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Un gran diálogo literario entre Fabio Morábito e Inés Garland

En la tarde del lunes 5 de mayo, el escritor y traductor Fabio Morábito, en el marco de su visita a la Feria del Libro de Buenos Aires, fue entrevistado por la escritora y traductora Inés Garland en la Biblioteca del museo. Morábito participó del jurado de la Residencia de Escritores de Malba de este año. Conversaron durante una hora y media sobre la escritura de prosa, poesía y sobre la traición en la traducción. Al final respondieron algunas preguntas del público. Reproducimos parte de ese diálogo:

Fabio: Un tema que me interesa mucho es qué tanto le es necesario a un escritor la mirada de alguien más para trabajar, mejorar o desechar.
No he publicado nada que no recibiera la mirada de alguien más, pero sé que hay escritores que no lo hacen.

Inés: Está el tema de la ofensa, de que algo te ofenda y tener una reacción defensiva ante los comentarios. Pero creo que la lectura de otro te obliga a pensar algo y defender el material. Te obliga a cuestionarlo.
Podemos hablar de poesía, narrativa, traducción y todo tiene muchas ramificaciones.
¿Le prestas mucha atención a los géneros?

Fabio: Yo escribo cuento y poesía, y desde el primer renglón sé si es una cosa o la otra. ¿No crees que se exagera un poco con lo transgénero, como si fuera lo moderno?

Inés: Me puse a pensar más bien en qué tiene toda la escritura en común.

Fabio: Creo que entra la concepción de estilo personal. Alguien que escribe prosa y poesía en algún momento va a notar ese cruce. La búsqueda de las palabras necesarias y solo ellas. En ese sentido la poesía la ayuda a la prosa. Y la prosa repercute en la poesía. Y la prosa trae el cine. Que tanto ha influido el lenguaje del cine a la literatura en su economía, las elipsis.

Inés: El mismo cine cambió. Donde más se puede ver es en la elipsis y cómo el lector completa lo que no se dice. 

Fabio: Y en los diálogos. Como en Carver, que más que diálogos parecen ruido. En la narrativa contemporánea, la narración pasa no tanto por las palabras sino por los gestos, lo corporal. Los diálogos son económicos. Hay desconfianza con las palabras. Con Flaubert, Dostoievsky, uno puede escuchar sus voces. Ahora nadie escucha a nadie. Intuimos e interrumpimos. Todos queremos ser escuchados.  Eso provoca diálogos que parecen fallidos.
Pero no me parece mal, me parece un signo de este momento.
Otras cosas no verbales compensan eso.

Inés: ¿Qué buscas cuando lees?

Fabio: sobre todo entretenerme. Disfrutar emocionarme conmoverme. No pienso, trato de que la lectura me gane. Y lo mismo cuando escribo. Un exceso de pensamiento es dañino.

Inés: siempre me llamó la atención tu rigor y pensé que eras muy riguroso en planear. Si no es de una idea previa, de qué se parte? 

Fabio: un día leí un cuento de Murakami y la frase inicial me cautivó inmediatamente. Esa frase me dio un tono y me dio un personaje. Una mujer de 40 años. 
El idioma materno tienen todos los textos el mismos tamaño porque fue un encargo que me hizo Diego Erlan para revista Ñ. El primer texto ocupe la mitad en decir la idea, pero después me fui disciplinando. Eso aprendí, que nos podemos disciplinar a una forma. Un escritor es una especie de vehículo que lleva a esa forma. 
Mis poemas son cortos o largos. El primer verso dicta entre comillas el segundo. Siempre hay una tentación de terminar rápido y decir ya hice la tarea. Hay poemas que exigen un tiempo más largo. Yo no trabajo formas cerradas pero sí me gustó escribir esos textos.

Inés: ¿Cuándo decidís que un poema se malogró?

Fabio: Muchas veces por agotamiento. Corrijo, corrijo, corrijo y me harto. Y puede ser más adelante después de una semana, un año, los he retomado y encontrado la salida. Un poema recién pudo entrar al tercer libro.
Y otros que uno abandona porque sabe que está en una pista falsa. Te das cuenta de que nunca te importó y lo seguiste de puro oficio, en piloto automático. Es correcto pero no te dice nada. Y ahí entra la mirada de alguien que lo lee y en la cara te das cuenta de que no les gustó. Y uno ahí se siente falso, que no es poeta.

Inés: ¿Crees que podemos aprender nuevas técnicas?

Fabio: A los 25 años ya deja de crecer el cuerpo. Creo que un escritor a los 35 años ya está hecho. No creo que aprenda algo significativo en su estilo. El primer libro nunca es el mejor libro pero es el más importante. Es el más genuino.

Inés: No estoy de acuerdo. Creo que las traducciones me cambiaron la escritura.
Hablemos de la traducción. Vos decís que el traductor es un copista de lujo. Y hablás de ser un actor, impostor.
Yo creo que no es una traición una traducción. Es más lealtad al original.

Fabio: ¿No crees que es posible ser leales y traidores en la literatura y en la vida? 
Hay una lealtad que no se pierde que admite cierto grado de traición.
No es que se necesite ser traidor, pero resulta que casi siempre uno tiene que traicionar cosas para ser más leales, estar más cercanos al espíritu del original. Los que no se permiten esta pequeña trampa terminan haciendo traducciones acartonadas.

Inés: Qué traiciono es la pregunta. Por ahí siento que no es una traición esa elección.

Fabio: Pero piensa en la musicalidad. Vas a tener que traicionar el significado. La musicalidad es importante.
Mucho refrán si le quitas la rima parece solo sentido común. 

Inés: Quizás por eso no traduzco poetas que rimen. O con musicalidad. Prefiero traducir poetas que me interesan sus imágenes.

Fabio: Esto me hace pensar en los poemas de Sharon Olds que tú has traducido. Cuando habla del padre y dice cosas muy tremendas pero uno nunca deja de ver ese amor al padre. La forma de atravesar el concepto de familia.
No sé cuánto le costaba escribir esto a ella. Vi una entrevista que le hiciste pero no recuerdo si le preguntaste sobre esto.

Inés: Yo le pregunté cómo había cambiado de su poema de Saturno, en que el padre se devora a su hermano, hasta uno de los último donde cuenta la muerte del padre. Tiene muchos poemas de lo tremendo que es el padre. Me dijo que los dos sentimientos siempre habían coexistido en ella. La ambivalencia en el mundo.

Fabio: A veces me pasa que pienso "esto me da mucho miedo, prefiero no meterme". Si me voy a meter en esto, no sé si tendría valor para decir todo lo que debería.

Inés: Sam Shepard dice que hay que escribir sobre lo que a uno le da vergüenza.

Fabio: Yo tengo muchas vergüenzas de cosas que dije o hice a los cinco años. Bochornos retrospectivos, tengo un poema que habla de esto. Lee: “Nunca se ha presentado una bifurcación en mi camino”.

Inés: Me acuerdo de que había marcado la palabra bifurcación en los apuntes que me olvidé. Tus cuentos tienen muchas bifurcaciones.

Fabio: Mañana voy a dar mi primer y único taller y uno de los temas es ese. Uno tiene una explicación narrativa que le parece digna de contarse. Y empiezan enseguida las decisiones que hay que tomar, que son lo peor. La bifurcación. Regresar después de tomar una decisión al lugar de la bifurcación no se puede. El cerebro queda contaminado. El esfuerzo para recobrar esa virginidad mental es imposible. Así que uno va con pies de plomo, para tomar la decisión correcta. Me imagino que el árbol cuando crece tiene la misma la misma cuestión.

Inés: me gusta la anécdota de Pushkin que se sorprendió de qué hacen sus personajes. Y Nabocov, por el contrario, dice que sus personajes no cruzan la calle sin su autorización. 

Fabio: Fuentes decía que tenía todo en la cabeza. Hay otros, como yo, que piensan que si sabes demasiado de la historia se pierde emoción. Hay que saber muy poco de lo que pasa. Me gusta verlo como una especia de visita desde el exterior. Algo se te ocurre. Lo más fácil es imaginar historias maravillosas. Lo difícil es contar la historia que uno va a escribir. Es como los recuerdos, no los dominamos. Llegan. De pronto llega un recuerdo y uno está en ese pasado. 
Y me pasa igual con los poemas y los cuentos. A veces es una frase. Me animé a leer el Quijote. Y en un momento Sancho dice: "hasta la muerte, todo es vida". Es esa idea: el cuerpo no cree en la muerte. Y ahí dije: es un poema. Puede ser algo que lees, algo que oyes.

Inés: Siempre pensé que la poesía era más mirar algo muy atentamente y que eso te hable y que los cuentos eran algo distinto. Pero me pasó leyéndote que me pareció que es el ensayo el que se parece más a la poesía. 

Fabio: La atención, la mirada. Ver algo como con un lente. Para eso leemos libros. Para hacer más presente la mirada. 

Pregunta del público: ¿En qué creen más, la inspiración o la práctica?

Fabio: Yo escribo todos los días, me levanto a las 5 de la mañana y escribo. La inspiración no está muy de moda, pero yo creo en las dos. Algo tiene que explicar que a veces se me ocurren cosas y a veces nada. Quedarme sentado por ser muy disciplinado ha dado sus frutos. Para un joven o alguien que arranca es muy importante la disciplina. Si no hay disciplina es muy fácil tirar la toalla y decir esto no es para mí.

Pregunta del público: ¿Piensan en el lector?

Inés: Yo no pienso en el lector, pero no pienso diría. En serio. Después de escribir corrijo con oficio, soy profesional y lo doy a leer a alguien más, pero mientras escribo no pienso mucho en nada.

Fabio: Yo pienso lo mismo con respecto al lector. Hay escritores que están un poco esclavizados por un lector. Que parece que escriben cartas. Tienen destinatarios demasiado precisos. Yo nadaba durante un tiempo y un día le pregunté a mi instructor cómo era la verdadera posición de la cabeza en el crol. Me respondió que tenía que mirar a la orilla opuesta pero haciéndome el que no. Creo que con el lector es algo así, uno sabe que está pero se hace el que no.

Inés: Imaginate escribir sobre las vergüenzas si aparece un lector crítico.

Fabio: O aparece tu mamá.

Pregunta del público: ¿Cómo hacen para despegarse de las personas que observan de donde sacan inspiración?

Fabio: Un personaje se forma a partir de rasgos de personas conocidas pero el resultado nos hace olvidar de los que inspiraron. No hay que tener en claro al lector y no hay que enamorarse de la persona real. 

Inés: Creo que hay que traicionar a la persona real. Puedo basarme en una persona real y hacerla hacer algo que no haría jamás.

El video completo de la conversación estará disponible en el canal de YouTube en los próximos días. 

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