19:00
Cine
Rosita, de Verónica Chen Lola es una madre joven con tres hijos y una situación económica apremiante. Su padre, que viene a reparar su larga ausencia, le ofrece casa y ayuda. Lola deja a sus hijos al cuidado de su padre, pero al volver, descubre que ha desaparecido, llevándose consigo a su hija Rosita.
21:00
Prisioneros de la tierra, de Mario Soffici Desde su estreno Prisioneros de la tierra fue celebrada como un hito dentro de la historia del cine argentino, y con los años pasó a ser una referencia ineludible dentro de la tradición social y política del cine nacional y latinoamericano.
23:00
Los tallos amargos, de Fernando Ayala En el lenguaje general del film, como en los detalles, Ayala suele mostrar la competencia de un narrador que tan raras veces se ve en el cine argentino: la mirada silenciosa de un personaje, la dosificación del primer plano, el retroceso alarmado y conjunto de la cámara y del actor Carlos Cores ante los otros tres personajes que quizás descubran de pronto el crimen cometido.
18:00
Por la razón o por la fuerza, de Verónica Chen ¿Cómo convive el centollero con una frontera política en conflicto en su rutina de pescador? Un documental que muestra la vida cotidiana del Canal de Beagle, una frontera conflictiva que estuvo a punto de entrar en guerra durante la última dictadura militar.
20:00
Agua, de Verónica Chen Dos nadadores, uno casi al final de su carrera y el otro tratando de comenzarla, se buscan sí mismos y cruzan sus historias en el vado de un río. Para los personajes de esta película el agua es mucho más que la materia en la que nadan: es el espacio donde probar el cuerpo en relación inescindible con la mente, es decir, a ellos mismos en todo lo que son.
22:00
Un oso rojo, de Adrián Caetano Un oso rojo (Argentina, 2002) de Adrián Caetano, c/Julio Chávez, Soledad Villamil, Luis Machin, Agostina Lage, Enrique Liporace, René Lavand. 94’.
El tiempo perdido, de María Álvarez Un grupo de personas se reúne desde hace dieciocho años, en un bar de Buenos Aires, a leer una y otra vez el mismo libro: En busca del tiempo perdido de Marcel Proust. Atravesando sus recuerdos y emociones, con gran sentido del humor, el grupo le da a la novela un significado nuevo y personal.
24:00
Pajarito Gómez, de Rodolfo Kuhn Todos los recursos formales del film están puestos en función de la sátira, que empieza con el joven cantante y el negocio que lo sostiene, pero se extiende hacia los medios masivos de comunicación: las revistas, las fotonovelas, la radio y sobre todo la TV, medio que Kuhn conocía a fondo y sobre el que ironizaba desde su primer film.
Herbaria, de Leandro Listorti Como una excursión al quehacer de la preservación botánica y fílmica, Herbaria explora en sus procesos invisibles las derivaciones artísticas y políticas que las conectan.
Viaje sentimental, de Verónica Chen En su Viaje sentimental, Chen mira hacia atrás como si sintiera que va envejeciendo, pero sabiendo que aun es joven; y donde la sucesión “casi” absoluta de fotografías fijas –para no delatar el sorprendente final– le restituyesen experiencias que han dejado una marca temporal.
Mujer conejo, de Verónica Chen El film se construye desde una serie de convenciones de géneros populares el thriller político, el terror, la ciencia-ficción y hasta el melodrama-, de los que Chen se apropia para terminar transformándolos en otra cosa, más personal.
La tara, de Amparo Aguilar A partir del hallazgo de la banda sonora de Tararira, la única película surrealista argentina filmada en 1936, perdida desde entonces, y protagonizada por sus tíos bisabuelos, los hermanos Aguilar se disponen a desenmarañar la historia familiar en cruce con los grandes eventos políticos del siglo XX.
Vagón fumador, de Verónica Chen Vagón fumador se instala en una parcela del mundo homosexual en la medida en que éste le ofrece un campo de batalla propicio para el amor imposible de una muchacha recién salida de la adolescencia, que se adivina burguesa, en ruptura con su medio, enamorada con la entrega total, imprudente, de un primer amor.
Dar la cara, de José Martínez Suárez A través de tres personajes que se reintegran a la vida cotidiana tras terminar la conscripción, Viñas y Martínez Suárez construyeron un complejo entramado social en el que están representadas las tensiones universitarias, la decadencia del cine industrial y la venalidad del deporte profesional.
Presentación de libro Metrópolis, de Fernando Martín Peña La historia del emblemático film de Fritz Lang y de su recuperación en Buenos Aires es el tema de este libro, que será presentado por Elvio E. Gandolfo. Participarán además Julián Goldstein (editor) y Paula Félix-Didier (directora del Museo del Cine "Pablo Ducrós Hicken" y co-responsable del hallazgo).
Mujeres que trabajan, de Manuel Romero Romero descubre fílmicamente Buenos Aires como lo ha hecho con París René Clair y Yasujiro Ozu con Tokio.
La ciénaga, de Lucrecia Martel (Argentina-2000) de Lucrecia Martel, c/Graciela Borges, Mercedes Morán, Martín Adjemián, Leonora Balcarce, Silvia Baylé, Sofía Bertolotto. 103’.
La escalera caracol, de Robert Siodmak Uno de los primeros y más tremendos asesinos seriales de la historia del cine apareció en este film. Su objetivo son, como queda claro en una impresionante escena inicial, las muchachas que padecen algún defecto físico.
El ocaso de una vida, de Billy Wilder “Señor DeMille, estoy lista para mi primer plano”, clama una afectada Norma Desmond (Gloria Swanson) desde su escalera de mármol en la última escena, sin entender que el telón bajó para ella.
Los paranoicos, de Gabriel Medina Cuenta la historia de Gauna (Daniel Hendler), un joven que escribe pero nunca tuvo el coraje de enseñar su obra. Un hombre que en la intimidad expone una personalidad que parece censurar en su escasa vida social.
El acto en cuestión, de Alejandro Agresti Historia del mago Miguel Quiroga que roba un libro de un desconocido y se hace muy famoso.
Historias extraordinarias, de Mariano Llinás Un paisaje de hoteles, de oficinas aletargadas, de estaciones de servicio, de rutas atestadas de camiones, de caminos de tierra solitarios y vacíos. En ese cosmos preciso y detallado, el film acomete tres historias paralelas.
Yo, la peor de todas, de María Luis Bemberg Inspirada en el ensayo “Las Trampas de la Fe” de Octavio Paz, esta historia narra los últimos años de la célebre y bellísima Juana Inés de Cruz, conocida en Méjico como la Décima Musa, que se encierra a los veinte años en un convento para poder estudiar.
La antena, de Esteban Sapir Una fábula sobre padres e hijos narrada con un sentido del humor estoico y bastante marciano, y con un sistema estético propio, en el que las palabras se integran gráficamente a la acción y, eventualmente, la protagonizan.
La parte del león, de Adolfo Aristarain La parte del león (Argentina-1978) de Adolfo Aristarain, c/Julio De Grazia, Fernanda Mistral, Julio Chávez, Ulises Dumont, Arturo Maly, Luisina Brando, Beba Bidart. 85’.
P3ND3J5S, de Raúl Perrone Un musical hipnótico, con fantasmas, jóvenes skaters, una cumbiópera en tres actos y un epílogo. Un ballet de caras, de miradas, de deseo, de amor, de drama, de tragedia y de disparos.
El camino hacia la muerte del “Viejo” Reales, de Gerardo Vallejo La ópera prima de Gerardo Vallejo desarrolla la historia de la familia Reales, que el director había introducido ya en un cortometraje previo, Las cosas ciertas, realizado en el marco de la Escuela Documental de Santa Fe.
El exilio de Gardel, de Fernando Solanas Un grupo de exiliados argentinos montan en París un número musical para “curar” su nostalgia tanguera.
Tiro de gracia, de Ricardo Becher Una joven pareja deambula por la noche de la ciudad de Buenos Aires mostrando sus símbolos, sus personajes y secretos.
No abras nunca esa puerta, de Carlos Hugo Christensen Esta fue una de dos películas de Christensen basadas en relatos de William Irish. Se divide en dos episodios, ALGUIEN AL TELÉFONO y EL PÁJARO CANTOR VUELVE AL HOGAR, que implican muy diferentes planteos.
Silvia Prieto, de Martín Rejtman El día de su cumpleaños número veintisiete, Silvia Prieto decide cambiar de vida. Consigue trabajo de moza en un bar, se compra un canario y deja de fumar marihuana.
El gabinete del Dr. Caligari, de Robert Wiene + Música en vivo Esta es la mayor obra del expresionismo alemán en el cine. Caligari, un siniestro doctor, maneja mental y físicamente a las personas más allá de sus voluntades, una alusión al estado autoritario alemán que que acaba de ser derrotado en la guerra mundial.
Película sorpresa (Cineclub Nocturna) Sorry, this entry is only available in European Spanish.
La mujer sin cabeza, de Lucrecia Martel Una mujer, en una distracción mientras conduce, atropella algo. Al cabo de unos días le cuenta a su marido que ha matado a alguien en la carretera.
Metrópolis con música en vivo, de Fritz Lang Un clásico fundacional en su versión definitiva, restaurada en Alemania a partir del hallazgo en Buenos Aires de una copia integral. Se verá con música en vivo compuesta e interpretada por la National Film Chamber Orchestra que coordina Fernando Kabusacki.
Apenas un delincuente, de Hugo Fregonese Un oficinista decide “salvarse” quedándose con el dinero de los sueldos de la empresa para disfrutarlo a la salida de la cárcel, pero el sufrimiento de su familia y la desconfianza que le tiene a su hermano le harán planear una fuga.
La tregua, de Sergio Renán La tregua hace honor a su nombre en lo que se refiere a las imágenes que brinda sobre la homosexualidad masculina. Por un lado está Jaime, el hijo gay del protagonista, que es triste, melancólico y atormentado. Pero, por el otro lado, está Santini, el verdadero héroe de la película.
Pizza, birra, faso, de B. Stagnaro y A. Caetano Este film demostró de manera irrefutable la existencia de una nueva generación que era capaz de lograr lo que ya no lograban sus mayores: un film enteramente verosímil, representativo de una generación joven
Invasión, de Hugo Santiago La invasión está llegando por Aire, Mar y Tierra, nos superan en cantidad y en calidad de armamentos, la derrota es inminente. No podemos hacer otra cosa que salir a luchar y si es necesario, morir defendiendo nuestro suelo.
Muro de tinieblas, de Curtis Bernhardt Muchos de los protagonistas del cine negro son héroes de guerra que regresan con alguna herida física, mental o emocional que condiciona su reinserción en la "normalidad social” de la posguerra. Aquí el soldado traumatizado es Robert Taylor, cuyo cerebro confundido no puede reconstruir si fue testigo de un crimen violento o si directamente lo cometió.
Mientras la ciudad duerme, de John Huston La meticulosa planificación de un atraco a una joyería, por parte de una banda de delincuentes, le sirve a Huston para ofrecer un relato lleno de intensidad, amén de un realista e insuperable estudio de los personajes y sus motivaciones.
La ventana indiscreta, de Alfred Hitchcock Vale la pena revisitar esta película, cercana a la sociedad, la misantropía tierna, la crueldad realista, construida además como una memorable obra de teatro de múltiples escenarios.
La dama fantasma, de Robert Siodmak Este es el primero de una extraordinaria serie de policiales negros de Siodmak, en este caso bajo la tutela de la productora Joan Harrison, quien venía de trabajar varios años con Alfred Hitchcock.
El rostro de la medusa, de Melisa Liebenthal De un momento a otro, la cara de Marina cambió. Como en una pesadilla kafkiana, un día alrededor de sus treinta años su rostro dejó de ser lo que era. ¿Quién es Marina ahora? A través de su historia, la película se sumerge en una indagación sobre el significado del rostro, núcleo de nuestra identidad y de cómo nos encontramos con los otros, ya sean humanos o no humanos.
Pánico, de Edward Dmytryk Pánico es la crónica brutal y minuciosa de un femicida, un francotirador certero que pone a las mujeres en el blanco de su rifle.
Cuéntame tu vida, de Alfred Hitchcock Este es un film atípico en la filmografía de Hitchcock y sus devotos están lejos de considerarlo entre sus preferidos. Contiene, sin embargo, algunas de las imágenes más sugestivas de toda su obra y fue pionero en varios sentidos.
Sin conciencia, de Bretaigne Windust Bogart interpreta a un fiscal que procura desbaratar una organización nacional de asesinos a sueldo. Producida de manera independiente por Milton Sperling, la película es uno de los ejemplos más violentos de todo el ciclo noir y además sorprende por el vigor de su estructura narrativa.
Dillinger, de Max Nosseck Tierney domina literalmente el film y en su momento lo transformó en uno de los más influyentes del film noir, en compañía de un elenco perfecto en el que se destacan también el gángster perpetuo Marc Lawrence y el genial Elisha Cook, Jr.
La viuda negra, de Nunnally Johnson Un productor de Broadway contrata a una escritora. Cuando ella aparece muerta en su apartamento, todas las sospechas recaen sobre él.
Adiós, muñeca, de Dick Richards La novela de Chandler había sido adaptada en 1942 (como The Falcon Takes Over) y en 1944 (como Murder, My Sweet), pero en 1975 apareció sorpresivamente esta tercera versión que puede considerarse definitiva.
Devoción de mujer, de John Sturges Durante la década de 1950 el noir abandonó poco a poco las sombras opresivas de la noche y llevó sus intrigas ominosas a plena luz del día, al mismo tiempo que el suspenso y la tensión, basados en acción concreta, comenzaron a ganarle terreno a la sugestión de los climas casi abstractos de muchos films de los cuarenta.
La casa nº 322, de Richard Quine Un asalto sangriento, una rubia irresistible, un policía con pocos escrúpulos. Estos ingredientes clásicos del género son barajados con mano maestra en este noir donde importan mucho las apariencias, porque todos los personajes vigilan o son vigilados.
Envuelto en las sombras, de Henry Hathaway Un detective privado, que casi vive en la miseria, descubre un día que lo están siguiendo. Tras acorralar a su perseguidor, averigua que actúa a las órdenes de un antiguo socio con el que acabó enemistado. Poco después se ve envuelto en un calculado plan de asesinato.
Amor que mata, de Robert Siodmak Un hombre tímido se enamora pero no consigue librarse de su hermana, que es posesiva hasta la patología. Este film excelente y poco conocido tiene un pequeño misterio: fue la primera producción de Joan Harrison, que se desempeñó como secretaria y productora asociada de Hitchcock durante varios años.
Martes trágico, de Hugo Fregonese Este film es una verdadera sorpresa, no sólo porque contiene una de las más extremas interpretaciones de Edward G. Robinson, sino porque se trata de un policial sin concesiones que Fregonese narra con gran economía de textos y abundancia de suspenso y acción dramática.
Festín diabólico, de Alfred Hitchcock La soga es recordada por la decisión de Hitchcock de filmarla de manera que pareciera un único plano continuo. Como tal pretensión era imposible técnicamente en ese momento, Hitchcock disimuló los cortes en cada momento oportuno.
Pánico en las calles, de Elia Kazan Elia Kazan diagrama una narración en el cruce inquietante entre el claroscuro y la visión pesadillesca del expresionismo y el realismo callejero que la posguerra le adosó al cine negro, con profundidad de campo, filmación en locaciones y tendencia a tomas largas al borde del plano secuencia.
La noche del cazador, de Charles Laughton Única y maravillosa obra del gran actor que fue Charles Laughton, su relativo fracaso inicial (comprensible por su profunda originalidad expresiva), no hizo más que aumentar el impacto para las generaciones anteriores.
Pasiones de fuego, de Anthony Mann La voz en off de la protagonista, sobre una ominosa queja de Theremin, indica desde el comienzo que el punto de vista de este film será femenino, decisión poco usual en el noir pero muy importante para el tono de este film.
Arrostrando la muerte, de Robert Florey El tema es puro noir: veterano de guerra con amnesia trata de recuperar su pasado y se mete en una maraña que lo convierte en víctima simultánea del hampa y de la policía.
El camino del pecado, de Ken Hughes Una trama paralela de secretos ocultos y una historia policial que termina por apoderarse del film, cuya franqueza temática fue objetada por la censura de varios países en el momento de su estreno.
Siniestra obsesión, de Jules Dassin Harry Fabian trabaja a comisión como gancho de un club, pero es ambicioso y sueña con hacerse independiente. Para conseguirlo no dudará en embaucar al campeón del mundo de lucha greco-romana para que se enfrente a su hijo Kristo, que controla la lucha en Londres.
Entre rejas, de Jules Dassin “Nada está bien. Nunca lo estuvo, ni nunca lo estará. Mientras no estemos fuera”. Manifiesta Joe Collins a sus compañeros de celda. La acción de Entre rejas transcurre en la penitenciaría Westgate, donde los reclusos viven hacinados y son torturados por los guardas.
Alma en la sombra, de Richard Fleischer Cuando Jim Fletcher sale del estado de coma, descubre que será llevado ante un Tribunal Militar para ser sometido a un consejo de guerra por haber traicionado a sus compañeros en un campo de concentración japonés durante la Segunda Guerra Mundial.
Los condenados no lloran, de Vincent Sherman En un mundo dominado por los hombres, Ethel Whitehead aprende que para sobrevivir sólo hay un camino: ser seductora y, a la vez, poseer un fuerte carácter. Es así como Ethel decide escalar puestos en la sociedad a través de relaciones interesadas con el sexo opuesto.
El rata, de Sam Fuller Al final de su jornada laboral, un carterista descubre que ha robado sin querer un microfilm misterioso, que resulta estar vinculado con siniestros espías comunistas.
El beso mortal, de Robert Aldrich Una rubia que corre descalza y desesperada se cruza con el convertible muy veloz de Mike Hammer. A partir de ahí, todo es original: desde el mensaje que deja la rubia en la mano de Hammer (“Recuérdame”) hasta el final literal y totalmente explosivo.
El cartero llama dos veces, de Tay Garnett Durante la Gran Depresión de los años 30, Frank Chambers (John Garfield), un hombre que vaga sin rumbo, empieza a trabajar en un bar de carretera, regentado por un hombre mayor y por Cora (Lana Turner), su joven, bella e infeliz esposa.
Acorralado, de Edward Dmytryk Con una secuencia inicial de un realismo que podría pertenecer a una película europea de posguerra, Edward Dmytryk se ubica con Acorralado entre los más conscientes creadores de un film noir que amplifica su visión trastornada gracias a los efectos del fin de la Segunda Guerra Mundial.
Pasaporte a la muerte, de John Farrow La gran idea del film es hacer que el héroe resulte ser una estrella de cine de acción, personaje genial a cargo de Vincent Price. Casi todo el film fue dirigido por Farrow (padre de Mia) pero hay algunas zonas, como el final, con abundante cámara en mano cuando aún era una rareza en Hollywood, que quedaron a cargo del gran Richard Fleischer.
El hombre que supo perder, de Stuart Heisler Una película bisagra entre el cine de gángsters y el film noir, con escenas crudas de violencia física y algunos papeles secundarios antológicos, como el matón interpretado por William Bendix.
La rubia satánica, de Jack Bernhard El título original menciona a una “rubia gélida” pero, por una vez, su título de estreno en castellano es mucho mejor. La protagonista no se detiene ante nada ni nadie para satisfacer sus caprichos y, aunque le falta inteligencia, le sobra maldad.
Se acerca la noche, de Jacques Tourneur Un hombre inocente se convierte en fugitivo de la justicia mientras trata de reconstruir los hechos que le implicaron en un asesinato y un robo que no cometió.
Huracán de pasiones, de John Huston El veterano de guerra Frank McCloud arriba a Cayo Largo, para visitar al padre y a la viuda de un compañero caído en combate, los cuales regentan el hotel Largo, donde Frank se hospedará. Pero su estancia se verá afectada, ya que en el hotel se aloja también un grupo de gánsteres
Muerte en un beso, de Nicholas Ray Humphrey Bogart, verdadera leyenda de la historia del cine, encarna a Dix Steele, un famoso guionista de Hollywood que desde hace tiempo no logra escribir un éxito y que de pronto se convierte en el único sospechoso de un crimen.
Bullitt, de Peter Yates McQueen recibe la misión de custodiar a un testigo, pero algo le huele mal y tiene razón: en poco tiempo estalla a su alrededor una compleja trama de corrupción que le exige proceder con una autonomía que no tiene.
Los sobornados, de Fritz Lang Una de las obras más importantes del director, que comienza con la investigación de un policía sobre el suicidio de un compañero, pero se transforma en una historia de venganza.
Morir matando, de Jean-Pierre Melville Las leyendas –epigramas de resonancia míticas- que aparecen al comienzo de las películas de Melville funcionan como textos sagrados apócrifos: sentencias en la que las palabras parece revestirse a través de las escritura de una pureza que la oralidad no tiene, para revelarse finalmente tan ambigua como aquella.
Malou, de Jeanine Meerapfel La joven Hannah procura comprender su presente -y sobre todo su presente sentimental- indagando sobre su madre, Malou, una mujer que en el pasado ha sacrificado la posibilidad de una vida independiente para acompañar al hombre amado.
La amiga, de Jeanine Meerapfel Osvaldo Bayer realizó la investigación e integró el equipo de guionistas de este film, que se cuenta entre los muy pocos del período en tematizar las variables responsabilidades de la sociedad civil durante la dictadura.
Metrópolis, de Fritz Lang Un clásico fundacional en su versión definitiva, restaurada en Alemania a partir del hallazgo en Buenos Aires de una copia integral. Se verá con música en vivo compuesta e interpretada por la National Film Chamber Orchestra que coordina Fernando Kabusacki.
Nosferatu, de F. W. Murnau + Música en vivo El primer gran film de vampiros fue en realidad una versión bastante libre de Drácula, la novela de Bram Stoker. Aquí el vampiro es ante todo un equivalente de la peste y su mordida enferma y mata, pero no contagia el vampirismo
Trenque Lauquen, de Laura Citarella Una mujer desaparece. Dos hombres salen en su busca: ambos la aman. ¿Por qué se fue? Cada uno de ellos tiene su propia sospecha, y la oculta al otro que misteriosamente nunca llega a ser su rival. Ninguno tiene razón pero ¿alguien la tiene?
Una mujer, de Jeanine Meerapfel La película sigue las huellas de una mujer y su vida desde Francia a Alemania hasta el exilio en Argentina. La cineasta reconstruye las estaciones del exilio y la incertidumbre como una arqueóloga. El resultado es una vorágine de imágenes asociativas que también dejan espacio para lo indecible.
El amigo alemán, de Jeanine Meerapfel El amigo alemán cuenta la inusual historia de amor entre Sulamit y Friedrich, quienes se conocen durante su adolescencia en el Buenos Aires de los años 50. Un amor que transcurre con el telón de fondo de los grandes cambios políticos en la Alemania del 68 y de la dictadura militar en la Argentina; un amor que dura toda una vida.
Desembarcos, de Jeanine Meerapfel Planteado en un principio como el registro del desarrollo de un taller de cine dictado por Meerapfel, el film se transforma paulatinamente en un testimonio insoslayable del momento en parte porque la dictadura es una sombra recurrente sobre los temas presentados por los alumnos del taller y en parte porque Chiesa, que era parte del equipo técnico, revela haber sido desaparecido.
El Gólem, de P. Wegener y C. Boese + Música en vivo El actor y director Paul Wegener tenía una fascinación peculiar con el mito y es evidente que le encantaba disfrazarse de Golem: antes de realizar esta versión, ya había hecho otras dos, una en 1914 y la otra en 1918.
El verano de Ana, de Jeanine Meerapfel “Desapareced, espíritus”, dice Anna mientras abre las puertas al reverberante mar Egeo. Sin embargo, los fantasmas no se dejan ahuyentar fácilmente. Su marido Max, a quien ha perdido recientemente, está junto a ella tanto como León, su difunto padre, que sigue metiéndose en su vida cotidiana y dándole buenos consejos.
Vampyr, de Carl T. Dreyer La película está bañada en una atmósfera cuya magia sólo puede expresar el cine: imposible para el teatro evocar así la angustia del crepúsculo y de los espacios de niebla, de darle a las formas ese flou, esa falta de definición propia de un mundo de pesadilla.
Corpo a Corpo, de Inês Gil La ópera prima de Inês Gil es el retrato de una mujer, pero también es una exploración sobre la autonomía de los cuerpos, la belleza, lo femenino, los mandatos y las consecuencias de elegir vivir a contramano de la norma.
Lobo e Cão, de Cláudia Varejão Ana creció en São Miguel, una pequeña isla en medio del Océano Atlántico. La religión y las tradiciones familiares definen su entorno, pero Ana es joven, tiene un espíritu inquieto e intuye que otra vida por fuera de esos mandatos es posible.
Mato Seco em Chamas, de Joana Pimenta y Adirley Queirós Un grupo de mujeres armadas defiende y maneja una refinería de combustible clandestina. El mundo que las rodea parece salido de una película de ciencia ficción postapocalíptica pero es, en realidad, el rabioso presente latiendo en la pantalla.
Mangroove School, de Filipa César y Sónia Vaz Borges + Paz, de Marta Ramos y José Oliveira Un grupo de excombatientes comparten una tarde juntos, juegan a las cartas y cantan, pero esas imágenes apacibles colisionan contra el material de archivo de las guerras coloniales que estos hombres pelearon en suelo africano, abriendo una ventana a lo que esos rostros y esas voces cargan en su interior.
O Movimento das Coisas, de Manuela Serra + Três Dias Sem Deus, de Bárbara Virgínia Primer largometraje de ficción dirigido por una mujer de la historia del cine portugués. Estrenada en agosto de 1946, en Lisboa, integró la competencia oficial del 1° Festival Internacional de Cine de Cannes que se realizó ese mismo año.
Amor Fati, de Cláudia Varejão El amor entre una madre y su hija, entre un animal y su dueño, entre amigos, en una pareja, en una familia. Personas que se complementan; comparten sus vidas, sus espacios, y construyen una relación definida por el afecto más profundo.
Alma Viva, de Cristèle Alves Meira Salomé pasa todos los veranos en la casa de sus abuelos, en un pequeño pueblo de Trás-os-Montes que parece detenido en el tiempo. Los días transcurren con calma, entre juegos y comidas, hasta que repentinamente muere Avó, su abuela, y muchas cosas que permanecían ocultas empiezan a salir a la luz: rencores, miedos… y espectros.
16:00
Máscaras, de Noémia Delgado En los pueblos rurales del norte de Portugal sobreviven todavía una serie de rituales de origen pagano asociados con el solsticio de invierno, caracterizados por sus llamativas máscaras tradicionales. Delgado documenta todo con una lucidez tan plástica como política.
Trás-os-Montes, de Margarida Cordeiro y António Reis El crítico y programador Roger Koza definió alguna vez a Trás-os-Montes como «una de las mejores óperas primas de la historia del cine», y es que Margarida Cordeiro y António Reis consiguen retratar la vida en los pueblos del nordeste de Portugal conjurando una extraña alquimia, por la cual pasado y presente pueden convivir en un mismo tiempo.
Vida e o Tempo de Sita Valles, de Margarida Cardoso Sita Valles fue una dirigente estudiantil carismática profundamente comprometida con el Partido Comunista de Portugal, su lucha y sus ideales. Tenía apenas 24 años cuando decidió volver a Angola para dar su vida por la lucha armada independentista de ese país.
A Casa do Norte, de Inês Lima + Idade Óssea – Um Filme em Sete Quadros, de Isabel Aboim Inglez + Meine Liebe, de Clara Jost + Tindergraf, de Júlia Barata Breves historias sobre mujeres teniendo citas con hombres en la Ciudad de Buenos Aires. El deseo, la seducción, la ternura y el sexo aparecen en este primer cortometraje de Júlia Barata, que captura, con humor, y un fuerte sentido de la observación, experiencias contemporáneas en tiempos de apps.
20:30
O Trio em Mi Bemol, de Rita Azevedo Gomes Adélia y Paul se conocen muy bien. Cada vez que se reúnen hablan sobre el amor, la relación que compartieron y la música que los conmueve, casi como si todas esas cosas fueran en realidad una misma. Pero hay más, porque en un gesto lúdico descubrimos que su historia es parte de una película dentro de la película, de la cual solo estamos presenciando el rodaje.
23:30
Viagem ao Sol, de Susana de Sousa Dias y Ansgar Schäefer Durante la Segunda Guerra Mundial llegaron como refugiados a Portugal más de 5.000 menores de edad provenientes de Austria para ser acogidos por familias adoptivas. Se los conoció como ‘los niños de Austria’. Susana de Sousa Dias y Ansgar Schäefer recuperan estas historias de vida recurriendo al testimonio en primera persona de varios de aquellos niños, hoy ya ancianos.
Pierrot el loco, de Jean-Luc Godard La contrapartida de la actividad incansable de los personajes de las películas de Godard está en una insatisfacción manifiesta por las limitaciones y los estereotipos de las ‘acciones’. Así, en Pierrot el loco, el aburrimiento o el hastío de Marianne es lo que moviliza el escaso argumento.
El libro de la imagen, de Jean-Luc Godard El empleo de la cita se desentiende del prestigio de su origen, porque todos los libros, las imágenes y los sonidos constituyen una memoria en movimiento sin dueño reenviada a nuestro presente para incitarnos a pensar de otro modo. En efecto, la palabra ya no es la única fuente de transmisión de una tradición. La imagen también.
El desprecio, de Jean-Luc Godard Las exigencias de hacer una película con un presupuesto comparativamente alto y con estrellas, basado en la novela de un escritor conocido (Alberto Moravia), limitaron la faceta collage experimental de Godard y lo obligaron a concentrarse en un relato lineal.
Sin aliento, de Jean-Luc Godard A esta altura, el primer largometraje de JLG es muchas cosas al mismo tiempo: un film-emblema de la nouvelle vague, un mito, un mojón que señala de manera simultánea y paradójica los límites de las convenciones del lenguaje cinematográfico y la libertad total de la imaginación creadora.
Una mujer es una mujer, de Jean-Luc Godard Ángela es una bailarina de cabaret que vive con Emile, un librero ciclista. A ella se le antoja tener un hijo, pero su compañero no quiere. Ángela está decidida entonces a quedar embarazada con el mejor amigo de ambos: Alfred.
Alphaville, de Jean-Luc Godard El detective-espía Lemmy Caution llega a Alphaville en busca de un hombre y encuentra una sociedad dominada por un extraño fascismo tecnológico. Ese punto de partida resulta en una de las películas más representativas de la filmografía de JLG.
A Little Love Package, de Gastón Solnicki Viena, 2019: el final de una era. La prohibición de fumar en lugares públicos significa que una parte de la cultura de los cafés ha desaparecido. De todos los momentos, este es el que elige Angeliki para comprarse un departamento con la ayuda de su amiga diseñadora de interiores, Carmen.
Vivir su vida, de Jean-Luc Godard Se compone de doce episodios que cuentan la historia de Nana (Anna Karina), una joven cuya belleza -como diría Patricia Highsmith- es peligrosa, pero sólo para ella. Proxenetas, clientes y artistas encuentran en su rostro y en su cuerpo la encarnación de sus sueños. Como consecuencia de ello, la vida de Nana no es su vida.
Masculino-Femenino, de Jean-Luc Godard Aparentemente, el punto de partida fueron dos relatos de Maupassant, pero en el film terminado esa referencia quedó sólo como una anécdota. Está compuesto por quince secuencias, algunas filmadas en planos únicos, alrededor de un joven marxista (Léaud, a esa altura un ícono de la nouvelle vague) que busca trabajo y se relaciona con una muchacha (Goya).
Carmen, pasión y muerte, de Jean-Luc Godard Maruschka Detmers tal vez sea la “culpable” de uno de los títulos más poéticos, carnales e inspirados, menos intelectuales y declarativos del Godard tardío. Con tres líneas argumentales cruzadas y con Godard haciendo de Godard como Buster Keaton hacía de Buster Keaton, hay momentos que golpean el núcleo mismo con que recibimos las imágenes.
Sauve qui peut (La vie), de Jean-Luc Godard Este film nos devuelve a un Godard menos entusiasta y despreocupado que el de sus primeras películas, más serenado y flexible, más abierto y menos radicalizado también, pero no menos libre ni menos empeñado en la estimulante empresa de hacer lo que de verdad le interesa y apetece, a despecho de las modas y las convenciones, las consignas y los reproches.
El soldadito, de Jean-Luc Godard El protagonista del film es un joven anarquista que se va de Francia para no hacer el servicio militar, y por consiguiente, para no ser enviado a Argelia –no actúa exactamente por convicción política sino, simplemente, porque no desea pelear-.
La chinoise, de Jean-Luc Godard Jean-Luc Godard contó que tuvo la idea de hacer este film cuando Jean-Pierre Gorin le dijo que existían “los cuadernos de estudios marxistas-leninistas”, y que funcionaban como una sociedad académica. A Godard le parecía que ahí había una película sobre un grupo de jóvenes ridículos, todos de buena familia, que juegan al marxismo-leninismo durante las vacaciones escolares.
Los carabineros, de Jean-Luc Godard En una tierra sin nombre, soldados inescrupulosos reclutan a campesinos pobres con promesas de una vida simple y feliz. Dos de ellos, Michelangelo y Ulysses, parten a la guerra por su rey. Al regresar de sus batallas les muestran a sus esposas unas fotos que, supuestamente, documentan sus viajes.
Adiós al lenguaje, de Jean-Luc Godard Hay una pareja protagónica y su perro. Él y ella suelen conversar, pero aun cuando algunas actividades remitan a la cotidianidad, los tópicos discutidos son temas filosóficos y políticos. La expresión discursiva es menos argumentativa que aforística, pero la película no se define ni por lo que dicen los personajes, ni por lo que sucede entre ellos.
JLG / JLG, de Jean-Luc Godard A los 65 años, Jean-Luc Godard decidió que había llegado la hora de “hacer un autorretrato que fuera fiel a lo que pienso”. En JLG / JLG plasma un día de su vida en el áspero diciembre de Rolle, un pueblo suizo a orillas del lago Léman donde vivía desde hacía casi veinte años.
Metrópolis, de Fritz Lang + Música en vivo Un clásico fundacional en su versión definitiva, restaurada en Alemania a partir del hallazgo en Buenos Aires de una copia integral. Se verá con música en vivo compuesta e interpretada por la National Film Chamber Orchestra que coordina Fernando Kabusacki.
El habilitado, de Jorge Cedrón Cinco empleados sumergidos en el sótano de una gran tienda marplatense se vinculan de manera grotesca entre sí, tratando cada uno de sentirse mejor que el otro gracias a ventajas miserables.
Cabeza de palo, de Ernesto Baca Él es chofer de colectivo. Vive con su mujer y su pequeña hija en un barrio pobre de los suburbios. Su trabajo entra en contacto con una serie de exóticos personajes en los márgenes de la ley. Con cada exceso que él cometa, el vínculo con su hogar será puesto a prueba, hasta la elección final.
La hora de María y el pájaro de oro, de Rodolfo Kuhn Una historia donde la magia es realidad y la realidad es magia, acerca del sometimiento y la represión, ubicada en un contexto similar al de muchos de América Latina, particularmente en la provincia argentina de Corrientes, donde sobreviven los viejos ritos y temores.
La morocha, de Ralph Pappier Una mujer recibe protección de un comerciante al huir de la policía, pero luego conoce al sobrino de él y se enamoran.
El juicio, de Ulises de la Orden 1985, Buenos Aires, Argentina. El juicio a las juntas militares de la última dictadura (1976/83), acusados por delitos contra la Humanidad. Como en Nüremberg luego de la Segunda Guerra Mundial, el juicio es enteramente filmado y registrado en cintas U-matic. Durante 90 jornadas se escucharon los relatos del horror y una sentencia final: Nunca Más.
La mujer poseída, de Andrzej Zulawski Cuando filmó Possession en 1981, Zulawski venía de divorciarse (parece que no en muy buenos términos) de su primera mujer y vomitó aquí todo su odio y su dolor en una de las descripciones más demenciales y violentas que se hayan hecho sobre la separación de una pareja.
Un muro de silencio, de Lita Stantic Un muro de silencio toma como punto de partida la experiencia autobiográfica de perder a un ser querido a manos de la represión de Estado pero le agrega la dificultad adicional de representar las trabas emocionales que los sobrevivientes tuvieron y tienen para procesar ese pasado.
Cuatreros, de Albertina Carri Voy tras los pasos de Isidro Velázquez, el último gauchillo alzado de la Argentina y, como la búsqueda del tiempo perdido siempre es errática, ¿voy realmente tras los pasos de ese fugitivo de la justicia burguesa? ¿O es que voy tras mis pasos, tras mi herencia?
Bajo el signo de la patria, de René Mugica Aspectos de la vida del General Manuel Belgrano desde que toma el mando del Ejército del Norte hasta que, junto a sus hombres, vence al enemigo en la batalla de Salta en febrero de 1813.
Días de mayo, de Gustavo Postiglione Los personajes de Días de mayo -jóvenes idealistas, no siempre militantes, en medio del Rosariazo, en 1969- comparten la intención de modificar el mundo.
Potestad, de César D’Angiolillo La versión cinematográfica, una multiplicación dramática de la pieza teatral de Tato Pavlovsky, amplifica y potencia algunos de sus hallazgos.
Mercano, el marciano, de Juan Antín Si los filmes se midieran en términos de risas por minuto habría que decir que Mercano es una de las películas más divertidas que dio el cine argentino en mucho tiempo.
Pobres habrá siempre, de Carlos Borcosque En los años 30, los obreros de un frigorífico fundan un sindicato y se rebelan contra el maltrato de su patrón, que los explota sin contemplaciones.
Frankenstein de Andy Warhol, de Paul Morrissey El Barón Frankenstein, un científico loco casado con su hermana empeñado en crear una raza de humanos a partir de trozos de cuerpos previamente raptados, mutilados y cosidos. Quiere crear al hombre perfecto y a la mujer perfecta y que entre ellos se reproduzcan.
Rompecabezas, de Natalia Smirnoff Maria del Carmen, una ama de casa de 50 años de suburbio descubre que tiene un don: armar rompecabezas. En el camino conoce a Roberto, un millonario de 60 años que aspira a participar en el torneo mundial de rompecabezas de Alemania. Juntos logran formar una pareja imbatible de juego.
Ciudad de Dios, de Víctor González El Negro obliga a su esposa Mabel a ejercer la prostitución. Los dos guardan en secreto un asesinato. Todo se descontrolará cuando él contrate a una mujer para que trabaje y viva con ellos.
Do U Cry 4 Me Argentina?, de Bae Youn Suk Esta es una ópera prima (y hasta ahora única) sorprendente, realizada por un joven coreano nacido en Seúl en 1973, que emigró a Buenos Aires con su familia en 1986.
Las facultades, de Eloísa Solaas Estudiantes de distintas carreras se preparan para rendir exámenes finales. Botánica, anatomía, sociología, filosofía medieval, derecho penal, morfología, física teórica y piano. Cada uno utiliza sus recursos para sobrellevar la inquietante situación de exposición oral, la práctica evaluativa más común en las universidades nacionales de Argentina.
Mujeres casadas, de Mario Soffici El film es retorcido y piadoso, lo cual no implica que excluya una adecuada dosis de ironía cuando es preciso. De los menos frecuentados de su autor, merece pasar al frente como los valientes y los buenos estudiantes.
Ciudad de María, de Enrique Bellande Gladys Motta, una mujer de barrio humilde de la ciudad de San Nicolás, asegura que la Virgen se le manifestó por primera vez el 25 de septiembre de 1983. Este documental retrata el fenómeno religioso que se desata entonces en la Argentina.
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La ley de la frontera, de Adolfo Aristarain Transcurre el año 1900 y en ambos lados de la frontera gallego-portuguesa nacen dos niños: João es portugués y está destinado a vestir hábitos, mientras que Xan es gallego y lo que le espera es trabajar duro como su padre.
El bruto, de Rubén Cavallotti Obra inédita por razones arcanas, luego conocida en tardes televisivas aptas para la nostalgia del té con masitas, este film merece ser reconducido a otra senda de interpretación. Antes de que el realismo mágico arrasara con la diégesis rural hubo un estilo como el de Marco Cerretani –autor de la novela– que era el del brutalismo trágico.
El último perro, de Lucas Demare La vida en las postas de la pampa durante la segunda mitad del siglo XIX (según novela de Guillermo House) fue representada aquí por Lucas Demare con el mismo aliento épico de sus anteriores La guerra gaucha (1942) y Pampa bárbara (1945).
Los herederos, de David Stivel Basada en un argumento de Norma Aleandro, esta fue la única experiencia cinematográfica de David Stivel, uno de pocos artistas influyentes que dio la televisión argentina. El film destaca por el trabajo de todo su elenco, que resulta beneficiado por la decisión de utilizar sonido directo y por la realización de Stivel, que se demostró capaz de sortear las limitaciones del lenguaje televisivo.
202304271900 Tiene una estructura característica del cine negro: hay un robo y una traición que provocan persecución y venganza. Pero los personajes que la protagonizan y los ambientes que habitan tienen una impronta de realismo doloroso.
Como pasan las horas, de Inés de Oliveira Cézar Una mujer duda de que el amor por su pareja sea indemne al paso del tiempo, al menos duda de que sienta lo mismo por su pequeño hijo.
La araña vampiro, de Gabriel Medina Jerónimo tiene 20 años y está medicado con psicofármacos. Su padre piensa que unos días en un entorno natural pueden curarlo y decide llevarlo a una casa perdida en la montaña.
La boya, de Fernando Spiner Fernando viaja al pueblo frente al mar donde pasó su adolescencia para cumplir un ritual que comparte con Aníbal, periodista y poeta: nadar hasta una boya. Pero este año Fernando tiene un plan adicional: hacer un documental sobre Aníbal y su relación con la poesía y el mar.
Aullidos, de Joe Dante Una relectura del mito de la licantropía en términos intensamente contemporáneos: los medios masivos de comunicación, la marginalidad urbana y hasta las terapias de autoayuda.
Dulce espera, de Laura Linares Los días de Valeria, una joven que habita en los márgenes de la turística ciudad de Bariloche, se deshacen en una larga espera. Mientras el invierno transcurre implacable, el padre de su hijo sigue preso y el anhelo de una nueva vida parece quedar suspendido tras la partida de la nieve.
Rancho, de Pedro Speroni A través de un registro empático y un montaje preciso, Rancho observa de manera invisible en una cárcel de máxima seguridad argentina gestos, roces y momentos únicos que ayudan a construir una historia coral de personajes a los que no sólo los une la prisión, sino la violencia y la marginalidad en la que crecieron.
Los días de junio, de Alberto Fischerman Un actor que estaba exiliado en razón del gobierno dictatorial, regresa a su país en la época de la Guerra de las Malvinas y se reencuentra con sus amigos.
La edad de la inocencia, de Martin Scorsese Nueva York, año 1870. Newland Archer, un caballero de la alta sociedad neoyorquina, está prometido con May Welland, una joven de su misma clase social. Pero sus sentimientos cambian cuando conoce a la poco convencional prima de May, la condesa Olenska.
Cálmate, dulce Carlota, de Robert Aldrich Con este film Aldrich llevó aún más lejos la línea desbocada que él mismo había inaugurado poco antes en ¿Qué pasó con Baby Jane? y podría decirse que, entre ambos films, sentó las bases del moderno cine de terror.
17:30
Candilejas, de Charles Chaplin La última gran película de Chaplin, sobre un envejecido payaso de music hall y su amistad con una bailarina, quedó inédita en varios estados norteamericanos por las declaraciones antimacarthystas del realizador.
El exorcista, de William Friedkin A más de cuarenta años de su estreno, este film sigue siendo sorprendente, en parte porque procede de un estudio major que hoy no se atrevería a hacer nada parecido, en parte por la complejidad esencialmente visual de su narrativa, y en parte porque aborda su tema sin pretender aclararlo.
Van Gogh, de Maurice Pialat Mayo de 1890. Vincent Van Gogh llega a Auvers-sur-Oise y se instala en la modesta pensión Ravoux. Allí se hace amigo del doctor Gachet, admirador de su obra, y de su hija Marguerite.
55 días en Pekín, de Nicholas Ray China, año 1900. Las embajadas extranjeras en Pekín deben hacer frente a la sangrienta revuelta nacionalista desencadenada por los boxers, que se dedican a asesinar cristianos. Dentro de un recinto amurallado, el embajador inglés se une a los miembros de otras delegaciones en un desesperado intento por resistir el asedio.
Cineclub Núcleo La condición humana, de Masaki Kobayashi La condición humana es una experiencia cinematográfica absoluta. Se exhibirá, de manera gratuita, a lo largo de tres jornadas, en una hermosa copia gentilmente facilitada por la Embajada de Japón en Argentina.
22:30
El vuelo del fénix, de Robert Aldrich Un avión cae en medio del desierto del Sahara y, para sobrevivir, sus pasajeros deciden construir otro, con sus restos. Si algo tienen en común las películas de Aldrich es que sus protagonistas masculinos se quiebran emocionalmente y luego tardan bastante tiempo en recuperarse, si es que lo logran.
35º Festival La mujer y el cine Margarethe von Trotta. Tiempo de mujeres Margarethe von Trotta es uno de los grandes iconos del cine alemán. Internacionalmente reconocida como una verdadera Star de la dirección cinematográfica. Por eso este largometraje documental con ella y sobre ella.
El bebé de Rosemary, de Roman Polanski Una mujer puede (o no) estar siendo la víctima preferencial de una conspiración para dar a luz al hijo de Satanás. Mientras George A. Romero y sus muertos vivientes modificaban el género desde los márgenes, Polanski lo hacía desde el corazón del cine mainstream, agudizando al máximo los recursos de caracterización y tensión psicológica que ya había demostrado.
Tess, de Roman Polanski La trama básica se puede resumir con abrumadora sencillez: una joven hermosa es seducida y abandonada, dos veces. Pero a Polanski le lleva tres horas contarla, porque la historia en sí misma (sobre novela de Thomas Hardy) importa menos que sus personajes, motivaciones y contexto.
Frances, de Graeme Clifford La historia empieza de la mejor manera posible: en 1935 Frances es contratada por la Paramount y considerada por la prensa como “la nueva Garbo”, pero las cosas no tardan en complicarse y sus constantes enfrentamientos con todo lo que representaba al poder y la sociedad bienpensante de la época, la llevan de las luces de Hollywood a las sombras de las instituciones mentales.
El círculo rojo, de Jean-Pierre Melville Es muy difícil señalar una obra maestra en una filmografía como la de Melville, que incluye varias, pero si hubiera obligación de elegir una es probable que ésa deba ser El círculo rojo porque supuso la culminación del estilo y los temas que el director venía trabajando.
Y la nave va, de Federico Fellini El film –ambientado en la época de la Primera Guerra Mundial- transcurre en su totalidad en un barco, en el que una serie de estrellas de la ópera van a enterrar en el mar a un colega fallecido. Dentro de un tono general elegíaco y fúnebre, el humor no está ausente (hay un irónico narrador) y varias escenas remiten a lo mejor de la imaginería inagotable del realizador.
Aliens, de James Cameron En esta secuela dirigida por James Cameron, Ellen Ripley es rescatada por la corporación Weyland-Yutani luego del incidente Nostromo, ocurrido casi sesenta años antes.
Dersu Uzala, de Akira Kurosawa Con la única ayuda de un relato en off y un puñado de diálogos más bien breves, Kurosawa despliega su inimitable talento visual y logra representar la comunión entre estos hombres y la naturaleza.
Solaris, de Andrei Tarkovski Algún adepto a la comparación fácil habló de “la respuesta soviética a 2001”. Otros, en cambio, dicen que es “una película que te cambia la vida”. Algo que suena exagerado hasta que llega la toma final.
El honor de los Prizzi, de John Huston Charley Partanna es un asesino a sueldo al servicio de los Prizzi, una de las familias más poderosas de la mafia. La nieta del Don está enamorada de él, aunque entre ellos va a interponerse una bella y enigmática rubia: Irene Walker.
Humoresque, de Jean Negulesco Helen Wright (Joan Crawford) es una seductora mujer que siempre consigue lo que quiere: vestidos, hombres, joyas. Un día conoce a Paul Boray (John Garfield), un joven y brillante violinista, que no se deja manipular. Al contrario: en esta ocasión y, por primera vez, Helen es víctima de su amor por un hombre.
La guerra y la paz, de King Vidor En la época en que Hollywood peleaba su supervivencia contra el avance de la TV, parte de su estrategia consistió en aumentar el tamaño de las superproducciones en todos los sentidos posibles. Así se realizaron verdaderos colosos cinematográficos, que sólo muy ocasionalmente llegaron a estar a la altura de sus descomunales ambiciones.
Las mil y una noches, de Pier Paolo Pasolini El príncipe Nur-er-Din trata de encontrar a su novia, que ha sido secuestrada, con el fin de conseguir el gobierno de una ciudad. La búsqueda lo lleva al fin del mundo, y durante el viaje escuchará numerosas historias de sexo y traición.
El octavo día de la semana, de Aleksander Ford Una joven pareja enamorada espera tener algo de privacidad, pero los problemas generalizados de vivienda no les permiten encontrar un lugar para estar.
El halcón maltés, de John Huston El enfoque narrativo gozaba aquí simultáneamente de las ventajas de ser único y complejo. Por un lado, ninguna escena del film (exceptuada la rápida muerte de Jerome Cowan) omitía la presencia de Humphrey Bogart, detective particular, y nunca el espectador sabía más de lo que éste llegaba a averiguar.
La novia del monstruo, de Ed Wood Un científico realiza experimentos con humanos con la intención de crear un superhombre, pero una periodista se interpondrá.
Sebastián Moro, el caminante, de María Laura Cali En los días del golpe de estado en Bolivia de noviembre de 2019, el periodista argentino Sebastián Moro muere en circunstancias no aclaradas, la propia voz y las palabras de Sebastián reconstruyen su periplo de Mendoza a la Paz y echan luz sobre los motivos de su muerte.
El tesoro de Sierra Madre, de John Huston Sigue siendo difícil encontrar en el cine norteamericano del período un film que supere El tesoro de la Sierra madre en su voluntad de desterrar el artificio visual de la producción en estudios y en la complejidad de sus personajes, que evolucionan de diverso modo ante la mirada del espectador.
Atentado, de Jerzy Passendorfer En poco más de una hora y veinte, Passendorfer describe minuciosamente la preparación, ejecución y resultados de un atentado de la resistencia polaca sobre la ocupación nazi, basado en un episodio real.
Moulin Rouge, de John Huston El pintor Tolouse-Lautrec se suma a la vasta galería de héroes hustonianos en esta obra maestra para la cual el realizador forzó todos los límites vigentes en el uso del color. Se verá, como corresponde, en una copia original en 35mm. en Technicolor que hará palidecer de vergüenza a toda la rémora digital que pretenda imitarla.
Independencia + Que haya luz, de John Huston Este cortometraje fue realizado durante la celebración del Bicentenario de los Estados Unidos para brindar información sobre el desarrollo, la redacción y la firma de la Declaración de Independencia y los hombres que participaron en ella.
Cazador, la película, de Georgina Zanardi y Marcelo Leguiza Melkor, el demonio rebelde, elige Buenos Aires para convertirla en su infierno personal desatando una invasión demoníaca. Zombis y demonios caminan la tierra: todo es caos, fuego y muerte. El único que puede detener a las hordas del inframundo es el Cazador, pero ¿cómo despertar el interés de esta bestia-hombre?
Errante, de Adriana Lestido Una meditación visual sobre el retorno al origen a partir del registro de un viaje en soledad de un año y medio alrededor del Círculo Polar Ártico. La transformación del paisaje a través de las cuatro estaciones (primavera, verano, otoño, invierno, primavera) y la fusión interna con aquello que se mira para permitir la propia transformación.
Clorindo Testa, de Mariano Llinás Este film ¿es o no es sobre Clorindo Testa? Y si no ¿sobre qué es? ¿Es sobre la vida del director, sobre la vida de su padre, sobre la vida de su país? Entre estas amenazas y otras aún peores navega esta pequeña, microscópica aventura.
El cuchillo bajo el agua, de Roman Polanski Tres personajes y un barquito es todo lo que necesitó Polanski para hacer una obra maestra en su primer largometraje, luego de anticipar su talento en films cortos como el multipremiado Dos hombres y un ropero.
El hombre que sería rey, de John Huston Adaptación bastante libre de un relato de Rudyard Kipling y un antiguo proyecto del director, este film narra la delirante aventura de dos aventureros británicos en el remoto Kafiristán.
Muerte de un presidente, de Jerzy Kawalerowicz Con el precedente de una década pródiga en films políticos basados en minuciosas reconstrucciones de hechos reales, Kawalerowicz realizó este film sobre el asesinato de Gabriel Narutowicz, que fue el primer presidente de la Segunda República Polaca durante unos pocos días en diciembre de 1922.
Ciudad dorada, de John Huston Si alguna vez alguien quisiera saber cómo son las historias de perdedores en el cine, tendría que empezar por Fat City. Y no porque sea la primera de perdedores ni de boxeadores en tobogán hacia el desastre, sino por ser la más lírica, la más sentimental, la que tiene al loser más inolvidable.
El estado de las cosas, de Wim Wenders Tras su conflictiva relación con Coppola durante la producción de Hammett, Wenders realizó este film sobre un director obligado a interrumpir su rodaje por falta de recursos. Su veterano director de fotografía, que prefiere ocultarle el hecho de que se están quedando sin película virgen, no es otro que Sam Fuller.
El año del sol quieto, de Krzysztof Zanussi Emilia vive con su madre en condiciones penosas, aguardando el improbable regreso de su esposo, en paradero desconocido desde que servía en el ejército. Un destacamento de soldados estadounidenses investiga crímenes de guerra en la zona. Uno de ellos, Norman, ayuda a las dos mujeres, y enseguida se ve atraído por Emilia, que duda acerca de aventurarse en un romance con él.
Escape a la victoria, de John Huston Segunda Guerra Mundial, año 1943. El comandante del campo de concentración de Gensdorff se interesa por un grupo de prisioneros que juega al fútbol. Se le ocurre entonces la idea de organizar un partido en el que se enfrenten una selección alemana y una selección formada por prisioneros de guerra.
Los inadaptados, de John Huston Las vidas de los “misfits” del título original emiten una luz de atardecer y soledad, que en el caso de Marilyn la muestra en una de sus apariciones más evocativas. Uno de los cuatro o cinco films mejores de John Huston.
Al 3er día, de Daniel de la Vega Cecilia y su hijo emprenden un viaje. Al tercer día, la encuentran vagando sola, sin recordar lo que sucedió durante este tiempo. Busca desesperadamente a su hijo y se ve envuelta en una caza brutal, llevada a cabo por un fanático religioso, al que se enfrenta. Para ella, es un lunático. Para él, Cecilia es el enemigo.