07.09.2020

Sobre León Ferrari y el conceptualismo

Por Andrea Giunta

Me interesa volver visible una lógica explicativa que, elaborada en la modernidad y en el contexto de las vanguardias históricas, se expande al arte de posguerra. Es entonces cuando los dispositivos de las vanguardias históricas fueron retomados, profundizados en sus consecuencias, expandidos en sus potencialidades tanto en Europa como en otras ciudades del mundo. Este retorno estuvo, durante los años cuarenta y cincuenta, vinculado a la idea de continuidad, mientras desde los años sesenta predominaron las ideas de repetición y de cita. Se trata de dos momentos que se detectan, de forma simultánea, en las tradicionales metrópolis del arte europeo así como en el escenario global de ciudades en las que, durante los años de la posguerra, y particularmente en los años sesenta, se inscribieron los proyectos de modernización. En un sentido contrario a lo que el modelo de difusión de rasgos estilísticos sostiene (que la innovación primero se produce en Europa y luego, como copia, réplica o descentramiento, en otras escenas artísticas), después de la Segunda Guerra Mundial el arte se articuló en distintas metrópolis del mundo a partir de esquemas semejantes a los que funcionaron en los centros. La revisión de los lenguajes de la modernidad artística y la expansión del experimentalismo sucedieron simultáneamente. Pero “procesos simultáneos" no significa “idénticos”. El impulso experimental se produjo de maneras extraordinariamente diferenciadas.

León Ferrari. Cuadro escrito, 1964
León Ferrari. Cuadro escrito, 1964.

[...] Propongo suspender la idea de excepcionalidad de las producciones de los centros hegemónicos para destacar las simultaneidades entre diversos escenarios artísticos. Se busca considerar formaciones en las que pueden observarse procedimientos compartidos –por ejemplo, las estrategias conceptuales, pero que provienen de tradiciones distintas que se activan en la compactación de los sentidos (pasados, presentes, proyectados) que se produce en cada obra. Desde tal aproximación podemos, por ejemplo, revisar la propuesta del conceptualismo de Joseph Kosuth como situada, más que como seminal y centrípeta. En los años sesenta, poéticas que no se autodenominaban conceptuales recurrían a procedimientos equivalentes. Cuando en 1965 Kosuth presenta una silla, su fotografía y su definición en el diccionario (Una y tres sillas, 1965), articula un protocolo comparable al que utiliza León Ferrari cuando describe el cuadro que pintaría si supiese pintar (Cuadro escrito, 1964). La sustitución de la obra pintada o esculpida por un texto descriptivo es un procedimiento comparable que se verifica en la propuesta de ambos artistas, pero que, analizados en sus especificidades, resultan distintos. En Ferrari funciona una matriz literaria y una crítica teológica, en tanto en Kosuth prima la filosofía analítica. Propongo así dejar de lado la adjetivación que se ha aplicado al conceptualismo latinoamericano (conceptualismo político, conceptualismo periférico, conceptualismo descentrado), ya que constituye un procedimiento que recurre a universales normativos para dar comprensión y legitimidad a obras que se generaron ignorando, en muchos ejemplos, lo que se realizaba en los centros del arte. El caso de Ferrari lo expone con claridad. ¿Por qué analizar su Cuadro escrito como protoconceptualismo (sin duda, Kosuth no conocía la obra de Ferrari) en lugar de entenderlo como un recurso poético para producir desde el texto, y no desde la imagen –o, en todo caso, desde una imagen mental–, una crítica a la Biblia como texto central en la idea de Occidente? ¿Tenemos que conceptualizar la historia del arte latinoamericano como anticipos o consecuencias de la historia de los centros?

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Fragmentos extraídos de la Introducción al libro Contra el canon. El arte contemporáneo en un mundo sin centro. Buenos Aires: Siglo XXI Editores, 2020. 


Andrea Giunta, co-curadora de la muestra Verboamérica junto a Agustín Pérez Rubio, presentó el martes 14 de febrero en el Museo de Arte Moderno de Nueva York una conferencia con el título "Descolonizar el cánon: el arte latinoamericano y otros modos de entender sus exhibiciones". Siguiendo la línea que ambos desarrollaron en la relectura de la Colección Permanente de MALBA, Giunta ofreció una perspectiva independiente de las denominaciones que propuso la historia del arte europeo, centrada en las acciones locales y en los nombres que los propios artistas latinoamericanos formularon cuando crearon sus programas estéticos.

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01.06.2015

MALBA anuncia el nombramiento
del Comité Científico Artístico del museo

Principal órgano asesor y consultivo de la Dirección Artística, está integrado por Andrea Giunta, Julieta González, Inés Katzenstein, Adriano Pedrosa y Octavio Zaya, junto a Victoria Giraudo y Agustín Pérez Rubio de MALBA
Federico Braun, Andrea Giunta, Octavio Zaya, Julieta González, Eduardo F. Costantini, Inés Katzenstein, Victoria Giraudo, Adriano Pedrosa y Agustín Pérez Rubio.

El Comité Científico Artístico (CCA) está integrado por siete por destacados profesionales, curadores y directores de museos, que tendrá la función de asesorar a la Dirección en la programación, la colección y las nuevas adquisiciones, a la vez que fortalecerá los lazos con otras instituciones museísticas latinoamericanas e internacionales.

Los integrantes de este Comité son: Andrea Giunta, Directora del Centro de Arte Experimental de la UNSAM; Julieta González, Curadora en Jefe del Museo Jumex y Curadora del MASP (Museu de Arte de São Paulo); Inés Katzenstein, Directora del Departamento de Arte de la UTDT (Universidad Torcuato Di Tella); Adriano Pedrosa, Director Artístico del MASP; Octavio Zaya, curador independiente, co-curador de la Documenta XI e investigador especialista en arte latinoamericano y africano; junto a Victoria Giraudo, Coordinadora Ejecutiva de Curaduría de MALBA y Agustín Pérez Rubio, Director Artístico de MALBA.

Este anuncio se enmarca dentro de una nueva etapa de fortalecimiento institucional, que comenzó en mayo de 2014 con el nombramiento de Agustín Pérez Rubio como Director Artístico del museo, y continuó este año con la incorporación de Federico Braun como Director Ejecutivo.

“El objetivo de este Comité no es solamente dar un asesoramiento personal a la dirección artística, si no también invitar de una manera plural a trazar puentes con otros profesionales, que actúen como embajadores de este nuevo MALBA”, explica Pérez Rubio. “Incluso a través del disenso y la puesta en cuestión de los mecanismos institucionales, esperamos que este Comité sea el punto de partida de un museo dinámico e interdisciplinario, que se proyecte al futuro con una visión plural”, agrega.

La primera reunión se realizó el domingo 31 de mayo, a puertas cerradas, tras un encuentro con Eduardo F. Costantini, presidente y fundador de MALBA, y Federico Braun, Director Ejecutivo del museo. Durante la sesión se dieron las pautas, dinámicas y metodologías de trabajo; cronograma y proyectos previstos para los próximos años. Además de evaluar y hacer una mirada general del acervo y de las futuras adquisiciones, estado de los comodatos y análisis de las propuestas de donación. 

Descargar comunicado completo (PDF)


01.06.2015

MALBA anuncia el nombramiento del Comité Científico Artístico del museo

Principal órgano asesor y consultivo de la Dirección Artística, está integrado por Andrea Giunta, Julieta González, Inés Katzenstein, Adriano Pedrosa y Octavio Zaya, junto a Victoria Giraudo y Agustín Pérez Rubio de MALBA
Andrea Giunta, Octavio Zaya, Julieta González, Agustín Pérez Rubio, Inés Katzenstein, Victoria Giraudo y Adriano Pedrosa.

El Comité Científico Artístico (CCA) está integrado por siete por destacados profesionales, curadores y directores de museos, que tendrá la función de asesorar a la Dirección en la programación, la colección y las nuevas adquisiciones, a la vez que fortalecerá los lazos con otras instituciones museísticas latinoamericanas e internacionales.

Los integrantes de este Comité son: Andrea Giunta, Directora del Centro de Arte Experimental de la UNSAM; Julieta González, Curadora en Jefe del Museo Jumex y Curadora del MASP (Museu de Arte de São Paulo); Inés Katzenstein, Directora del Departamento de Arte de la UTDT (Universidad Torcuato Di Tella); Adriano Pedrosa, Director Artístico del MASP; Octavio Zaya, curador independiente, co-curador de la Documenta XI e investigador especialista en arte latinoamericano y africano; junto a Victoria Giraudo, Coordinadora Ejecutiva de Curaduría de MALBA y Agustín Pérez Rubio, Director Artístico de MALBA.

Este anuncio se enmarca dentro de una nueva etapa de fortalecimiento institucional, que comenzó en mayo de 2014 con el nombramiento de Agustín Pérez Rubio como Director Artístico del museo, y continuó este año con la incorporación de Federico Braun como Director Ejecutivo.

“El objetivo de este Comité no es solamente dar un asesoramiento personal a la dirección artística, si no también invitar de una manera plural a trazar puentes con otros profesionales, que actúen como embajadores de este nuevo MALBA”, explica Pérez Rubio. “Incluso a través del disenso y la puesta en cuestión de los mecanismos institucionales, esperamos que este Comité sea el punto de partida de un museo dinámico e interdisciplinario, que se proyecte al futuro con una visión plural”, agrega.

La primera reunión se realizó el domingo 31 de mayo, a puertas cerradas, tras un encuentro con Eduardo F. Costantini, presidente y fundador de MALBA, y Federico Braun, Director Ejecutivo del museo. Durante la sesión se dieron las pautas, dinámicas y metodologías de trabajo; cronograma y proyectos previstos para los próximos años. Además de evaluar y hacer una mirada general del acervo y de las futuras adquisiciones, estado de los comodatos y análisis de las propuestas de donación. 


Fragmento del ensayo de Andrea Giunta incluido en el catálogo de la exposición Antonio Berni: Juanito y Ramona, MALBA (2014), con el título "Ramona vive su vida". 
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Una capa leve de azul translúcido se desliza sobre la imagen de una joven rubia y publicitariamente bella. Los rastros del pigmento atraviesan el rostro y vinculan el póster con las tensiones de la urbe. El tono azulado le agrega un efecto nocturno o cinematográfico. La armonía de la rubia de La gran tentación o La gran ilusión proviene de sus rasgos y la sedosidad de la piel, que aumentan el poder persuasivo de esa muchacha perfecta que aprieta entre sus uñas pintadas de rojo un puñado de monedas francesas. En la otra sostiene un auto, como si nos ofreciese un regalo. “Si usted es rubia y bella, puede poseer todo esto”, parece decirnos la imagen. Quizás se trate de la publicidad de un auto (¿un Buick? ¿un Pontiac?) que cita el póster del film de 1958 Attack of the 50 Feet Woman [El ataque de la mujer de 15 metros]. En cualquier caso, se trata de una mujer poderosa. Ya sea por su belleza estereotípica o por su tamaño. Arriba del auto se estrella el impacto de una masa de pintura roja. Un atentado, un signo de violencia, una confrontación de mundos y de sentidos. Debajo, o del otro lado, separado por una valla de chapas y pintura, un conjunto de personajes se une en un desfile grotesco. Se desplazan entre fragmentos de basura. Con los rostros deformados, exuberantes, vociferantes, caminan exhibiendo sus gestos y sus cuerpos desde una representación opuesta al canon que encarna la modelo. Los personajes masculinos, un linyera,2 hombres trajeados, una figura que parece un militar, todos cuerpos y rostros exasperados, rodean a una mujer semidesnuda, con plumas, medias, ligas y cartera. El estereotipo de la prostituta. Ella mira a la mujer del retrato publicitario. No tiene la piel suave, ni un maquillaje cuidado; su rostro es el del exceso, la violencia, los ángulos, los contrastes de color y de texturas. Los brillos exaltados. Ramona se descompone en fragmentos. Monedas, strasses y una boca cuasi ortopédica libran una batalla para configurar sus formas. Su cuerpo está habitado por las caras y los recortes de revistas con parejas de matrimonios normales: la hipocresía de la sociedad que crea y expulsa a Ramona. La multitud ensancha ese cuerpo que se desborda en los senos flácidos. Un cuerpo vivido por la experiencia de reinventarse cada día en la calle, diseñando su rostro como una máscara que la convierte en mercancía. Una fuente de trabajo. La materia pictórica que se mezcla con el desecho parece ser el lugar desde el cual se arrojó el pigmento rojo.

Ramona podría ser de cualquier gran urbe. A diferencia de Juanito Laguna, la serie de Ramona no se ubica, necesariamente, en los cinturones de miseria de una ciudad latinoamericana. Representa los márgenes femeninos de la cultura urbana. La prostituta, la extranjera, el otro y un signo de clase. Un lugar de visualización de la modernidad fallida y un anticipo de las tensiones sobre las que se organiza el modelo del desarrollo durante los años sesenta. Berni la concibe entre Buenos Aires y los restos materiales del Folies-Bergère parisino.