Un empresario ofrece un millón de dólares a quien sea capaz de pasar una noche en una propiedad que tiene una historia siniestra. Esa premisa clásica es apenas la excusa para esta libérrima y muy divertida remake de un clásico de William Castle, coproducida por su hija Terry y por Robert Zemeckis.
Este es el film más abstracto Berneri y también el más luminoso. En su centro hay dos mundos que se encuentran: por un lado, el de una mujer madura que ha sido sex symbol, es independiente y vive sola; por otro, el de su sobrina adolescente del campo, que está por cumplir quince años.
En la única escena alegórica de ALANIS, la protagonista aparece con su hijo cómodamente instalada en un dormitorio burgués que en realidad le es muy ajeno. El resto del film describe -con todo naturalismo y un extremo rigor formal- su vida en la prostitución con ese niño al que debe alimentar.
En lo esencial es la minuciosa crónica de una separación, sintetizada en una serie de escenas que concentran las causas. Esas causas se ven pero nunca se enuncian.
La anécdota es muy simple: un niño se golpea y su madre lo lleva al hospital. Pero el film no se encuentra allí sino en el suspenso casi insoportable que Berneri construye en la primera parte a partir de una situación cotidiana y doméstica.
El 28 de septiembre de 2004 fue la jornada más luctuosa para la ciudad bonaerense de Carmen de Patagones. Aquel día un estudiante de 15 años ingresó al aula de su comisión en el Instituto 202 Islas Malvinas con un arma y disparó a quemarropa contra sus compañeros y docentes, dejando como saldo tres muertos, cinco heridos y una huella en la comunidad que todavía perdura.
Pablo no sólo busca disciplina. También pretende seguir viviendo y, de ser posible y como el título lo indica, un poco de amor. Nada de esto le resulta fácil.
Emilia, 17, llega a un particular pueblo religioso en el borde entre Argentina y Brasil. Está buscando a su hermano, con quien tiene un oscuro asunto que resolver. Se aloja en la posada del monte de su extraña tía Inés donde, según los rumores, hace una semana apareció una bestia.
El Público, The Audience y Le Public son tres películas que cuentan la historia de unos espectadores y la ciudad en la que viven. Y también es la historia de una obra de teatro que sólo conocemos a través de su narración.
Eastman (ps de Luigi Montefiori) codirigió y además escribió este film de ambiente post-apocalíptico, siguiendo los éxitos recientes de la primera MAD MAX o de ESCAPE DE NUEVA YORK, pero quiso emparentarlo con la profusa tradición del Eurowestern, que conocía muy bien.
Tobi se queja de que le pica la espalda y algunos días después, sin que la ciencia pueda explicarlo, le crecen alitas. Para el niño y para su familia, la novedad trae más problemas que alegrías, un poco como le pasaba al querido Niño del pelo verde de Joseph Losey.
House
Un escritor hereda la siniestra casa de una tía, donde tiempo antes ha perdido a su hijo, y acepta el legado con la intención de ajustar cuentas con lo desconocido. En una década que incorporó alegremente el humor a diversos tópicos clásicos del cine fantástico, era inevitable que llegara el turno de las casas embrujadas. El éxito del film inspiró varias secuelas e imitaciones.
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