Año 2007. En España se ejecutan los primeros desahucios, tras la explosión de la burbuja inmobiliaria. Se trata del inicio de lo que acabará siendo un verdadero tsunami. Un tsunami que dejará sin vivienda a miles de personas.
Exprimiendo y sacando el mejor provecho posible del subgénero del found footage, la película narra el espectacular ataque de un monstruo que se lleva puesta toda Manhattan desde la mirada amateur de un veinteañero que estaba filmando un video durante la despedida de su mejor amigo, a punto de irse a vivir a Japón.
La típica película de terror: cinco universitarios en una cabaña en medio del bosque. Están los personajes estereotipados, las señales que desoyen, el sótano al que no habría que haber bajado y hasta la frase maldita, en latín, encontrada en un diario siniestro, que hubiera convenido no leer en voz alta.
El género a mediados de los 80 comenzó a renovarse y fue agregando humor y parodia. Si el dramaturgo Pirandello había adoptado el término grotesco para hacerlo suyo y entregarle a sus obras esa mezcla de comicidad y tragedia, podríamos decir algo similar de Sam Raimi.
Si en la saga de Alien, las primeras tres mantenían la seriedad correspondiente para determinarlas como películas de una ciencia ficción “seria”, la cuarta, con el estilo de Jeunet, le agrega exceso, humor y parodia que contribuyen al efecto kitsch.
El universo paralelo al que llegan nuestros héroes es casi un émulo del Egipto circa la construcción de las pirámides y, en efecto, los recibe una pirámide idéntica a las de Giza. Allí vive un pueblo primitivo que terminará fascinado por las armas de estos muchachos, con las que harán la revolución.
En la tercera entrega de la saga Evil Dead, Sam Raimi vuelve a usar al Necronomicon ex Mortis creado por H.P. Lovecraft para enviar a su protagonista Ashley “Ash” Williams a la Inglaterra del siglo XIV. Allí, el Ejército de las Tinieblas despierta por culpa de Ash.
Noche alucinante es una obra maestra, no solo del género de terror sino también de la historia del cine. Visualmente es única en su especie, cuenta con técnicas cinematográficas jamás vistas con anterioridad y fue una de las primeras películas en introducir el surrealismo gore.
The Resonator es una máquina que tiene el poder de expandir la glándula pineal de la mente con el propósito de conocer nuevas dimensiones de sensorialidad. Claro que el experimento pronto se descontrola y fuerzas desconocidas comienzan a afectar a todos lo que prueban su accionar.
Lili Marleen
Admirador del melodrama en general y de las películas de Douglas Sirk en particular, Fassbinder narró en este film la historia de un amor imposible entre un judío y una cantante que se hace famosa interpretando el tema del título en plena Alemania nazi.
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