17.03.2020

Una entrevista con Olga Orozco

En el día del 100 aniversario de su nacimiento

¿Cómo le gustaría ser presentada?
Como Olga Orozco, nada más. Cuando hablan de “lírica” o de “maestra”, miro para otro lado, para ver a quién se dirigen.

¿Y si la llaman poetisa?
No, por favor, poetisa no. Yo fui la que introduje en la Argentina la denominación poeta para las mujeres. Ya cuando tenía dieciséis años me indignaba que dijeran poetisa; parece un género literario, indica la época en que las mujeres escribían por entretenimiento o por descarga psicológica, y se lo asocia a desmayos y puntillas. Poetisa no es una catalogación decente. ... Seguir leyendo


Más acá de la pupila

Si pedías palabras claras
que destellan órbitas de ensueños
si pedís palabras oscuras
que reciten
auroras con rima
no digas
a quien no ves
soledades con angustia
no digas no
silencios con música
sólo mirar hacia adentro
más acá de la pupila
sólo estrechar con la palma abierta
la redondez del nido
con permiso de imaginar
la magia de un nombre
no te apures sin embargo
cualquier brizna de latido impaciente
alcanza.

–––––

La artista Diyi Laañ publicaba con frecuencia poemas cortos y reproducciones de sus obras en la revista Arte Madí Universal (1947-1955), dirigida por Gyula Kosice. Su nombre figura también entre las listas de los participantes de diferentes exposiciones que se llevaron a cabo bajo el nombre Madí. Aparentemente abandonó la producción artística después de los primeros años de ese movimiento artístico, y en 1997 publicó un tomo de sus poesías fechadas entre 1946 y 1996, de donde está extraído "Más acá de la pupila". 

Sus poemas –además– serán tomados como referencia en el recorrido guiado Visiones de género, que tendrá lugar el miércoles 17 de abril a las 16:00. Este recorrido propone analizar una selección de obras de arte latinoamericano pertenecientes a la Colección Malba y sus cruces con los estudios de género contemporáneos.


14.08.2018

Cadáveres

De Nestor Perlongher 

Néstor Perlongher escribió este poema en 1981, cuando emprendía su viaje definitivo a San Pablo. Más tarde se refirió a él como un "típico poema de escuela, de esos que se recitan en los actos", que abre con una "rima tonta" (Bajo las matas / En los pajonales / Sobre los puentes / En los canales / Hay cadáveres) y "a partir de allí empieza como un torrente".

La escritora María Moreno sostuvo que sintió que la dictadura militar había terminado cuando escuchó a Perlongher recitar el poema en el hall del Teatro General San Martín. 

El poema funciona como lema e introducción a las Jornadas Desde los sótanos. Literaturas y arte en los ochenta, que tendrán lugar el miércoles 15 y el jueves 16 de agosto. 


21.05.2018

Tres preguntas
a Fiona Sze-Lorrain

En el marco de la Residencia de Escritores Malba 2018

¿Nos cuenta un poco sobre usted? Es escritora, pero también música, traductora y editora. Nació en Singapur, pero es francesa; vive en París y ahora viene a Buenos Aires. ¿Cómo coexisten todos esos diversos orígenes en su vida y obra?

Estando en el norte de Nuevo México en primavera, di con un comentario de Georgia O'Keeffe, cuyos paisajes pintados de Ghost Ranch y Abiquiu han creado una industria y dan lugar a la imaginación:

"Dónde nací, y dónde y cómo he vivido, no tiene importancia. Es lo que hice con los sitios donde estuve lo que debería ser de interés".

Renuncié a descubrir cómo los "diversos orígenes" se combinan –o no– en mi vida. ... Seguir leyendo


El cuarto de las cantantes es una instalación basada en el poema “Adiós”, de Idea Vilariño. El texto va apareciendo y desapareciendo letra por letra, proyectado sobre cuatro vidrios alineados con el proyector. Cada letra aparece junto con su sonido, que se escucha hasta que la letra desaparece, superponiéndose con los sonidos correspondientes a las otras letras. Cada vidrio corresponde a una cantante diferente que grabó fragmentos con todas las letras presentes en el poema. Cada uno está provisto de un artefacto electrónico que lo transforma en parlante, de tal manera que el sonido surge literalmente del vidrio que recibe la proyección.

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La poeta y crítica literario Cristina Piña responde dos preguntas sobre algunos de los temas que va a abordar en el curso Alejandra Pizarnik: el yo transformado en lenguaje, que comienza el viernes 14 de noviembre.

¿En qué contexto poético produce su obra Alejandra Pizarnik?

Durante los años cincuenta, está asociada a la revista principal de la vanguardia: Poesía Buenos Aires dirigida por el poeta Raúl Gustavo Aguirre, uno de los mayores promotores de la neo-vanguardia en la Argentina -la vanguardia histórica entró en los años 20 con Borges y el grupo Florida- y donde se hizo amiga de Elizabeth Azcona Cranwell, Rodolfo Alonso, Rubén Vela y varios otros autores de esta línea, a quienes se unió el gran Edgard Bayley. También publicó en Poesía = Poesía de Roberto Juárroz.Y se puso en contacto con el grupo surrealista a través de Olga Orozco y Juan Jacobo Bajarlía, quienes la llevaron a lo de Oliverio Girondo y Norah Lange, donde también conoció a Molina.

Cuando se fue a París sus contactos fueron con Julio Cortázar, Aurora Bernardez, Octavio Paz, Miguel Ocampo y Elvira Orphée, Ítalo Calvino y su mujer, Chichita Singer Calvino y el gran post-surrealista André Pieyre de Mandiargues.

Por fin, al volver, en plena década del 60, con su fuerte -pero no única- línea de poesía comprometida y politizada, siguió fiel a su estética con bases surrealistas pero con cambios fundamentales respecto de dicha línea, en tanto era una obsesiva de la corrección.

¿En qué sentido puede hablarse de una "radical desconfianza respecto del lenguaje" en su escritura?

La hay, por cierto, pero conjuntamente con una confianza absoluta en que -dentro de la línea de los surrealistas y sobre todo de los poetas malditos- lo único que puede salvarnos de la banalidad de la realidad es la poesía. De ahí afirmaciones en su poesía como: "Ojalá pudiera vivir solamente en éxtasis, haciendo el cuerpo del poema con mi cuerpo..."

Pero a esa certeza y confianza ontológica en el lenguaje, se va sumando una radical desconfianza que alcanza su punto extremo en un famoso poema publicado en La Gaceta de Tucumán y luego póstumamente en Textos de Sombra y últimos poemas (1982) "En esta noche, en este mundo" donde dice algo para mí decisivo: 

No, las palabras
no hacen el amor
hacen la ausencia

¿si digo agua, beberé?
¿si digo pan, comeré?

Tras esto, y para quien le confirió al lenguaje la categoría de su "patria" y a la poesía un valor ontologizador y trascendente, no cabe sino la muerte.