La soga es recordada por la decisión de Hitchcock de filmarla de manera que pareciera un único plano continuo. Como tal pretensión era imposible técnicamente en ese momento, Hitchcock disimuló los cortes en cada momento oportuno.
Este film temporal y espacialmente concentrado alrededor de dos franceses (tío y sobrina), obligados a hospedar a un culto oficial alemán (al que, sin embargo, no le dirigen la palabra), resulta ser uno de los más cinematográficos que se hayan hecho jamás.
Basado en la obra de Jean Paul Sartre, el film trabaja sobre la condena propia y la pública, la vergüenza y el egoísmo: cada uno es el infierno de los otros.
(Ladies of leisure, EUA- 1930) de Frank Capra, c/ Barbara Stanwyck, Ralph Graves, Lowell Sherman, Maria Prevost. 99’.
Un film devastador, que en tema y puesta en escena se adelantó varios años a su tiempo. Fue un proyecto personal de Wellman, quien aceptó un contrato leonino con la productora Fox a cambio de que le permitieran hacerlo.
Pese a la sinceridad e importancia de su mensaje humanista, el film no impidió que estallara la Segunda Guerra. Es, sin embargo, uno de los más hermosos de toda la historia del cine.
Una película hecha con rostros que transmiten todas las emociones humanas como pocas veces se vio. Al juego de planos cortos y una iluminación que acentuaba los rasgos, hay que agregar la estupenda actuación de todos los actores.
Antonio y Felisa son un matrimonio y han pasado toda la vida juntos en la tranquilidad de su pueblo. Su estado de salud, cada vez más frágil, les impide cuidar uno del otro. A pesar de eso, se resisten a ir a un hogar para ancianos y enfrentan al cotidiano con una ternura y comicidad irresistibles.
(Ai no borei, Francia- 1978) de Nagisa Ôshima, c/ Tatsuya Fuji, Kazuko Yoshiyuki, Takahiro Tamura, Takuzô Kawatani. 105′.
Cul-de-sac
Tras el éxito de Repulsión (1965) Polanski decidió rescatar un guion que había escrito tres años antes en París junto con Gerard Brach. Originariamente llevaba por título When Katelbach Comes.
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