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Programación marzo 2012

CINE

Bestiario

Durante todo el mes

A lo largo de las décadas el cine ha reunido un zoológico bastante excéntrico, en el que nobles canes como Lassie conviven con bestias asesinas como King Kong o Tiburón. Este mes, malba.cine recorre ese zoo imaginario a través de varias decenas de películas en las que distintos animales adquieren un rol protagónico y definen la trama. Se verán films de, entre muchos otros, Jack Arnold, Clarence Brown, David Cronenberg, Joe Dante, Robert Flaherty, John Huston, Shohei Imamura y Nagisa Oshima.

Todos los textos en los que no se aclara lo contrario pertenecen a Fernando Martín Peña.

Sangre y marfil (The Elephant Boy, Gran Bretaña, 1937) de Robert Flaherty y Zoltan Korda, c/Sabu, W. E. Holloway, Walter Judd, Alan Jeayes. 80’.
Un niño indio que aspira a ser un gran cazador, se suma a una expedición en compañía de su elefante doméstico, un majestuoso gigante llamado Kala Nag, que responde al niño con una obediencia casi inverosímil. Filmado mayormente en la India, el film se encuentra en el límite entre el documental y la ficción, y logra un raro equilibrio entre ambos. Como en sus célebres documentales anteriores (Nanook el esquimal, El hombre de Aran), Robert Flaherty hizo un extenso trabajo de indagación previo al rodaje, que lo llevó a descubrir a su protagonista Sabu entre los conductores de elefantes de la jungla. Se basa en un relato de Rudyard Kipling.

 

Tarzán y su compañera (Tarzan and His Mate, EUA-1934) de Cedric Gibbons y (sin figurar) Jack Conway y James McKay, c/Johnny Weissmuller, Maureen O'Sullivan, Neil Hamilton, Paul Cavanagh. 93’.
El segundo largometraje que la MGM produjo sobre el personaje de Edgar Rice Burroughs resultó ser, con ventaja, el mejor de su extensa filmografía. Se filmó antes de la entrada en vigencia del Código de Censura de Will Hays, pero se estrenó después, lo que explica lo notorio de algunos cortes (en particular durante una escena acuática) pero también la sorprendente franqueza sexual de Jane, que no oculta en ningún momento cuál es el gran motivo que la retiene junto al hombre-mono. Fue el único film como director del célebre diseñador Cedric Gibbons, obligado a dimitir en medio del rodaje cuando el estudio advirtió que se le iba la mano con las dosis de sexo y violencia.

 

Alien, el octavo pasajero (Alien, EUA-1979) de Ridley Scott, c/Tom Skerritt, Sigourney Weaver, John Hurt, Yaphett Kotto, Harry Dean Stanton. 117’.
La trama es muy simple: una nave recoge sin saberlo un bicho infernal en un planeta extraño. El Nostromo tiene tantos corredores y lugares oscuros como un castillo gótico que vuela. Pero Scott domina el arte de la visualización como un maestro del Renacimiento, y así esa idea derivativa (también lo acusaron de tomarla de un cuento de Van Vogt) resulta en un clásico absoluto, como ocurriría después con Blade Runner. El “bicho” diseñado por el suizo Giger marcaría la tónica de las próximas décadas para fabricar extraterrestres. El guión, aparentemente simple, oculta capas superpuestas de subtexto sexual, no solo en el carácter fálico y espermático del animal implacable, sino en la supervivencia final y única del eterno femenino: una guerrera un poco masculina, y su gato. Texto de Elvio E. Gandolfo.

 

King Kong (EUA-1933) de Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack, c/Fay Wray, Robert Armstrong, Bruce Cabot, Frank Reicher, Noble Johnson. 80’.
La versión original de King Kong, el simio más célebre de la historia del cine, se mantiene imbatible pese a los setenta años transcurridos, a los avances tecnológicos y a las incontables imitaciones y remakes que hasta la fecha siguen apareciendo. El film resultó innovador no sólo por efectos especiales de Willis O’Brien, sino también por la música de Max Steiner, una de las primeras bandas sonoras importantes de la historia del cine.

 

La marca de la pantera (Cat People, EUA.-1942) de Jacques Tourneur, c/Simone Simon, Kent Smith, Jane Randolph, Tom Conway, Jack Holt. 73’.
Una muchacha se ve dominada por opresivos temores que le impiden consumar su matrimonio, no obstante lo cual es capaz de celar a su marido hasta la locura criminal. Hay una vaga referencia en el film a mitos y horrores ancestrales, pero la base de su trama es exclusivamente psicológica. Así la concibió el libretista DeWitt Bodeen (también prolífico historiador de cine) y así la comprendieron el realizador Tourneur y el director de fotografía Nicholas Musuraca, que diseñaron una atmósfera mayormente nocturna en la cual las amenazas se definen en forma de sombras. Por ello el único modo de ver esta película es en fílmico y en una copia nueva, como la que se exhibirá en este ciclo, que fue adquirida por la Filmoteca Buenos Aires en el exterior.

 

Piraña (Piranha, EUA-1978) de Joe Dante, c/Bradford Dillman, Heather Menzies, Kevin McCarthy, Dick Miller, Keenan Wynn, Barbara Steele, Paul Bartel. 92’.
La filmografía de Dante se caracteriza por algo que les falta a muchos autores mainstream: amor, obsesión por el cine. Con sólo repasar la lista de sus compañeros de ruta ya se ve de qué está hecho este tipo: sí, la clase B gobierna. Piraña no se aleja de esa premisa / forma de vida: un poco de humor, un puñado de peces dentados de hule y algunos baldes de sangre sirven para jugar un rato en el agua, sacarse el gusto de hacer un exploitation que supera con creces el promedio y pasarla bomba con los amigos. La ecuación se completa con el espectador, un amigo más. Texto de Marcelo Alderete y Pablo Conde.

 

El gato negro (The Black Cat, EUA-1934) de Edgar G. Ulmer, c/Boris Karloff, Bela Lugosi, David Manners, Jacqueline Wells, Lucille Lund. 65’.
Tras haber orquestado la muerte de todo un ejército bajo su mando, Boris Karloff lidera un culto satánico que necesita de la regular provisión de muchachas bellas, prestas al sacrificio. Bela Lugosi interpreta a un antiguo enemigo que llega para vengarse y, de paso, jugar un poco al ajedrez. El título alude al relato de Edgar Allan Poe pero no guarda la menor relación con el mismo. Cada tanto pasa un gato negro, sin embargo.

 

Nanook el esquimal (Nanook of the North, EUA-1922) Largometraje documental. 60’ aprox.
Los animales del helado Norte proveen el sustento para Nanook y los suyos, una familia inuit que vive de manera nómade en un territorio “equivalente al tamaño de Inglaterra”. Para la Historia del cine, el documental de autor nació con este primer largometraje de Flaherty, finalizado tras varios años de trabajo y sucesivas expediciones. Apropiadamente, el film fue terminado gracias al aporte económico de una empresa de peletería, que imaginó una óptima publicidad implícita para sus productos. En el cazador Nanook, el director encontró una síntesis perfecta del choque entre el hombre y la naturaleza, tema sobre el que elaboró después sus mejores films. Se verá acompañado por música en vivo interpretada por la National Film Chamber Orchestra, que coordina y dirige Fernando Kabusacki.

 

Pescadores (Drifters, Gran Bretaña-1929), de John Grierson. Largometraje documental. 50’.
Este fue el único film del sociólogo John Grierson, quien no sólo acuñó el término “documental” sino que fue su mejor promotor durante los primeros años del cine. Los numerosos cortometrajes que produjo desde el Empire Marketing Board o EMB conformaron la llamada Escuela Documental Inglesa, que tuvo una rápida influencia internacional. Su gestión fue determinante después de la segunda guerra mundial para la instalación del National Film Board of Canada, que lograría un éxito cultural sin precedentes en el terreno del documental y del cine de animación desde la década del ’50. Es comprensible que con toda esa actividad, más la política necesaria para realizarla, más sus incesantes viajes por el mundo (que lo trajeron a la Argentina y al Uruguay en mayo 1958), Grierson no haya tenido tiempo de seguir filmando, pero no deja de ser una lástima porque Pescadores es una obra maestra que combina la mirada etnográfica de Flaherty, la intención humanista de toda la obra posterior de EMB y un montaje de tremendo dinamismo, muy próximo al cine de vanguardia.

 

Benji (EUA-1974) de Joe Camp, c/Peter Breck, Deborah Walley, Edgar Buchanan, Frances Bavier. 86’.
Un perro parte en busca de dos niños secuestrados en este clásico infantil, que recibió una nominación Oscar por mejor canción. El perro Higgins, que interpreta a Benji, tenía una amplia filmografía en el cine y la TV (en la serie Granjero último modelo, por ejemplo). Como sucede con algunos actores, el éxito consagratorio de Benji le llegó en plena madurez, ya que Higgins tenía por entonces unos catorce años.

 

Aliens (EUA, 1986) de James Cameron, c/Sigourney Weaver, Carrie Hehn, Michael, Biehn, Lance Henriksen, Paul Reiser, Bill Paxton. 137’.
La obra maestra de Ridley Scott había sido más bien un film de suspenso y atmósfera pero eso cambió para siempre con su primera secuela, que Cameron emprendió con sobrados recursos gracias al éxito de su anterior Terminator. El resultado fue un verdadero film de súper acción, en el que un pelotón de forzudos marines es enviado literalmente a la boca del alien. El éxito de esta secuela produjo hasta la fecha otras dos continuaciones, sin contar posteriores enfrentamientos con otras razas de ficción.

 

Tú, mi conejo y yo (The Geisha Boy, EUA-1958) de Frank Tashlin, c/Jerry Lewis, Marie McDonald, Sessue Hayakawa, Nobu McCarthy, Suzanne Pleshette, Barton MacLane. 98’.
Jerry Lewis interpreta a un mago con conejo y todo, contratado por el ejército norteamericano para participar de una gira por Oriente para entretener a las tropas. Esta quizá sea la más recordada de sus comedias para Tashlin, por la combinación de humor y emoción en el vínculo con un huérfano japonés, y por los antológicos gags de dibujo animado que protagoniza el conejo del título. Se verá en copia nueva en Technicolor, recientemente adquirida por la Filmoteca Buenos Aires.

 

La anguila (Unagi, Japón-1997) de Shohei Imamujra, c/Koji Kakusho, Misa Shimizu, Mitsuko Baisho, Akira Emoto, Fujio Tokita. 117’.

Un hombre que ha purgado una condena en prisión por asesinar a su esposa y a su amante, sale en libertad condicional y debe vivir con un monje que se hace responsable por él, en un pueblo aislado. Lo que sucede luego no es más que la progresiva y parcial revelación de distintos personajes y del propio protagonista frente a nuevas situaciones emocionales. El extraño animal del título es adoptado como mascota por el protagonista pero el realizador utiliza también su belleza plácida y casi abstracta como contrapunto visual de todo lo que va ocurriendo. Imamura volvió al cine tras ocho años de inactividad con este film, que ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes.

 

La mosca (The Fly, EUA-1986) de David Cronenberg, c/Jeff Goldblum, Geena Davis, John Getz, Joy Boushel. 100’.
Como el original de 1958, este film es una variación de la Bella y la Bestia. Ahora interviene la genética: hay órganos que cambian de a poco, y un asco progresivo que pone a prueba el amor sin límites de Geena Davis. Aparte de la veteranía de Cronenberg en el uso de los cuerpos para provocar horror y extrañeza, es memorable la actuación de Jeff Goldblum, con algo de insecto ya cuando camina con su cuerpo normal. Después va soportando la sobrecarga de maquillaje y efectos especiales sin rebajar el nivel de emoción y terror. Los tramos finales son a la vez patéticos y escalofriantes. Texto de Elvio E. Gandolfo.

 

Tarántula (EUA-1955) de Jack Arnold, c/John Agar, Mara Corday, Leo G. Carroll, Néstor Paiva. 80’.
Jack Arnold fue un verdadero especialista de la ciencia-ficción, con títulos memorables como El monstruo de la Laguna Negra y, sobre todo, El increíble hombre menguante, una obra mayor. Esta es una de las mejores películas sobre bichos gigantes (junto con El mundo en peligro de Gordon Douglas), en este caso una araña, inesperado resultado de las investigaciones de un científico más o menos loco. Hay buenos efectos especiales -sobre todos en las escenas en el desierto- y los espectadores atentos descubrirán en algún momento a un juvenil Clint Eastwood en una breve participación.

 

La presa del cóndor (Night Cry, EUA-1926) de Herman C. Raymaker, c/Rin-Tin-Tin, John Harron, June Marlowe, Gayne Whitman, Heinie Conklin, Don Alvarado, Mary Louise Miller. 60’ aprox.

Uno de los animales más célebres de la historia del cine fue el perro Rin-Tin-Tin, que no sólo era capaz de realizar impresionantes proezas sino que además manejaba un amplio registro dramático, virtuosamente utilizado por los realizadores que trabajaron con él. Desde 1923 protagonizó una larga serie de films para la Warner Bros., con situaciones desbordantes de acción y aventura. Una de las mejores es La presa del cóndor, en la que Rin-Tin-Tin es acusado de crímenes que no ha cometido y condenado a muerte, situación de suspenso digna de un film de Hitchcock. Se la conoce también con el título Un grito en la noche y se verá acompañada por música en vivo interpretada por la National Film Chamber Orchestra que coordina y dirige Fernando Kabusacki.

 

La violación y los perros (Les chiens, Francia-1978) de Alain Jessua, c/Gérard Depardieu, Victor Lanoux, Nicole Calfan, Pierre Vernier, Fanny Ardant. 100’.
El film imagina una pequeña comunidad tan aterrorizada por la idea de la inseguridad que decide combatirla mediante el uso generalizado de perros entrenados, que pasan a ser un problema mayor que el anterior. La violación y los perros oscila entre el cine policial y el terror, pero en todo caso no aborda el crimen desde ninguna perspectiva tradicional sino desde la mirada de un autor visionario y esencialmente pesimista, muy poco revisado en la actualidad.

 

Dark Star (EUA-1974) de John Carpenter, c/Dan O’Bannon, Dre Pahich, Brian Narelle. 83’.
Tres astronautas de extracción claramente hippie se pasean por el espacio haciendo estallar planetas inestables. Sus principales herramientas son bombas inteligentes, capaces de sostener interesantes conversaciones sobre fenomenología. Esta comedia negra con música surf fue escrita por Carpenter y Dan O’Bannon con la evidente intención de burlarse de la solemnidad de 2001 de Kubrick. En parte funciona también como un anticipo de Alien, escrita después por O’Bannon. Nunca fue estrenada comercialmente en Buenos Aires aunque circuló en VHS con el extraño título Alien cosmic.

 

El viejo y el mar (The Old Man and the Sea, EUA-1958) de John Sturges, c/Spencer Tracy, Felipe Pazos. 86’.

El tema es extraordinariamente simple: un viejo pescador, con poca suerte, se encuentra de pronto ante un inmenso pez, al que persigue y captura. La idea de llevar al cine el relato de Hemingway, que en ese hombre solitario describe también toda una actitud ante la vida, fue una audacia que en su momento la crítica recibió entre el rechazo y el desconcierto. Con el tiempo ese film maldito se transformó en un clásico, en parte por la ajustada realización de Sturges y en parte por el monumental trabajo protagónico de Spencer Tracy.

Tiburón (Jaws, EUA-1975) de Steven Spielberg, c/Roy Scheider, Richard Dreyfuss, Robert Shaw, Lorraine Gary, Murray Hamilton. 124’.
Parece que no conviene acercarse a las playas de la localidad de Amity durante el verano, sin importar lo que digan sus comerciantes y ediles. Hasta los críticos más escépticos tuvieron que reconocer que tras el éxito masivo de este film había un buen narrador, cosa que quedó ratificada después. Además de varias secuelas, ninguna de las cuales estuvo a la altura del original, el film prohijó todo un subgénero, el terror de pescadería, que se expresó en títulos tales como Barracuda, Piraña, Orca y Tentáculos.

 

Aullidos (The Howling, EUA-1981) de Joe Dante, c/Dee Wallace, Patrick Macnee, Dennis Dugan, Christopher Stone, Belinda Balaski, Kevin McCarthy. 91’.
En su segundo trabajo a partir de un guión de John Sayles (el primero fue Piraña), Dante insufló nueva vida al mito licantrópico con una película que fue tributaria tanto del ciclo de terror de la Universal de los ’30 como de la Hammer. Si bien cargó a esta historia ambientada en una extraña comunidad en las afueras (y referida, con oscuras resonancias, como “la colonia”) de una sexualidad más cercana a la casa inglesa del horror que a su antecesora norteamericana, volcó sus guiños a unos y a otros en los nombres de los personajes. Su puesta en escena atmosférica y su enorme sentido del humor le ganaron, con los años, el favor de los cinéfilos por encima de El hombre lobo americano, y muy por encima de Wolfen, ambas del mismo año, y reafirmaron lo que a esta altura es más que una sospecha: que los creadores de la generación ’70 que verdaderamente podrían haber salvado a Hollywood eran aquellos que tenían su corazón puesto en la clase B. Texto de Mariano Kairuz.

 

Pink Flamingos (EUA, 1972) de John Waters, c/Divine, David Lochary, Mary Vivian Pearce, Mink Stole, Danny Mills, Edith Massey. 106’.
Divine y Mink Stole compiten para merecer el puesto de “La Más Repugnante Persona Viva”. El resultado de ese esfuerzo fue un hito del underground norteamericano que en su reciente reestreno mereció la calificación “Sólo para mayores de 17 años”, a causa de “un amplio espectro de perversiones mostradas con detalles explícitos” (sic). El espectro es realmente amplio e incluye sexo con sacrificio de gallinas, venta de niños, ejercicios anales y degustación de excrementos de perro. Sin embargo, se trata de una comedia. Nunca se estrenó comercialmente en Argentina.

 

El conquistador del Oeste (Go West, EUA-1925) de Buster Keaton, c/Buster Keaton, Howard Truesdale, Kathleen Myers. 80’.
Buster Keaton nunca vio a un surrealista en su vida, pero su característico humor fue muy apreciado por ellos, como lo prueba la documentada admiración que le profesaron, entre otros, Buñuel y Rafael Alberti. El conquistador del oeste, que Keaton concibió en parte como un vehículo para parodiar al personaje cinematográfico de Charles Chaplin, inspiró a Alberti el célebre poema "Buster Keaton busca por el bosque a su novia que es una verdadera vaca". Este film se exhibirá con acompañamiento musical en vivo compuesto e interpretado por la National Film Chamber Orchestra, coordinada por Fernando Kabusacki.

 

Dragonslayer (EUA-1981) de Matthew Robbins, c/Peter MacNicol, Caitlin Clarke, Ralph Richardson, John Hallam, Peter Eyre. 109’.
Esencialmente se trata de una clásica historia de hechiceros y dragones, con una dama en peligro y un aprendiz de brujo que deberá transformarse en héroe. Lo que la vuelve una rareza es que fue hecha con verdadera pasión por el género y sin resignarse a edulcorar su material para el público infantil. Por el contrario, el dragón protagónico es una de las criaturas más repugnantes y aterradoras que ha dado el cine, por lo que los niños que en su momento llegaron a verlo desprevenidos quedaron traumatizados hasta la fecha.

 

Jasón y los argonautas (Jason and the Argonauts, Gran Bretaña-1963) de Don Chaffey, c/Todd Armstrong, Gary Raymond, Nancy Kovack, Honor Blackman. 104’.
Jason emprende su viaje legendario, asistido por algunos dioses y combatido por otros, y en el camino encuentra numerosas criaturas animadas cuadro a cuadro por el maestro Ray Harryhausen. Hay varias escenas memorables en el film, como la del Coloso o la de las Arpías, pero sobre toda ellas prevalece el combate final entre Jason y sus hombres contra un escuadrón de esqueletos diabólicos, activados por medio de la hechicería. Además de contener uno de los mejores trabajos de Harryhausen, el film se destaca por la banda sonora compuesta por Bernard Herrmann. Se verá en copia nueva, adquirida recientemente por la Filmoteca Buenos Aires.

 

La guerra del fuego (La guerre du feu, Canadá / Francia / EUA-1981) de Jean-Jacques Annaud, c/Everett McGill, Ron Perlman, Nicholas Kadi, Rae Dawn Chong. 100’.

El cine nunca representó al hombre prehistórico con tanto rigor y solvencia como en este film, un tour-de-force del director Annaud y de su guionista Gérard Brach (frecuente colaborador de Polanski). Un soporte mayor de esa eficacia fue la decisión de narrar todo el asunto en términos visuales. El único texto del film está al comienzo y dice así: “Hace 80.000 años, la supervivencia del hombre en una tierra vasta y desconocida dependía de la posesión del fuego. Para aquellos primeros humanos, el fuego era objeto de gran misterio porque nadie había logrado su creación. El fuego debía robarse a la naturaleza, debía mantenerse encendido, protegido del viento y la lluvia, resguardado de las tribus rivales. Era un símbolo de poder y un medio de supervivencia. La tribu que poseía el fuego, poseía la vida”. La guerra del fuego no se ve en fílmico en Argentina desde la fecha de su estreno. Se exhibirá en copia nueva, adquirida recientemente por la Filmoteca Buenos Aires en el exterior.

 

Mundo extraño (Argentina / Brasil-1950) de Francisco (Franz) Eichhorn, c/Angélica Hauff, Alexandre Carlos, Amalia Sánchez Ariño, Lalo Maura, José Ruzzo, Kumatzaikuma. 94’

La acción transcurre en una taberna situada en medio del Amazonas. Una mujer baila frenéticamente sobre una mesa, aplaudida por un grupo de personajes de aspecto temible. “Si no te mata la fiebre, lo harán las pirañas”, dice alguien. Y para demostrarlo unos hombres traen un cerdo, lo bajan al río y observan a las pirañas en acción, mientras el pianista de la taberna -un ser de aspecto miserable, con monóculo y acento alemán- interpreta la canción Pececito del Amazonas. La escena no pertenece a un episodio de Tarzán sino a Mundo extraño, una coproducción entre Brasil y los estudios argentinos San Miguel, dirigida por el alemán Franz Eichhorn y protagonizada por un elenco que incluye alemanes, austríacos, españoles y (dudosos) aborígenes brasileños. El film mezcla material de archivo sobre tribus de utilería, ritos ficticios, diálogos en lenguas desconocidas, algo de erotismo etnográfico y otros elementos totalmente inusuales en nuestro cine. Sólo por su increíble clímax, donde los protagonistas avanzan sin trucos por un pantano lleno de enormes yacarés, Mundo Extraño merecería ser un film de culto, pero debido a la falta de copias, casi nadie lo ha visto en las últimas décadas. Texto de Fabio Manes.

 

King Kong escapa (Kingukongu no gyakushu, Japón-1967) de Ishiro Honda, c/Rodees Reason, Mie Hama, Linda Miller, Akira Takarada, Eisei Amamoto, Paul Frees. 96’.
King Kong enfrenta a su equivalente mecánico en esta película que, como casi toda obra de Ishiro Honda, sorprende por su imaginación disparatada. Este film, además, se volvió especialmente popular en Argentina porque sus astutos distribuidores decidieron estrenarlo poco antes de la muy publicitada remake de King Kong que produjo Dino De Laurentiis en 1977, como si se tratara de la misma. De hecho, resultó ser mucho más divertida.

 

El escorpión negro (The Black Scorpion, EUA-1957) de Edward Ludwig, c/Richard Denning, Carlos Rivas, Mara Corday, Mario Navarro. 88’. Doblada al castellano.
Una serie de movimientos sísmicos libera a una familia de escorpiones descomunales, uno de los cuales, enojadísimo, llega hasta la ciudad. Fue uno de los últimos y mejores trabajos del especialista en efectos especiales Willis O’Brien, creador del original King Kong, quien -según se dice- logró el extremo realismo del resultado animando cuadro a cuadro cadáveres de escorpiones verdaderos.

 

El valor de Lassie (Courage of Lassie, EUA-1946) de Fred MacLeod Wilcox, c/Elizabeth Taylor, Frank Morgan, Tom Drake, Selena Royle, Harry Davenport y el perro Pal. 92’. Doblada al castellano. 

Es bastante insólito este film. Su trama es como la de muchas famosas películas bélicas (El gran desfile, por ejemplo): en la primera parte, el protagonista lleva una vida plácida con su familia y amigos; en la segunda parte debe ir a la guerra y vuelve de ella mutilado o traumatizado. Lo original es que todo ello le ocurre a un perro, que pese al título no se llama Lassie sino Bill. La copia está doblada pero a Bill se lo escucha en su idioma original.

 

Los caballos de Valdez (Valdez, il mezzosangue, Italia / España-1973) de John Sturges, c/Charles Bronson, Jill Ireland, Marcel Bozzuffi, Vincent Van Patten, Fausto Tozzi, Ettore Manni, José Nieto. 98’.
También conocido como Chino, que es el nombre del protagonista, este eurowestern fue uno de los últimos films de John Sturges, responsable de títulos memorables como Conspiración de silencio, Duelo de titanes, Los siete magníficos y El gran escape. La principal diferencia es que este no es un film de la acción o suspenso sino más bien el retrato de un hombre y su entorno, que incluye la cría de caballos, un posible amor, el vínculo con los indios y el paisaje. Hay incluso alguna semejanza con Don Segundo Sombra en la ilación episódica de los acontecimientos, en la descripción del quehacer cotidiano de un tropero y sobre todo en el hecho de que el protagonista está retratado -y quizá, idealizado- desde el punto de vista de un muchacho que lo acompaña y aprende a su lado. Este film bello y genuinamente crepuscular es también muy difícil de ver en la actualidad. Se exhibe en copia nueva de 35mm., gestionada por la Filmoteca Buenos Aires.

 

Perros de la calle (Reservoir Dogs, EUA-1992), c/Harvey Keitel, Tim Roth, Michael Madsen, Chris Penn, Steve Buscemi, Lawrence Tierney. 99’.
Un grupo muy heterogéneo de delincuentes que no se conocen entre sí (Señor Naranja, Señor Rosa, Señor Blanco, etc.), reunidos especialmente para la ocasión, roban unos diamantes, con demasiados daños colaterales. Con un par de muertos tras el asalto, y la sospecha de que uno de ellos es un policía encubierto, se encierran a discutir en un galpón abandonado, mientras las balas y la sangre vuelan de un lado para otro. Perros de la calle marcó el debut de Tarantino como director, e inmediatamente se convirtió en símbolo de una nueva manera de entender el cine, donde el discurso elíptico y fragmentario marca el comienzo de una época. Al igual que Hitchcock, Tarantino pone su sello y su yo en el guión, en la dirección, en los pequeños indicios. Y como Hitchcock, hay ocasiones en las que no puede evitar ser uno más de los personajes, aparecer aunque sea unos segundos en pantalla. Texto de Nicolás Hochman.

 

La noche del cazador (The Night of the Hunter, EUA-1955) de Charles Laughton, c/Robert Mitchum, Shelley Winters, Lillian Gish, James Gleason, Billy Chapin, Sally Jane Bruce. 93’.
Esta obra maestra expresionista, ópera prima y única del actor Charles Laughton, utiliza animales (y la naturaleza en general) para subrayar su extraño carácter de cuento o fábula, pero no es por eso que merece estar en este ciclo sino por la caracterización de Mitchum, que literalmente se transforma en una fiera cuando persigue sin piedad a dos niños que son la clave para llegar hasta un dinero oculto por el padre de ambos.

 

ESTRENO

Centro, de Sebastián Martínez

Jueves a las 20:00

 

La ciudad, la multitud, el hombre. Una película territorial. Todo sucede en dos calles peatonales, en pleno centro de Buenos Aires: Florida y Lavalle. La ciudad es la protagonista. Un fresco, una mirada que parece abarcar todo lo que allí sucede. Ante la cámara se van presentando distintos aspectos que dan cuenta de un cierto estado de las cosas en esta Buenos Aires contemporánea. En estas calles se encuentran  comedores populares mezclados con restaurantes turísticos, cafés tradicionales, empresas financieras, iglesias evangelistas, bingos y complejos de juegos electrónicos, cines continuados, los bancos que en 2001 debieron blindar sus puertas ante los reclamos populares, fábricas de ropa de cuero, turistas, mendigos, oportunistas, carteristas, cartoneros, prostitutas,  etc.

Todo se funde y se confunde, lo marginal y lo elegante caminan por la misma vereda. El centro urbano como síntesis de toda metrópolis: la desigualdad social, la violencia contenida, la miseria, el absurdo, la ironía, el humor.

Una multitud deambula por estas calles durante el día. Rostros, siluetas, figuras que ocupan el espacio en forma ininterrumpida.  Por la noche sólo quedan sus habitantes permanentes. Lo que el trajín diurno logra disimular, disfrazándolo de movimiento, la noche lo revela sin maquillaje. Es la hora en que se vacían las oficinas, se encienden los primeros neones, y por ejemplo, en las cuadras de los cines, Lavalle empieza a proyectar su propia película. Paisaje poco reconfortante, la noche tiene el sonido de los juegos electrónicos, el rostro demacrado de hombres con aire de espectros, pilas de bolsas negras de  basura, dos policías que charlan en una esquina, indiferentes. Todo parece estar en orden.

Centro es una película sobre un espacio crítico. Un universo colmado de disonancias, de incompatibilidades, de absurdo. En la película las divergencias buscarán articularse, las disonancias convertirse en acordes ya que, en definitiva, se trataría siempre de imágenes que pertenecen a un mismo mundo, no a mundos diferentes. Sin embargo, esta reconstitución no siempre será posible. El centro es un espacio colmado de voces, de imágenes, de llamadas de auxilio. El mundo, un mundo quebrado. El orden se arma, para que podamos ver, para que creamos entender, y se desarma, volviéndonos a dejar perplejos. La armonía nos deslumbra y luego se quiebra ampliando su gama cromática. La tensión y los acordes no resueltos ganan terreno. Como documentalista quiero dar cuenta de dicha complejidad.

Sebastián Martínez

 

Ficha técnica

Dirección

Sebastián Martínez

Producción

996 Films

Productor Ejecutivo

Walter Tiepelmann

Mario Durrieu

Jefa de Producción

Mariana Cecchini

Fotografía y Cámara

Sebastián Martínez

Montaje

Alejandra Almirón

Sonido Directo

Gonzalo Espinoza

Postproducción de Sonido

Jésica Suarez

Argentina, España, Alemania, 2010 -  90 min 

 

ESTRENO

Plaga Zombie. Zona Mutante: Revolución Tóxica

A partir del 23 de marzo. Viernes a las 24:00

 

Tres días pasaron desde el avistamiento del primer ovni y sólo tres días les llevó a los invasores abducir a todos los habitantes del pueblo hasta dejarlo vacío. Un puñado de civiles logró organizarse, combatir las amenazas de los invasores, y realizar un plan para intentar salvar al planeta de la invasión zombie-alienígena.

Bill Johnson, John West y Max Giggs regresan en el tercer y último episodio de la ya clásica trilogía creada por FARSA Producciones, que a lo largo de casi 15 años se convirtió en objeto de culto en todo el planeta. Ahora el equipo que realizó los films originales se reúne para realizar Revolución Tóxica, y completar la primera trilogía de muertos vivientes de Latinoamérica. Un film épico, el colofón de una historia que cambió las perspectivas al cine de género en nuestro país.

 

Ficha técnica

Dirección

Hernán Sáez y Pablo Parés

Director invitado

Paulo Soria

Producción

Matías Nutkiewicz y Paulo Soria

Historia

Paulo Soria, Sebastián Berta Muñiz, Walter Cornás, Hernán Sáez y Pablo Parés

Guión

Paulo Soria, Pablo Parés y Hernán Sáez

Arte y vestuario

Walter Cornás

Fotografía

Diego Echave

Fotografía adicional

Mariano Suárez

FX

Rabbid FX

Música

Pablo Vostrouski

Sonido

Mariano Suárez

Asistente de dirección

Julia Lenzberg

Productor asociado

Filipe Melo, O Pato Profissional LTDA (Portugal)

Elenco

Hernán Sáez, Sebastián Berta Muñiz, Pablo Parés, Walter Cornás, Paulo Soria, Diego Parés, Esteban Podetti, Pablo Fayó.

 

Argentina, 2011-  90 min

CONTINÚA

Moacir, de Tomás Lipgot

Sábados a las 18:00 y domingos a las 20:00

 

Moacir Dos Santos es un talentoso cantante, compositor y bailarín de carnaval, pero nunca tuvo la posibilidad de demostrarlo. Es, según sus palabras, “brasileiro y argentino", ya que llegó al país hace treinta años. Ahora, con 68 (diez de ellos internado en el hospital neuropsiquiátrico Borda), Moacir tiene un sueño entre ceja y ceja: poder grabar un disco con las canciones propias que registró cuando vino a la Argentina y que se encontraban perdidas.

El documentalista Tomás Lipgot vuelve a retratar a Moacir, ya no en su etapa de internación como lo hizo en su documental Fortalezas; sino que intenta darle sentido al “poder curativo de la música” y aventurar un futuro para su personaje. En el camino, decide cruzarlo con el músico Sergio Pángaro, quien aparece como productor del sueño de Moacir. Entre ambos, se arma un contrapunto, un dueto de maestros tan profesional como hilarante. Moacir, la película, es el relato del periplo apasionado de un hombre que se bate entre los fantasmas de la marginación y la locura para hacer escuchar su voz.

 

Ficha técnica

Producción y dirección

Tomás Lipgot.

Dirección de producción

Nadia Martínez

Guión

Javier Zevallos sobre una idea de Tomás Lipgot

Sonido

Natalia Toussaint

Fotografía

Víctor Narváez y Tomás Lipgot

Montaje

Javier Zevallos y Bruno López

Sonido directo

Rufino Basavibaso y Fernando Ribero.

Videoclip

Gabriel Grieco

Música original

Moacir dos Santos, arreglada por Sergio Pángaro e Interpretada por el grupo “La lija”.

Producida por Duermevela con apoyo del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), la Fundación Universidad del Cine (FUC) y  la Embajada de Brasil.

Argentina, 2011 - 75 min

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Metrópolis, de Fritz Lang + Música en vivo

Entrada especial: $30. Estudiantes y jubilados: $15

Jueves a las 22:00

 

En la larga lista de restauraciones importantes encaradas en los últimos treinta años, la de Metrópolis es un caso extraordinario. Pero eso no es sorprendente, porque se trata de una obra excepcional desde su misma concepción y es lógico que siga siéndolo en sus sucesivas reencarnaciones. Fue el film más caro de la historia del cine alemán y con el tiempo resultó también ser uno de los más influyentes, pero pocos pudieron verlo tal y como lo concibió su director Fritz Lang: pocos meses después de su estreno, la misma empresa que lo produjo decidió cortarlo y, con el tiempo, el material faltante se dio por perdido. Sólo sobrevivieron diferentes versiones, sustancialmente alteradas.

Pero resultó ser que un distribuidor argentino (Adolfo Z. Wilson) lo adquirió e importó antes de que se hicieran los cortes, y luego un coleccionista (Manuel Peña Rodríguez) conservó una copia local completa hasta su muerte, en 1971. Ese material fue primero reducido de 35 a 16mm. y luego conservado en el Fondo Nacional de las Artes y en el Museo del Cine “Pablo Ducrós Hicken” sucesivamente, hasta su descubrimiento en 2008. Mientras tanto, en Europa, Metrópolis había pasado a ser el film más “restaurado” de la historia. Una nómina probablemente incompleta debería mencionar los siguientes intentos:

 

1961

El Archivo Cinematográfico Nacional de Praga (entonces Checoslovaquia) realiza un primer intento por mejorar las copias conocidas, en colaboración con otros archivos soviéticos que poseían material alemán confiscado al terminar la guerra mundial.

 

1972

El Archivo Cinematográfico Nacional de Alemania Oriental, trabajando a partir de la versión checo-soviética, presenta un nuevo intento de reconstrucción con una asesoría indirecta del propio Fritz Lang, que por entonces vivía en Los Angeles.

 

1981

El historiador Enno Patalas comienza a trabajar en una restauración del film desde el Museo del Cine de Munich, a partir de los elementos reunidos en los intentos previos.

 

1984

El compositor Giorgio Moroder produce una versión del film con música propia, subtítulos en lugar de intertítulos y agregados de color, que sin embargo se elabora a partir del trabajo de restauración que paralelamente realiza Enno Patalas. A favor de Moroder debe decirse que Metrópolis fue entonces conocida por un público mucho más numeroso que el de museos, cineclubes y cinematecas.

 

1987

Patalas presenta su reconstrucción del film, que incorpora por primera vez los intertítulos originales (encontrados en Suecia), la estructura narrativa correcta y ciertas imágenes fijas de las escenas perdidas.

 

2001

La fundación F. W. Murnau produce una nueva restauración que supervisa el especialista Martin Koerber basándose en el trabajo previo de Patalas y acentuando la calidad de la imagen mediante la compilación de los mejores elementos aún existentes y de herramientas digitales.

 

2004

Patalas produce una “versión de estudio”, que determina con gran exactitud las tomas aún faltantes y su extensión, a partir de la detallada información aportada por la partitura completa de la música original, compuesta por Gottfried Huppertz para el estreno del film.

 

Tal euforia restauradora se explica porque Metrópolis es uno de los poquísimos films mudos que ingresaron a la iconografía universal y que aún son rentables, por lo que el dinero necesario ha resultado siempre una inversión segura. Eso quedó demostrado por la versión musical de Giorgio Moroder, que en su momento llegó a los cines con un éxito considerable, y luego por la restauración de 2001 dirigida por Koerber, que fue pionera en la aplicación de herramientas digitales sobre un film mudo. En su momento, Koerber transcribió a digital el material con la más alta calidad posible, hizo realizar una “limpieza” cuadro por cuadro que permitió eliminar toda impureza de la imagen y, finalmente, volcó el resultado a 35mm. Cuando se compara esa versión de Koerber con la restauración anterior realizada por Enno Patalas, que ya había recuperado buena parte de la compleja estructura narrativa del film, se advierte que la principal diferencia es precisamente esa “limpieza”, que en términos de textura resulta tan electrónica como la música de la versión de Moroder. Eso no es necesariamente malo, sino “otra cosa”, un probable indicio de lo que vendrá, lo que resulta muy adecuado a una alegoría futurista.

El hallazgo de la versión argentina en 2008, que resulta ser lo más próximo que existe a la intención original de Lang, generó rápidamente la demanda de una nueva restauración, pero al mismo tiempo planteó un problema nuevo: la imposibilidad práctica de unir de manera homogénea las primorosas imágenes de 2001 con lo que Koerber denominó “el material en peor estado que he visto en mi vida”. El nuevo metraje porteño no podía repararse digitalmente porque los daños que provocan sus defectos visibles no se hicieron sobre el material encontrado sino sobre un original en 35mm. del cual aquél se copió (hacia 1971) y que hoy ya no existe. Esos defectos son ahora parte de la imagen y ya no es posible eliminarlos, sino sólo aliviarlos hasta cierto punto. Además, el material porteño es en 16mm., por lo que hay una diferencia de proporción con respecto al fotograma de 35mm. La suma de estas dificultades hubiese hecho abandonar todo intento de reconstrucción si se hubiese tratado de cualquier otro film, pero como se trata de Metrópolis, la fundación Murnau decidió avanzar, y Koerber se lo tomó con filosofía: “Los daños del material nuevo son rastros de todo lo que al film le pasó a lo largo del tiempo. Desde ese punto de vista, es adecuado que el público lo vea”. Como escribió luego el crítico Roger Ebert, “los defectos son insignificantes comparados con el material redescubierto que representan”. La nueva restauración se estrenó en la edición 2010 del Festival de Berlín, y poco después inició una circulación internacional en salas comerciales.

Ahora, finalmente, Metrópolis ha vuelto a ser un film de Fritz Lang: posee la complejidad narrativa que caracteriza sus otras obras mudas, su sentido arquitectónico del montaje, su ritmo. Y vuelve a verse completa en Buenos Aires, ciudad que hizo posible esa resurrección.

 

Metrópolis se proyectará con música en vivo compuesta e interpretada por la National Film Chamber Orchestra, que coordina y dirige Fernando Kabusacki.

 

Ficha técnica

Metrópolis (Alemania, 1926)

Dirección: Fritz Lang. Argumento: Thea von Harbou.

Fotografía: Karl Freund, Günther Rittau, Walter Ruttmann.

Dirección artística: Otto Hunte, Erich Kettelhut, Carl Vollbrecht.

Productor: Erich Pommer para UFA. Duración: 145’. 35mm.

Restauración producida por F. W. Murnau Stiftung en sociedad con el Museo del cine “Pablo Ducrós Hicken” de Buenos Aires.

 

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Aballay, el hombre sin miedo, de Fernando Spiner

Viernes a las 22:00

 

Aballay era un gaucho mal llevado, resentido, ladrón, asesino. Pero a veces la imagen que devuelve un espejo hace que una persona se replantee toda su vida. En el caso de Aballay, ese espejo fue la mirada de un niño. Luego de matar salvajemente a un hombre, la mirada aterrorizada del hijo de su víctima le dio conciencia de su salvajismo, de su falta de humanidad. Y ese golpe lo llenó de confusión, de horror por sí mismo.

En ese estado, Aballay oyó hablar de los estilitas. Gente que, para alejarse de la tierra en que ha pecado, y acercarse a Dios, decidía hacer una particular penitencia: subirse a una columna, y no volver a bajarse de ahí por el resto de su vida. En el campo argentino del 1900 no había columnas. Entonces Aballay decidió no volver a bajar de su caballo. Pasan los años. Aballay cumple su promesa. No toca el suelo. No vuelve a asesinar, ni a robar. Hace rigurosa su penitencia. La gente empieza a hablar de “El Pobre”, de “El hombre-caballo”, y su imagen empieza a tomar ribetes legendarios. Se convierte, ante la mirada de la gente, en una especie de santo.

Pero la mirada de ese niño no lo abandona, y él sabe que en cualquier momento lo va a buscar. Y lo va a encontrar.

 

Ficha técnica

Director
Fernando Spiner
Productor ejecutivo
Pablo Salomón
Guión
Fernando Spiner - Javier Diment - Santiago Hadida 
Basado en el cuento homónimo de Antonio Di Benedetto
Director de fotografía
Claudio Beiza 
Director asistente y segunda unidad 
Javier Diment

Directora de arte 
Sandra Iurcovich 
Edición
Alejandro Parysow
Música 
Gustavo Pomeranec 
Sonido
Sebastián González
Directora de producción
Laura Bruno 

Coproductores 
Eduardo Carneros y Javier Ibarretxe
Productor asociado 
Alejandro Piñeyro
Asistente de dirección
Gabriel Posniak 
Vestuario
Gabriela González 
Jefe de producción
Nicolás Martínez Zemborain
Casting
María Laura Berch
Cámara 
Miguel Caram
Boya Films S.A.

En coproducción con ARMONIKA Entertainment (Bilbao)

Universidad Nacional de Lomas de Zamora. En asociación con El Otro Yo

Películas V.

Con el apoyo del Gobierno de la Provincia de Tucumán

Elenco

Pablo Cedrón
Nazareno Casero
Claudio Rissi
Moro Anghileri
Luis Ziembrowski
Lautaro Delgado
Anibal Guiser
Fernando Spiner
Tobías Mitre

Con la participación especial de

Horacio Fontova y Gabriel Goity

 

Argentina,  2010 – 100 min

 

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El estudiante, de Santiago Mitre

Viernes y sábados a las 20:00

 

A primera vista, esta es una historia de iniciación: Roque, un joven del

interior, viene a Buenos Aires a estudiar en la universidad y cuando parece

que sólo le interesa conocer chicas empieza a vincularse con la política y a

ascender como dirigente estudiantil. A través de Roque, la película empieza a

desplegar un relato vibrante que se concentra en el punto de vista único de su

protagonista y luego va abriéndose en distintas direcciones: las relaciones

utilitarias, la oscilación pendular entre la ética y la traición, la política como

cuestión generacional, el afán del ascenso veloz de la juventud, la mirada

sobre un futuro que reproduzca un pasado rancio y corrupto o que imagine un

futuro diferente. Santiago Mitre no sólo ha hecho una película que mira el

mundo universitario –espacio poco frecuentado por el cine argentino, a

excepción, quizás, de Dar la cara–, sino que ha puesto a la universidad como

un espejo que refracta tensiones sociales, que es capaz de dibujar una trama

de una lucidez y una infatigable pulsión por narrar la Argentina. Si alguna vez

el llamado “nuevo cine argentino” fue definido como apolítico, El estudiante es

la más brutal y brillante refutación de esa falacia: no sólo es nueva, sino

indispensable.

 

Ficha técnica

Guión y dirección

Santiago Mitre

Productores

Agustina Llambi Campbell, Santiago Mitre y Fernando Brom

Producción ejecutiva

Agustina Llambi Campbell

Fernando Brom

Fotografía

Gustavo Biazzi

Soledad Rodriguez

Federico Cantini

Alejo Maglio

Arte

Micaela Saiegh

Diseño de producción

Laura Citarella

Música

Los Natas

Diseño de Vestuario

Marisa Urruti

Vestuario

Carolina Sosa Loyola

Sonido

Santiago Fumagalli

Edición

Delfina Castagnino

Asistencia de dirección

Laura Citarella

Juan Schnitman

Jefe de Producción

Ezequiel Pierri

 

Argentina, 2011 – 110

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Tierra adentro, de Ulises de la Orden.

Domingos a las 18:00

 

Estructurada de forma coral, Tierra Adentro cuenta la historia de la lucha por

extender la frontera sur de los estados argentino y chileno, y sus

repercusiones y continuidades hasta el presente, a través de la mirada de

cuatro protagonistas. Un adolescente mapuche de Bariloche, el descendiente

de uno de los generales de Roca, un historiador demostrando su hipótesis y

un periodista recorriendo a lo largo el territorio ancestral mapuche, el

Wallmapu.

 

Ficha técnica

Productor

KatoLajos

Director

Ulises de la Orden

Guión

Juan Pablo Young y Ulises de la Orden

Director de Fotografía

Alejandro Reynoso

Sonido Directo

Rufino Basavilbaso

Montaje y estructura

German Cantore

Montaje en locación

Ernesto Felder

Jefa de producción

Mariana Abalo

Asistente de dirección

AylenSpera

Asistente de cámara

AnalíaRané

Archivo

Cecilia Félix

Protagonistas

Anahí Mariluán

Marcos O´Farrell

Alfredo Seguel

Mariano Nagy

Pablo Humaña Yankakeo

 

Argentina, 2011

 

MALBA Cine | marzo 2012

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