Durante agosto y septiembre, la Embajada de México en Argentina y Malba Cine invitan a un viaje cinematográfico único a través de la obra del aclamado director mexicano Nicolás Echevarría, auténtico explorador del México profundo. Este ciclo presenta cinco documentales esenciales —María Sabina, mujer espíritu; Flor y canto; El niño Fidencio, taumaturgo de Espinazo; Poetas campesinos y Teshuinada— junto con su emblemática película de ficción Cabeza de vaca.
Nicolás Echevarría (Tepic, Nayarit, 1947) es uno de los documentalistas más destacados de México, cuya obra se distingue por su profunda sensibilidad hacia las culturas indígenas y su capacidad para capturar la riqueza de las tradiciones mexicanas. Su trayectoria, iniciada en la década de 1970, se caracteriza por un enfoque etnográfico que combina rigor antropológico, experimentación estética y un respeto absoluto por las comunidades que retrata. A través de su cine, Echevarría no solo documenta prácticas y creencias, sino que también ofrece una reflexión sobre la otredad, el sincretismo cultural y la resistencia de las tradiciones indígenas frente a la modernidad. Su trabajo, profundamente influido por su formación en música, cine experimental y antropología, ha dejado un legado imborrable en el cine mexicano, siendo reconocido con el Premio Nacional de Ciencias y Artes de México en 2017. Con su lente respetuoso y poético ha tejido el retrato íntimo de un país que muchos de sus habitantes ni siquiera adivinan que pueda existir.
La obra de Echevarría se centra en explorar el "espacio sagrado" de las comunidades indígenas, un concepto que él mismo describe como un mundo paralelo al cotidiano, donde ciertas prácticas permiten una conexión profunda con lo divino. Su obra, impregnada de un profundo respeto por las tradiciones y cosmogonías indígenas, es la de un narrador fuera de serie, que cartografía las profundidades de un México ancestral, imperceptible para quien se acerca a la realidad a través de la cámara de su teléfono celular. Este enfoque no busca exotizar, sino dignificar y preservar la memoria de usos y costumbres que, en muchos casos, estaban en riesgo de desaparecer en un país multicultural, en rápida transformación durante los años setenta del siglo pasado. En este sentido, su obra desafía las narrativas dominantes, ofreciendo una visión que trasciende lo folclórico para revelar la profundidad de un país plural y diverso.
Echevarría, quien financiaba sus proyectos de forma independiente y trabajaba con equipos filmográficos rudimentarios, pasaba largas temporadas conviviendo con las comunidades, logrando un registro íntimo y respetuoso. Su cine no solo documenta, sino que también experimenta con formas audiovisuales, influido por el cine underground de Nueva York y la música experimental de colaboradores como Mario Lavista, uno de los compositores mexicanos de música contemporánea con mayor prestigio internacional. Esta combinación de etnografía y vanguardia estética permite que sus obras trasciendan el documental tradicional, invitando al espectador a una experiencia sensorial y reflexiva distinta.
—Texto de Héctor Orestes Aguilar.
Este ciclo se realiza con la colaboración de IMCINE.
Todas las exhibiciones serán con entrada libre y gratuita, hasta agotar la capacidad de la sala.
VIERNES 22
18:00 María Sabina, mujer espíritu
VIERNES 29
18:00 Flor y canto + El niño Fidenzio