09.04.2019

Dos fotografías de Coppola en el Evaristo Carriego de Jorge Luis Borges

Parte de la exposición Mundo propio

Dos fotografías de Horacio Coppola fueron incluidas en el libro de 1930 que Jorge Luis Borges escribió sobre el poeta entrerriano Evaristo Carriego, y que lleva por título simplemente su nombre. Las imágenes muestran dos casas del barrio de Palermo, retratadas en su criolla austeridad. Son fotografías que no tienen la voluntad funcionalista de ilustrar el texto sino que con peso propio muestran el universo barrial por el que se interesaba Borges en aquellos años. Ambas fueron tomadas en 1929, y sus títulos, mesurados y descriptivos, son Paraguay al 2600. Palermo y Jean Jaurès esquina Paraguay.

Horacio Coppola. Jean Jaurès esquina Paraguay, 1929.

Carriego fue un poeta argentino nacido en Paraná, que escribió sobre la vida semiurbana de los barrios de Buenos Aires a comienzos del siglo pasado, especialmente sobre Palermo, donde pasó gran parte de su vida. Según indica la crítica Beatriz Sarlo, Carriego “definió en pleno auge del modernismo […] una temática urbana que dio dignidad literaria al barrio donde vivía, y a los dramas de la ‘pequeña gente’”. Para los autores de la generación posterior, sobre todo aquellos asociados a la revista Martín Fierro como Borges, su obra estableció un localismo modernista auténtico, un criollismo urbano de vanguardia que admiraron y veneraron.

La elección del poeta, la austeridad de las imágenes de Coppola y la prosa de Borges en aquel libro dan cuenta de una fascinación común por cierta vida de arrabal leída en clave modernista, una lectura imaginativo y personal de lo cotidiano, que el propio escritor sintetizó en su prólogo al Evaristo Carriego:

“Yo creí, durante años, haberme criado en un suburbio de Buenos Aires, un suburbio de calles aventuradas y de ocasos visibles. Lo cierto es que me crié en un jardín, detrás de una verja con lanzas, y en una biblioteca de ilimitados libros ingleses. Palermo del cuchillo y de la guitarra andaba (me aseguran) por las esquinas, pero quienes poblaron mis mañanas y dieron agradable horror a mis noches fueron el bucanero ciego de Stevenson, agonizando bajo las patas de los caballos, y el traidor que abandonó a su amigo en la luna, y el viajero del tiempo, que trajo del porvenir una flor marchita, y el genio encarcelado durante siglos en el cántaro salomónico, y el profeta velado del Jorasán, que detrás de las piedras y de la seda ocultaba la lepra.

¿Qué había, mientras tanto, del otro lado de la verja con lanzas? ¿Qué destinos vernáculos y violentos fueron cumpliéndose a unos pasos de mi, en el turbio almacén o en el azaroso baldío? ¿Cómo fue aquel Palermo o cómo hubiera sido hermoso que fuera?”

Horacio Coppola. Paraguay al 2600, Palermo, 1929.

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Referencias

Jorge Luis Borges. Evaristo Carriego, Buenos Aires: M. Gleizer Editor, 1930.

Beatriz Sarlo. “Vanguardia y criollismo: La aventura de Martín Fierro”, Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, Año 8, No. 15, 1982.

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