Pesadilla 2: La venganza de Freddy parece existir únicamente con el fin de plantear las aterradoras conexiones genéricas y sociales entre el horror y la (homo)sexualidad.
Los paisajes, climas e interiores tienen aquí la densidad que les otorgan los cuerpos en su desplazamiento, como en la tradición del mejor cine húngaro. La concentración en esos cuerpos masculinos no rompe, sin embargo, un tono reflexivo y de intenso erotismo a la vez.
Heterofobia relata la rápida caída en el infierno de Mariano, un joven gay que, habiendo sido primero violado y luego rechazado por un amigo heterosexual con quien tenía vagas ilusiones románticas, tiene un fuerte recorrido emocional.
Un tren que viene hacia cámara, un oneroso ramo de flores, un balde de hielo con una botella de champagne adentro, las bocas de un hombre y una mujer que se besan en tonalidad violácea. Sugestión y lujuria, un hotel en medio de la nada, una pareja de recién casados, el aburrimiento que ella y él acarrean.
El primer personaje homosexual que el cine norteamericano asumió como tal se llamó Sebastian y es el protagonista tácito de este claustrofóbico film de Mankiewicz, sobre una obra de Tennessee Williams.
Una película sobre paisajes tanto físicos como emocionales, una mezcla poco convencional entre el documental y la narrativa experimental que combina increíbles imágenes de paisajes en 16mm con una voz en off audaz y lírica.
El séptimo cielo
Una pareja, separada por la guerra mundial, encuentra mutuo consuelo en una especie de unión romántico-telepática que se establece todos los días a una hora determinada. Discípulo de Griffith, Frank Borzage logró una culminación del melodrama clásico en este film.
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