atentado (Zamach, Polonia-1958) de Jerzy Passendorfer, c/Bozena Kurowska, Grazyna Staniszewska, Zbigniew Cynkutis, Roman Klodowski, Tadeusz Lomnicki. 83’.
En poco más de una hora y veinte, Passendorfer describe minuciosamente la preparación, ejecución y resultados de un atentado de la resistencia polaca sobre la ocupación nazi, basado en un episodio real. Poco y nada se sabe fuera de Polonia sobre el resto de la obra del realizador, probablemente prescindible, pero este film merece un mejor recuerdo, aunque solo sea por el resultado circunstancial que logró gracias a una su atención por los detalles, la ejemplar concentración dramática y el suspenso inherente a la situación.
La ventana indiscreta (Rear Window, EUA-1954) de Alfred Hitchcock, c/James Stewart, Grace Kelly, Wendell Corey, Thelma Ritter, Raymond Burr. 112’.
Un hombre inmovilizado, una mujer hermosa, una ventana y un largavistas. La combinación de estos elementos produjo un film ya legendario, que probablemente sea el más representativo del cine de Hitchcock. Analizada hasta el hartazgo, su puesta en escena es tan asombrosamente perfecta que casi nadie recuerda el cuento original de Cornell Wollrich (es decir William Irish, que Truffaut también adaptó) ni al pobre guionista John Michael Hayes. Sin importar todo lo que se ha escrito sobre el film, el hecho de que se la puede volver a ver infinitas veces es la mejor prueba de su vigencia.
ESTRENO INTERNACIONAL
Post Tenebras Lux
de Carlos Reygadas
(México, 2012)
Jueves y viernes a las 20:00
Los primeros minutos son extraordinarios: en una cancha de fútbol en el campo, una niña rodeada de animales camina mientras está a punto de desatarse una tormenta. No es necesariamente una postal de terror, pero la soledad de la niña tiene acaso una dimensión de indefensión cósmica; es un preámbulo superior al amanecer teológico de Luz silenciosa, y un aviso de que todo el film será un prodigio perceptivo. Después, un Belcebú anaranjado visita el hogar de un niño, quizás un recuerdo o un sueño pretérito de Juan, que vive con sus dos hijos y su mujer en una especie de paraíso pastoral a un par de horas del DF, no exento de conflictos. Reygadas no sólo inventa un caleidoscopio visual a través de una lentilla que duplica y altera la realidad viviente que pasa frente a la cámara, sino que también prueba un sistema narrativo no lineal más cercano a un modelo cognitivo y onírico, como si todo el film fuera la recolección de fragmentos episódicos de la vida de su personaje principal, quizás ya en otro mundo. Materialmente fascinante y narrativamente desafiante, Post Tenebras Lux es una bienvenida y necesaria anomalía en el contexto del cine contemporáneo, un film libre, sin precedentes. Roger Koza
FICHA TÉCNICA
Guión y Dirección
Carlos Reygadas
Fotografía
Alexis Zabé
Edición
Natalia López
Dirección Arte
Nohemi González
Sonido
Gilles Laurent
Productor
Jaime Romandia,
Carlos Reygadas
Productor Ejecutivo
Fiorella Moretti,
Jean Labadie
Compañía Productora
Nodream Cinema, Mantarraya Producciones
Reparto
Adolfo Jiménez Castro, Nathalia Acevedo,Willebaldo Torres,
Rut Reygadas, Eleazar Reygadas
Francia/ Alemania/ México/ Holanda, 2012 – 155 minutos
ESTRENO
Calles de la memoria
de Carmen Guarini
(Argentina, 2013)
Sábados a las 18:00
Un grupo de alumnos extranjeros realiza en Buenos Aires un taller de cine de corta duración. Les propongo trabajar en torno al tema de la Memoria y sobre una de sus expresiones de reciente visibilidad en nuestro país: baldosas en las veredas de la ciudad, cuyos nombres recuerdan a los desaparecidos. Sin ningún conocimiento previo del tema, los jóvenes comienzan a adentrarse en historias y situaciones muy alejadas de sus propias experiencias. Llegan así a conocer a los grupos que fabrican esas baldosas y comienza un cruce de experiencias. Ambos procesos, la fabricación de un film y la fabricación de las baldosas, me permiten reflexionar sobre una de las formas que hoy toma la producción y transmisión de Memoria en nuestro país.
El film deviene un ensayo en torno al modo en que la imagen es protagonista de nuestros modos de intervención en la elaboración del pasado.
Ficha Técnica
Guión y Dirección
Carmen Guarini
Fotografía y Cámara
Carmen Guarini
Empresa Productora
El Desencanto
Producción Ejecutiva
Carmen Guarini
Montaje
José del Peón
Distribuye
Cine Ojo
Argentina, 2012–65 minutos
Notas de la directora
El tema de la memoria y sus diversas formas de representación han sido temas que he abordado en casi todas mis películas. Es sin duda un tópico que a los argentinos, nos atraviesa de manera dolorosa desde hace ya muchos años. Nuestra historia reciente y no tan reciente, impulsa cada cierto tiempo ejercicios de reactivación de la memoria.
La fuerza de los movimientos sociales de derechos humanos se impusieron en nuestro cotidiano expresándose en múltiples formatos, abarcando tanto lo ético como lo estético.
Admirada por la creatividad incesante de estos grupos de mujeres y hombres anónimos que trabajan combatiendo el olvido de tantas muertes y tantas desapariciones, llego a la idea de este film que no sólo recupera la experiencia y el saber de estos sectores sociales, sino que se interroga por las formas en que la memoria atiende a su representación.
Todo es parte de una misma búsqueda: justicia y de memoria.
Carmen Guarini
ESTRENO
Paisajes devorados
de Eliseo Subiela
(Argentina, 2013)
Domingos 18:00
Un falso documental que va tras los pasos de tres jóvenes realizadores que desarrollan una película sobre un presunto director de cine que reside a la sombra de un psiquiátrico de Buenos Aires. El hombre, un personaje misterioso e inusual a sus 70 años de edad, puede ser en efecto, el mismísimo director aunque con un nombre distinto, que desapareció después del caso no resuelto de una joven actriz asesinada en los años 60.
Ficha técnica
Dirección
Eliseo Subiela
Guión
Eliseo Subiela
Producción
Paula Sozzi
Fotografía
Sebastián Gallo
Música
Osvaldo Montes
Popi Spatocco
Montaje
Marcela Sáenz
Argentina, 2012 – 75 minutos
CONTINÚAN
Samurai
de Gaspar Scheuer
(Argentina, 2012)
Sábados a las 22:00
Cornelia frente al espejo
de Daniel Rosenfeld
(Argentina, 2012)
Sábados a las 20:00
Grilla de programación
JUEVES 4
18:00 Sin conciencia, de Bretaigne Windust
22:30 A la hora señalada, de Fred Zinnemann
24:00 Patrick, de Richard Franklin
VIERNES 5
18:00 El sonido de la muerte, de Antonio Nieves-Conde
20:00 Batalla en el cielo, de Carlos Reygadas
22:00 Los tallos amargos, de Fernando Ayala
24:00 ¿Quién puede matar a un niño?, de Narciso Ibáñez Serrador
SÁBADO 6
18:00 Calles de la memoria, de Carmen Guarini
20:00 Cornelia frente al espejo, de Daniel Rosenfeld
22:00 Samurai, de Gaspar Scheuer
24:00 Psicosis, de Alfred Hitchcock
DOMINGO 7
18:00 Paisajes devorados, de Eliseo Subiela
20:00 La zona muerta, de David Cronenberg
22:00 Horas desesperadas, de William Wyler
VIERNES 12
18:00 Prisionera del destino, de Joseph H. Lewis
20:00 Post tenebras lux, de Carlos Reygadas
22:00 Bullitt, de Peter Yates
24:00 La noche de los muertos vivientes, de George A. Romero
SÁBADO 13
18:00 Calles de la memoria, de Carmen Guarini
20:00 Cornelia frente al espejo, de Daniel Rosenfeld
22:00 Samurai, de Gaspar Scheuer
24:00 Noche de brujas, de John Carpenter
DOMINGO 14
18:00 Paisajes devorados, de Eliseo Subiela
20:00 Tras el espejo, de Robert Siodmak
22:00 El salario del miedo, de Henri-Georges Clouzot
JUEVES 18
18:00 El hombre mosca, con Harold Lloyd
20:00 Post tenebras lux, de Carlos Reygadas
22:00 El extraño, de Orson Welles
24:00 Homicida, de William Castle
VIERNES 19
18:00 El luchador, de Robert Wise
20:00 Post tenebras lux, de Carlos Reygadas
22:00 El profesional, de Georges Lautner
24:00 Hermanas diabólicas, de Brian De Palma
SÁBADO 20
18:00 Calles de la memoria, de Carmen Guarini
20:00 Cornelia frente al espejo, de Daniel Rosenfeld
22:00 Samurai, de Gaspar Scheuer
24:00 La furia, de Brian De Palma
DOMINGO 21
18:00 Paisajes devorados, de Eliseo Subiela
20:00 La escalera de caracol, de Robert Siodmak
22:00 Sabotaje, de Alfred Hitchcock
JUEVES 25
18:00 Atentado, de Jerzy Passendorfer
20:00 Post tenebras lux, de Carlos Reygadas
22:00 El tren, de John Frankenheimer
VIERNES 26
18:00 La séptima cruz, de Fred Zinnemann
20:00 Post tenebras lux, de Carlos Reygadas
22:00 Testigo de cargo, de Billy Wilder
24:00 Psicosis, de Alfred Hitchcock
SÁBADO 27
18:00 Calles de la memoria, de Carmen Guarini
20:00 Cornelia frente al espejo, de Daniel Rosenfeld
22:00 Samurai, de Gaspar Scheuer
24:00 La ventana indiscreta, de Alfred Hitchcock
DOMINGO 28
18:00 Paisajes devorados, de Eliseo Subiela
20:00 La razón de Estado, de André Cayatte
MALBA Cine | julio 2013