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Literatura

Burroughs para argentinos
Por Carlos Gamerro

Si hasta la primera mitad del siglo XX el gran profeta de los horrores por venir fue indudablemente Franz Kafka, en la segunda mitad –y en lo que va del XXI– tal dignidad corresponde sin lugar a dudas a William Burroughs. Nuestro mundo se ha vuelto cada vez más burroughsiano, y posiblemente sea por eso que su obra puede hoy ser leída con mayor facilidad por los jóvenes (letrados o no) que por muchos adultos “cultos”. Es, además, un autor que parece hablarnos –gritarnos– en el oído a los argentinos. En “Roosevelt después de la inauguración” el presidente electo “reemplaza a los miembros de la Corte suprema por nueve babuinos de culo morado, y aduciendo ser el único capaz de interpretar sus decisiones, termina controlando al supremo tribunal de la nación”. En El almuerzo desnudo el Dr. Benway es contratado como asesor por la república de Anexia, donde pone en marcha el programa D.T., “desmoralización total”: los ciudadanos deben llevar encima una carpeta de documentos llenados en tinta evanescente, por lo que son continuamente arrestados por no tenerlos en regla y deben correr de una oficina a otra en un frenético intento de cumplir unos plazos imposibles... “Tras unos meses de este sistema, los ciudadanos se acurrucaban en rincones como gatos neuróticos”. La explicación que Benway da de su primera medida, la de suprimir los campos de concentración, las detenciones en masa y –excepto en circunstancias especiales – la tortura, ofrece una síntesis conceptual de nuestra última transición de la dictadura a la democracia: “Estoy en contra de la brutalidad. No es eficiente. El sujeto no debe darse cuenta de que los malos tratos son un ataque deliberado contra su identidad personal por parte de un enemigo antihumano... Sometido a la decencia de una burocracia arbitraria e intrincada, es incapaz de hacer contacto directo con el enemigo”. En Nova Express Burroughs encuentra la ratio última de este enemigo que ni Marx ni Foucault pudieron identificar con tal meridiana claridad: “el enemigo solo existe donde no hay vida y se dedica a empujar la vida a condiciones extremadamente insostenibles”. En Nova la tierra es una colonia regida por agentes venusinos encubiertos, cuyo único propósito es explotarla hasta el límite de lo posible y luego velozmente abandonarla antes de que estalle, al grito de (en palabras que habrán escuchado tanto Cecilia Bolocco e Inés Pertiné como Chiche Duhalde) “empaca tus armiños, querida –nos largamos de aquí ahora mismo”.

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Fragmento del ensayo publicado originalmente en El nacimiento de la literatura argentina (Editorial Excursiones, 2015). El texto completo puede descargarse en PDF aquí.

El curso Paisaje después de la batalla. Escritores estadounidenses de los 50 y 60: Vonnegut, Salinger, Burroughs, Kerouac, Ginsberg, a cargo de Gamerro, comienza el miércoles 15 de febrero. 

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